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jueves, 13 de marzo de 2014

DELIRIUM Y ABUBUKAKA PROPONEN EN LOS REALEJOS UNA VERSIÓN TERAPÉUTICA DEL CLÁSICO ‘EL ENFERMO IMAGINARIO’

La obra se representará este viernes y sábado en el Teatro Cine Realejos a las 21:00 con entradas a la venta en la taquilla del recinto

‘El enfermo imaginario’ de Molière es uno de los grandes clásicos del teatro que ha servido para unir a dos de las compañías de más renombre de los últimos años en el panorama teatral del Archipiélago, Delirium y Abubukaka. Este fin de semana traen su propuesta hasta el Teatro Cine Realejos en una doble función el viernes 14 y el sábado 15 de marzo a las 21:00 horas. Las entradas, al precio de 10 euros, se pueden adquirir en la propia taquilla del recinto.



“Es una de las propuestas teatrales de más renombre de los últimos meses y con la tradición teatral del municipio y el impulso que estamos dando a la oferta cultural no podía dejarnos fuera de la posibilidad de tenerla en nuestro municipio”, destaca el concejal de Cultura, Adolfo González, quien recuerda además “la existencia de la tarjeta gratuita ‘Amig@s de Los Realejos Cultural’, que se solicita en la Casa Municipal de La Cultura y que permite disfrutar de éste y de otros eventos con descuentos en el precio de las entradas”.

Las compañías proponen este espectáculo conjunto bajo el subtítulo de ‘Comedia terapéutica’, donde se han permitido la licencia de presentar una particular y vanguardista propuesta de toda una joya dramatúrgica en la que queda retratada la vis cómica del destacado autor francés.

La burla contra la petulancia de los médicos tiene aquí un tono demoledor, en la mejor tradición de la sátira; pero, al mismo tiempo, el retrato maníaco aprensivo, de su protagonista Argán, empeñado en estar enfermo a pesar de su vigorosa salud, va más allá de la caricatura para alcanzar el disparate, el absurdo, no exento de comprensión e incluso ternura, que enlaza con las formas más modernas de humor.

‘El enfermo imaginario’ es la excusa o comedia perfecta para fusionar estas compañías. Molière tuvo entonces que hacer de todo en el teatro para desarrollar su vocación, como dirección, distribución, producción, entre otras, para también ser actor. Delirium y Abubukaka toman ese testigo para hacer lo propio.

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