Centenares
de viudas tuvieron que animarse al ritmo de la música de las verbenas
previstas, con el objetivo de ahogar las amargas penas pasadas
Ni la lluvia ni las bajas temperaturas
hicieron mella en la comitiva ni en los curiosos que se agolpaban en los muros,
para ver arder a la Sardina portuense
En Puerto de la Cruz, a 6 de marzo de 2014.- Luto y dolor
carnavalero en el entierro de la sardina que congregó en torno a ella, a
centenares de viudas que derramaron lágrimas a diestro y siniestro por todas
las esquinas del recorrido de la comitiva fúnebre.
Desde la Avenida de Colón, pasando por
Venezuela, Familia Betancourt y Molina, calle Blanco y La Marina hasta llegar
al Muelle. Este fue el recorrido de una comitiva fúnebre que llegó a asustar a
más de un turista que, impresionado por el espectáculo, llegó a la cabecera a
preguntar quien había fallecido.
Con algo más de cinco metros de largo
y unos 300 kilos de peso, la sardina elaborada artesanalmente por los
carpinteros municipales, hizo las delicias de los miles de curiosos que se
congregaron durante el recorrido y, principalmente, en torno a la playa del
Muelle Pesquero para dar, “in situ”, el último adiós a la ya incinerada
sardina.
Las viudas, desconsoladas y rotas por
el dolor sufrido, tuvieron que hacer de tripas corazón y animarse con la música
de la verbena de la zona de los quioscos y las orquestas en la Plaza del
Charco, que les ayudaron a pasar página tras tan amargo momento.
Ni la lluvia ni las bajas temperaturas
hicieron mella en la comitiva ni en los curiosos que se agolpaban en los muros,
para ver arder a la Sardina portuense.
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