Rosario Valcárcel
La exposición estará abierta del
17 al 27 en la Real Sociedad Aridane, La Palma.
La Palma no es soledad.
Es la cabeza de puente
que sobre los océanos
tendieron los continentes, Pedro
García Cabrera
Entre el paisaje de La Palma y
Arsenio Morales se produce un encuentro, una mezcla entre elementos naturales e imaginación
pictórica, que le permite expresar un mundo ideali¬za¬do, composiciones
repletas de color, retales panorámicos en donde sus temas son un mero pretexto
para desarrollar el paisaje de la isla que se convierte en el protagonista
principal de sus composiciones.
Arsenio y su mujer Made, nos
cuentan que se adentran con su cámara fotográfica en lo recóndito de la isla, en
los lugares cercanos y en los no accesibles, y que él con paciencia elige el
lugar, el momento adecuado, el día para captar trazos de un instante. E igual
que los poetas, despoja al paisaje de todo lo que no responde a su observación,
e imagina desde la realidad, lo que el paisaje le provoca y capta los
fragmentos, la esencia. Y con un tono postimpresionista, capta solo lo que
pertenece a Arsenio Morales.
Y nos muestra en esta nueva
ocasión, en la Real Sociedad Aridane de la Isla de La Palma una veintena de
obras al óleo con espátula sobre lienzo, y lo hace casi en su totalidad con una
paleta en tonos fríos, azules y verdes que divergen con los intensos amarillos
rojos y ocres, o naranjas de los castaños en otoño, consiguiendo transmitir con
fuerza lo esencial, lo real, el entorno que lo rodea, los sentimientos y las
emociones, el silencio y el misterio, la fugacidad, la idea del color
Recreando el carácter fantástico
de la isla, mezclando lo existente con lo imaginado, en cortos y en grandes
formatos, como el ímpetu expresivo de castaños, o un grupo de casitas. O el
imponente macizo del Bejenado bajo la influencia del mar de nubes que se hunden
en el vientre de la lejanía y la masa forestal del pinar, y senderos de flores
y almendros. Y el mágico grupo de ramajes que parecen meditar inclinados ante
el indescriptible paisaje, situados en primer término del bosque de Los Tilos.
Pero como dice Tomás Morales el
mar es también elemento fundamental del paisaje por lo que el pintor recrea
también la bahía y el horizonte y la costa escarpada y el acantilado, el océano
que se aventura, que bate con furia y forma espumarajos al golpear y golpear el
muro. La deliciosa gama de blancos y azules, que infunden un atractivo especial
a sus obras.
La obra de Arsenio Morales, desde
su época de formación hasta sus últimas exposiciones, la pueden también
contemplar en su blog: arseniomorales.wordpress.com, certámenes colectivos
realizados en estos años en la isla de La Palma. Así como su participación en
la muestra internacional “Las dos Fridas, 1939. 75 aniversario Las Palmas de
Gran Canaria”, comisariado por Diego Casimiro. Un blog interesante donde
intercala pintura con poemas de escritores, la mayoría de Canarias y de forma
especial de nuestra isla de La Palma.
Arsenio cultiva el óleo y colabora
con dibujos para ilustraciones de libros. Y en la pasada exposición, hace ya
tres años, también nos dio a conocer una faceta lúdica que maneja con soltura,
una apertura hacia los nuevos caminos de la imagen: el collage. Un trabajo realizado
con cartulinas donde exalta los contrastes cromáticos. Una práctica que para el
pintor supone cerrar los ojos a lo previsible, porque él igual que un niño,
rescata escenas, y libera la sorpresa del hechizo en un expresionismo
abstracto.
En definitiva, la pintura de
Arsenio Morales forma parte de su vida, de la inmensa sinfonía del mundo, que
abarca la ternura de un paisaje que se hunde en sombras y en plenitudes de luz.
De un paisaje que es parte de nuestra personalidad.
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