Lorenzo Soriano
Al hilo del magnífico artículo del liberal Gers, me viene a la pluma una
reflexión que necesito compartir. La derecha esta desplazada hacia una
"social -derecha, social-demócrata, social-cristiana", que apenas
recuerda sus principios liberales que han llevado a los países occidentales a
las más altas cotas de la prosperidad. Incluso en las más profundas crisis, las
políticas liberales no abandonan al individuo.
La propuesta de Dragáis de "regalar" dinero a las entidades
financieras es del todo absurda y no tendrá ningún efecto, casi ni siquiera a
muy corto plazo. Nadie va a prestar dinero sin garantías, por muy blanquito que
lo albeen. Pero, si hay tanto dinero en las arcas europeas, porque no declaran
"paraíso fiscal a Europa", y reparten entre sus habitantes el dinero
que les sobra a raudales para que lo gasten, consuman y disfruten. Les
garantizo que con una andanada de un billón de euros repartida entre 1/3 de
europeos de más necesidad, con el compromiso de pagar deudas y saciar las
necesidades más urgentes en equipamiento y consumo, moverían la economía con un
impulso de cohete espacial. Sería mucho más eficaz, dejar el dinero en manos de
los ciudadanos y cubrir las necesidades sociales con los impuestos indirectos y
beneficios de exportación, así como un impuesto mínimo de sociedades,
suprimiendo hasta las cuotas de las SS. . Dejando el tema de las pensiones de
libre elección de los ciudadanos, en fondos garantizados y cerrados. Claro que
para eso habría que suprimir alrededor de 10 millones de puestos improductivos,
que pasarían a producir e incrementar el valor añadido de los países. Y claro
que dejarían de tener los gobernantes el poder de dar o quitar ayudas, subvenciones,
dadivas o canonjías.
Fácil, muy fácil, si tanto dinero hay, si tanto se recauda y esto no se
endereza, solo es porque se gasta mal, se derrocha sin el menor escrúpulo, se
sustrae de la manera más grosera y despilfarradora. Y además en desincentivar
el esfuerzo, el mérito, la productividad y la inventiva. Para mantener a los
ciudadanos en la molicie del ocio y la incultura. El resultado también se
traduce en esas "mareas" de jóvenes insatisfechos, atraídos por las
subculturas y por las tesis más abyectas demostradas de la historia. Rechazando
por activa y pasiva todo lo que les huele a esfuerzo, valores, lealtad,
patriotismo, cultura, historia, unidad y cohesión. Apoyando a dictaduras desde
el pulpito del "progreso", a teocracias desde el altar de la
"democracia", defendiendo a asesinos y a antisociales por el simple
rechazo a lo que hacen y han hecho los que hasta ahora ocuparon el poder
indignamente.
Fácil, muy fácil lo tienen. Deshagan las elefantiásicas estructuras
estatales que llevan a detraer más del 70% de lo que producimos para gastarlos
en sus gastos "corrientes". En gastos públicos, que no sociales. En dadivas compra-voluntades necrotizantes de
actividad, Innovación, desarrollo de proyectos y de vidas activas a portantes.
Todo mal se está haciendo, por acción y por omisión, y los resultados serán
imposibles de cambiar porque nadie quiere renunciar a nada y los que vienen
tienen "hambre" de todo, pero no están dispuestos a pagar los
banquetes.
A reflexionar.
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