La
Plataforma Ciudadana Maresía, ante la preocupación lógica derivada de los
preparativos iníciales para la ejecución del polémico proyecto de reforma del
paseo de San Telmo, tras reunirse en asamblea urgente ha decidido llevar a cabo
las siguientes acciones:
• Una concentración con carácter especial
el próximo domingo día 16 de marzo, a las 17:00 h donde se dará cumplida
información sobre este tema a toda persona que lo desee, así como de las nuevas
movilizaciones previstas a corto plazo.
• Una manifestación multitudinaria que
convocamos desde ya, para el sábado 5 de abril, que se pondrá en marcha a
las12:00 h del mediodía, que partirá desde la ermita de San Telmo, recorriendo
todo el paseo hasta la punta del viento y bajando por Santo Domingo, finalizando
en la plaza Europa, frente a la casa consistorial. Con el fin de evitar
desajustes horarios, rogaremos a los manifestantes que se vayan acercando al
punto de partida entre las 11:00 y 11:30 h.
Todo
ello sin perjuicio de emprender nuevas actuaciones con el objetivo primario de
paralizar cautelarmente dicho proyecto consiguiendo en última instancia una
modificación del mismo basada en criterios respetuosos con la identidad, el
patrimonio y el interés general de la población; contrariamente a lo que han
demostrado inamovible, reiterada e incansablemente los cuatro poderes
administrativos, a la vista de su manifiesto desprecio por toda la
documentación con credibilidad más que demostrada, que hemos aportado a lo
largo de los últimos meses, especialmente los últimos informes remitidos, uno
por el Sr. Nicolás González Lemus (Doctor en historia contemporánea por la ULL)
y el otro por la Fundación César Manrique.
El
mencionado desprecio además de causar nuestra indignación, nos lleva
tristemente a la conclusión más lógica: la existencia de oscuros intereses
crematísticos y personales de miembros tanto de la parte promotora como de
entidades externas, ambas de gran poder social y económico, desde sus inicios y
que son inconfesables ya que de trascender a la opinión pública, constituirían
un escándalo a nivel insular, comunitario y posiblemente nacional, que
evidentemente debe ser encubierto a cualquier precio. Este hecho también lo
demuestra el sospechoso silencio informativo de los grandes medios de
comunicación, siempre al servicio del gobierno de turno; situación que
desgraciadamente es tan habitual en nuestro país que la población parece
aceptarla con despreocupada resignación.
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