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sábado, 26 de marzo de 2016

ENTRE DESINENCIAS E IRREVERENCIAS


Salvador García Llanos

“Desinencias deportivas. Irreverencias literarias”, es un atinado compendio de Deportistas ejemplares (Vereda libros), libro original del doctor, licenciado en medicina y cirugía por la Universidad de La Laguna, máster en rendimiento por el Comité Olímpico Español y deportista, Javier González Pérez, que ha sido maratoniano, ‘ironman’ y maratón ‘des sables’.

Alguien que escribe, pues, con conocimiento de causa, como ya acreditó en su anterior entrega, Sudando tinta (Editorial Idea), y con varios premios en distintos concursos. Fue también finalista en el concurso de críticas literarias de Babelia, del diario ‘El País’.

Y alguien que, sobre todo, pone a prueba en este libro su imaginación. Que no es corta ni se agota en cuatro o cinco metáforas ocurrentes. Al contrario, ‘doc’ González -afectuosa licencia con que le tratamos desde hace años- hace vuelos en niveles de toda altura cada vez que inicia y redondea relatos preñados de asertos inverosímiles que enhebra con cierto sentido lúdico y con profunda carga de ironía o sarcasmo.

El autor revela, además, un dominio lingüístico poco común. Hace gala del vocabulario médico-deportivo en conceptos y contextos hasta revelarse como un artista atrevido, como un experto de la práctica deportiva y de la ciencia médica capaz de atraer la atención del lector con una escritura llamativa que nos transporta por elevación a pistas atléticas, estadios, canchas, piscinas o graderíos donde todo es posible y donde la racionalidad cede ante el posibilismo con generosa capacidad creativa.

“Desinencias deportivas. Irreverencias literarias”, es el título del texto de contraportada suficientemente revelador del estilo y del fondo de González Pérez: “Microrrelatos de cien caracteres leídos en 9,58 seg; un pensamiento con rosca que se cuela por la mismísima escuadra; renglones nadados con ingenio; una barra de equilibrio hecha con juegos de palabras; historias concentradas de ácido láctico; jabalinas que hacen volar la imaginación; transiciones entre vocales atacantes y consonantes a la defensiva que obligan a repetir el disparo de la lectura; crónicas construidas con letras de tartán; párrafos agarrados a una pértiga que catapultan espejismos deportivos”.

Deportistas ejemplares, prologado por el atleta Basilio Labrador, que llega a hablar de ironía virtuosa, es la obra de quien, desde joven, y antes de terminar sus estudios universitarios, concibió el deporte como un desarrollo de la personalidad humana que debía aprovecharse desde la triple vertiente física, científica e intelectual. La cubierta e ilustraciones de Adán Luis López Alemán suplementan las doscientas cincuenta y cinco entradas -algunas de ellas, dedicadas- y la Utopía final que proporcionan una interpretación original y diferente del hecho deportivo cotidiano.

Decir que la lectura del libro de Javier González Pérez es amena, es quedarse corto. Tanta imaginación solo puede producir interés y ganas de saber cuáles son los pasos siguientes entre consultas, terapias, competiciones y seguimientos de espectáculos de masas o de simples pruebas domésticas.


“El tiempo todo lo puede”, por emplear el título de uno de sus microrrelatos.

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