Lorenzo Soriano
La "ensalada" de siglas, Imágenes y acrónimos que inundan el
panorama electoral, es abrumadora. Variados, distintos, distantes, con colorido
o siniestros, seductores o amenazantes.
Todos tienen un denominador común sin
embargo. Todos de alguna manera "mienten", o al menos faltan a la
verdad. Yo me pregunto qué, ¿si están
ahí porque se les ha votado libre y democráticamente por la ciudadanía. Y si
están ahí porque representan a los votantes que han creído en ellos al escuchar
sus predicas y onomatopeyas, u observar sus gestos y plástica. Entonces,
¿porque tienen que ser secretos los pactos y porque pueden pactar con quienes
son o están en las antípodas de las principales bases o sustentos de las
ideologías o preferencias de sus votantes? ¿Porque tienen que pactar cosas
absurdas que no pasan ni de lejos por ser lo que están sus votantes convencidos
de que es lo mejor para el conjunto y la mejor manera de avanzar y de suavizar
los rigores de la vida, ayudando a superar los obstáculos que sin duda se
presentan? Como pueden premiar, liberar y proteger a terroristas, aceptar pagar
a Independentistas o dejar libres a ladrones como Pujol y encerrar a
desgraciados maleantes de poca monta para hacer ver que hay justicia en este
País?
Pues está claro, o al menos yo lo tengo cristalino. Porque quieren
únicamente "el Poder".
Es
tremendo observar la cantidad de dificultades, traiciones, ataques, y
vigilancia que tienen que soportar para conseguir "cargo". Solo los
muy desesperados, sinvergüenzas o inútiles, pueden aspirar hoy, a acceder a la
clase política y mezclarse con tanta indignidad y falta de valores, solo por
conseguir algo de la política. Los
partidos de "derechas" al uso, tratan de superar en exigencias dizque
"sociales" a los partidos más izquierdistas de probada ineficacia en
gestión y que jamás han conseguido ninguna cota de prosperidad, libertad ni
eficacia con las subvenciones y las ayudas indiscriminadas, sin meritocracia y
con demagogia barata y verborrea desquiciada.
Desincentivando a las empresas con la presión fiscal más elevada de la
historia, a la vez que prometiendo toda clase de beneficios a la ciudadanía que
hacen difícil el pensar en trabajo, esfuerzo, innovación y desarrollo. Donde el exitoso en la vida es sospechoso en
la comunidad, donde la demonización del empleador, emprendedor, o activo es
deporte nacional. Donde se castiga el esfuerzo y se reprime al animoso hasta el
acoso más perverso. Porque no hay partido alguno que abogue por el despido
"libre". Un despido que alejaría el fantasma del "pánico" a
contratar. Despedir es un fracaso y además un costo elevadísimo económico para
la empresa. Debe volver a buscar y formar y acertar. ¿Porque parece que el
empresario busca un excelso placer en el despido? Que perversa y tendenciosa maldad
educativa es capaz de exponer así las cosas. No existe ningún ejemplo de
economías socializadas o comunistas exitosas y con avances sociales ni mucho
menos en libertades y felicidad de los individuos. Absolutamente ninguna. Y
además la maquinaria represiva necesita estar presente y actuar para que los
ciudadanos "anti revolucionarios o antisociales" no estropeen los
"futuros éxitos" de la revolución.
Porque pues, es fascinación por ese tipo de procesos, que llega hasta
pensadores, aristócratas, burgueses, profesionales y hasta individuos que jamás
han contribuido con su esfuerzo a nada positivo para la sociedad. No solo a las
clases menos favorecidas, donde hay muchos que prefieren la posibilidad de la
prosperidad antes de la estanqueidad y alineamiento de la igualdad. Porque ese
empecinamiento en "bajar" a los que prosperan al nivel de los que por
unas u otra razones no lo hacen, en lugar de todo lo contrario. Es
absolutamente inexplicable, no los que lideran los movimientos, cuyas
intenciones las podemos entrever, sino los que los sitúan en la capacidad de gobernar,
incoar leyes absurdas e incluso abrirles la puerta a la represión.
Y los que los votan. ¿Porque lo
hacen? ¿Se creerán de verdad los
independentistas y terrorista, que los llamados de izquierda les dejaran
cumplir sus procesos a los que ahora apoyan fervorosamente para conseguir el
poder. O recordaran a Praga y a Varsovia. Se creerán los islamistas que estos
dejaran que unos religiosos extrictos y fundamentalistas releven a los
católicos en el manejo de las creencias de los ciudadanos? Como creen que
practicaran la democracia los que no pueden condenar ni el terrorismo, ni el
fundamentalismo, ni el genocidio de según quien, ni la represión, ni las más
abyectas dictaduras? Limpiar el virus inoculado duraría una generación entera
si se empezara ahora mismo. Pero no. Así son estos ciclos, aunque cada vez más
cortos, en los que se mueve la humanidad. Tendremos que situarnos en nuestro
sitio sin dar ni agua a los adversarios políticos. Defender nuestras
convicciones, y cuando se produzca el fracaso por otra parte inevitable, estar
preparados para tomar el relevo. Pero lo que no podemos es intentar copiar sus
consignas, aceptar sus presiones, inundarles con subvenciones o cesiones millonarias
de dinero, no aplicarles las leyes como a los demás ciudadanos y permitirles
que deshagan y perviertan todo lo bueno conseguido y nos saquen de la vía
democrática y de libertad.
A reflexionar
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