Salvador
García Llanos
Para
Maresía, la plataforma ciudadana que aglutina la defensa de los valores del
paseo San Telmo, en el Puerto de la Cruz, y para todos los que, de alguna
manera, están identificados con la causa, siquiera en forma de exteriorización
en redes sociales o en pliegos de firmas de su malestar y de su rechazo al
proyecto de rehabilitación que se quiere afrontar, ha llegado la hora de la
verdad: el comienzo de las obras es inminente (de hoy mismo al lunes próximo),
lo que equivale a decir que sus esfuerzos para reconsiderar algunos aspectos
del proyecto no van a ser tenidos en cuenta.
Han
perserverado -y van a seguir haciéndolo- en la vía institucional, de modo que
esta mañana, según se informó en el curso de una reunión en la que analizaron
los últimos acontecimientos, la representación legal de la plataforma
solicitaría en los juzgados la suspensión cautelar del comienzo de los
trabajos, a la espera de que se resuelvan otros planteamientos elevados al
Cabildo Insular de Tenerife así como la solicitud de declaración de Bien de
Interés Cultural (BIC) para el paseo, a la que nos hemos referido en alguna
entrada anterior.
Claro
que, además de la vía institucional, los comprometidos con la defensa de San
Telmo son conscientes de que es necesario seguir motivando y movilizando a la
ciudadanía. De ahí que no solo mantendrán las concentraciones que ya son una
estampa habitual de los domingos sino que promoverán la convocatoria de otra
manifestación que pretenden sean tan exitosa como la que se celebró hace unos
meses.
El paso
del tiempo ha ido esclareciendo algunos hechos. Seguro que puede existir la
creencia de que, a pesar de todas las acciones entabladas hasta la fecha, no se
ha conseguido mucho. Pero esa actitud no se corresponde con la realidad: el
espíritu crítico y la presencia en medios de comunicación ha han servido para
que los responsables del Cabildo Insular sean sensibles con esta
reivindicación. Puede que los avances sean mínimos pero no es menos cierto que
han logrado forjar y amalgamar una causa que, junto con la defensa de Mueca y
la necesidad de renovar la programación y el desarrollo de las Fiestas de
Julio, es de los pocos enganches que han motivado y motivan a una sociedad
bastante distraída y poco activa con las controversias que surgen a su
alrededor.
El
devenir ha servido, igualmente, para dejar claro que el muro, el célebre muro,
no es el único factor que interesa a los discrepantes con el proyecto.
Curiosamente, puede haberse convertido en un recurso que interesa más a los
promotores de la actuación. No es cuestión de ceñirse al muro, es decir,
derribo sí, derribo no: la plataforma ha extendido otro mensaje, apoyándose,
además, en informes rigurosos, que nos hace ver la globalidad del proyecto. Es
decir, se está de acuerdo con la rehabilitación y la mejora pero con otros
presupuestos y con una clara voluntad de respeto y defensa de los valores
contenidos en ese pasaje de la geografía urbana portuense.
Siempre
es difícil comparar períodos históricos pero quienes se han empeñado en esta
causa parecen dispuestos a que no se repita aquella etapa en la que el
desarrollismo de los sesenta destruyó buena parte de las señas de identidad de
un Puerto de la Cruz que se abría al turismo de masas, que optaba
definitivamente por este modelo de productividad económica. Muchas cosas, en
efecto, se perdieron y hoy son postales o testimonios de un tiempo pasado.
No
quieren, en efecto, que se tropiece en la misma piedra. Defienden el legado de
Manrique y tratan de preservar, con ese BIC, una arteria tan distintiva, el
nexo que une el centro de la ciudad con el corazón turístico de Martiánez. Esa
parte del pueblo que quiere que se conserve lo que merece ser conservado es
merecedora de respeto: no están defendiendo disparates, máxime cuando ha
acreditado su conformidad con una remodelación consecuente.
De modo
que llegado este momento, cuando las obras ya están en fase de ejecución, habrá
de echar el resto. A ver si se incorpora más gente a la causa y a ver si los
responsables políticos y administrativos de la actuación terminan entendiendo
que ésta, para muchos portuenses, no es una causa baladí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario