Jerónimo David Álvarez García
Una primera versión de este trabajo se publicó
en Los Realejos a través del tiempo (Boletín Digital sobre el acervo
histórico y patrimonial de la Villa de Los Realejos), nº 15 (abril-mayo de
2013), Edición del Excelentísimo
Ayuntamiento de Los Realejos
El convento de San Juan Bautista y el Espíritu
Santo de Realejo Bajo fue fundado a comienzos del siglo XVII por Juan de
Gordejuela, Regidor de Tenerife. En él se desarrolló una dilatada actividad
pastoral y docente hasta su incendio acaecido en 1806. De su rico patrimonio
aún se conservan las imágenes de Nuestra Señora del Carmen, Nuestra Señora de
la Soledad y San Agustín. Tras el siniestro, el Señor de la Cruz a Cuestas o
Nazareno, que también allí se depositaba, se reubicó en la Parroquia de la
Concepción de ese extinto municipio, probablemente esta imagen atribuida a
Rodríguez de la Oliva, sustituyó a otra primitiva que ya poseía cofradía y
fomentaba la devoción popular por esta escena de la Pasión.
El significado iconográfico del Nazareno reside
en el pasaje bíblico del evangelista San Mateo que
reza; “el que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y
sígame”.
Esta efigie de Cristo con la cruz a cuestas,
era custodiada por el capitán Vicente Perdomo Bethencourt,
que falleció en Realejo Bajo en 1860; y guarda paralelismo con la del
Señor del Huerto del también realejero Convento de Santa Lucía. En ambas fue
solicitado su traslado; de la franciscana, al Santuario de Ntra Sra del Carmen
en 1860, siendo reflejo de la religiosidad popular que deseaba mantener dichos
cultos en otros recintos. Los párrocos realejeros aprovecharon la
Desamortización para dotar a sus parroquias de objetos litúrgicos y obras de
arte, como recuerda el profesor Martínez de la Peña; “los párrocos que eran
parte interesada en los conventos, por su cargo de síndico, tratarían de salvar
para el pueblo lo más que pudieran de ellos”. En sus escritos el padre
Siverio nos ilustra como algunas de las obras se repartieron tras el incendio,
pues lo que pudo ser rescatado se preservó en el vecino monasterio de las
monjas Agustinas Recoletas. Al igual que el Nazareno de Andújar del convento
franciscano, que pasó a la Parroquia de Santiago (pues en Semana Santa visitaba
esta Parroquia), el que hoy nos ocupa procesionaba hasta la Parroquia de
Nuestra Señora de la Concepción el Miércoles Santo. Con esta disposición las
dos Parroquias realejeras poseían una efigie de Cristo cargando la cruz. Pasado
el tiempo se pretendió reedificar la capilla siniestrada de los padres
agustinos, y restituir el culto, como de hecho ocurrió efímeramente hacia 1836.
Para la entrega de la imagen y alhajas que
fueron salvadas del fuego y depositadas en la casa del suegro del capitán
Perdomo, se procedió a su inventariado. Según este documento, la imagen poseía
cuatro túnicas, una para el uso cotidiano en el nicho del retablo que se
veneraba, varios cíngulos para diario y otros para las procesiones. Por
fortuna, los ángeles que acompañaban a sus pies, se salvaron del incendio y
actualmente procesionan, (se atribuyen a Sebastián Fernández Méndez, “El
Joven”, en torno a 1750). La Comunidad Agustina fomentó la piedad popular
en la Pasión de Cristo, mediante el culto de las imágenes del Nazareno, la
Virgen de la Soledad, San Juan, la Verónica y
la Magdalena. Si equiparamos el Nazareno y la Virgen
de los Afligidos del Convento Franciscano de Santa Lucía, con el calvario del
Convento Agustino, vemos cómo éste segundo era más completo, muestra de la
holgura económica y financiera que disfrutaban este monasterio y sus patronos.
Éste se encontraba plenamente representado, la teatralidad de las
procesiones y los actos litúrgicos constituían para los feligreses iletrados de
la época una mezcla de catequesis, devoción y temor. La platería, vestidos y el
trono también pertenecían a su ajuar, conservándose en parte actualmente. En
1835 se inicia la desamortización decimonónica de los conventos, sentenciados
en su mayoría a desaparecer definitivamente. La mala administración de sus
bienes, la carestía del mantenimiento de las instalaciones monacales, habitados
por un clero meramente testimonial, y los vientos anticlericales avalarían esta
decisión política.

“Ilustrísimo Señor: Don Pedro Próspero
González Acevedo [párroco de Nuestra Señora de la Concepción de la
Concepción de Realejo Bajo que falleció el 4 de mayo de 1863] y don Francisco Javier Yanes, Beneficiados
curas párrocos de la iglesia parroquial de N.S de la Concepción de este pueblo
del Realejo de Abajo, ante V.I con el debido respeto decimos; Que algunos
vecinos parroquianos nuestros se han acercado a nosotros solicitándonos que se
dé culto en esta Parroquia, en la Semana Santa a la devota imagen de Jesús
Nazareno que se veneraba en el extinguido convento agustino de este pueblo, cuya función se hacía el
miércoles santo por la tarde, y deseando nosotros que no se pierda esta
devoción sin ser motivo y que interés alguno, pues lo hacemos todo de gracia, y
se continúe dando culto a S.M en el paso de la Cruz a Cuestas mientras tanto se
decide el recurso pendiente a S.M (D.L.G), acudimos a V.I para que se haga
mandar [y] se traiga a la Parroquia la citada imagen de la Casa del
Mayordomo donde se halla con sus alhajas y en ella sale, haga su función el
Miércoles Santo a la tarde pues no hay incompatibilidad con ninguna de las que
se celebra en la Parroquia, antes con esta se llenaba el día (...) que su procesión venía
siempre de la a la Iglesia, todo sin prejuicio de que se verificará a la gracia que se erija en ermita la capilla
de su pertenencia se restituya a ella como las demás imágenes que le corresponden
por tanto.
A V.I sentidamente suplicamos se digne por un
afecto de su paternal bondad acceder a nuestra solicitud en justicia que
imploramos. En Laguna a veinte y cuatro de marzo de 183
El recurso sigue su trámite y se concede la
petición como se aprecia en el párrafo siguiente:
“El comisionado para los inventarios y
recogimientos de los efectos de la iglesia del suprimido convento de San
Agustín del Realejo de Abajo, entregará a los Venerables Beneficiados de la
Parroquia del mismo la imagen que (...) se hace mención en este memorial con
sus alhajas y pertenencias, a fin de que colocándose en ella se le dé culto
debido, haciendo la procesión en el Miércoles Santo, por la tarde, y
verificándose la entrega bajo el correspondiente recibo. Lo dijo y firmó S.I el
Obispo mi Señor de que certifico. El Obispo y José Deza y Goiri, Gobernador
Ecco”.
El comisionado Antonio Santiago Barrios,
párroco de Santiago Apóstol de Realejo de Arriba (1817-1849) y autor del histórico texto que
narra el Aluvión de 1826 en el norte de Tenerife, (véase PÉREZ PADILLA y
ÁLVAREZ GARCÍA, 2013), acata su nombramiento y lo hace público a las partes:

“En el lugar del Realejo de Abajo a veinte y
siete de marzo de 1836. El Sr.
Beneficiado D. Antonio Santiago (...) en vista de la comisión que se le
confiere por el Ilustrísimo y Dignísimo Señor Obispo de esta diócesis en su
decreto de veinte del que rige, que acepta y obedece con el respeto debido
dándole el cumplimiento debido; que para que tenga efecto la entrega de la imagen
de Jesús Nazareno con todas las pertenencias que le corresponden, se haga saber
esta disposición al Capitán don Vicente Perdomo en cuyo poder se hallan y tan
pronto como las ponga de manifiesto hágase formal inventario de todas ellas y
practicado dese a los Venerables Beneficiados de la Parroquia del Realejo de
Abajo quienes firmarán a continuación proveyendo del correspondiente resguardo
al depositario.
Así lo decretó, mandó y firmó de que certifico.
Antonio S. Barrios. Juan Crisóstomo de Albelo, Notario Público”.
A
continuación se detalla la relación de objetos entregados por el capitán
Vicente Perdomo:
“En
dicho día mes y año se pasó a la casa
del citado don Antonio Albelo y estando en ella
su señor el Capitán don Vicente Perdomo hizo manifestación y entrega de
las alhajas siguientes:
Primeramente,
una imagen de Jesús Nazareno con su túnica morada de tafetán
Ytem
otra de tafetán que servía para el nicho
Ytem
otra de terciopelo
bordado de oro de costura con sus manguitos de lo mismo,soga de hilo de oro y
aquella de seda
Ytem
otra soga de seda amarilla que servía para el nicho
Ytem
den dos coronas de espinas de maderas
pintadas
Ytem
dos pelucas de pelo natural en su cajeta de madera pintada
Ytem
una basa de tres cuerpos dorada con un hueco donde se coloca la peana
Ytem
una cruz dorada y pintada hermana de la basa toda madera de pinsapo
Ytem
otra pequeña con ribetes dorados que servía para el nicho
Ytem
dos angelitos de tamaño de una tercia barnizados y pintados con sus guirnaldas
de flores que servía para mantener la soga del Señor
Ytem
tres pares de manteles con encajes dos de ellos viejos que servían para el
altar de la imagen
Ytem
manguitos de tafetán del Señor para el uso del nicho
Ytem
un paño blanco con tres rostros del Señor que se ponía en manos de la Verónica
Ytem
un forro de diario de rucia de la basa.
Ytem
un hierro para fijar
la peluca del Señor
Ytem
diez y siete garrotas en la gaveta que servían para adorno del Señor
Ytem
un solio de plata del Señor con peso de libra y media y trece adarmes
Ytem
otro de siete onzas y doce adarmes que servía para la Magdalena que la tiene
entregada otro mayordomo con su basa en la iglesia del extinguido convento al
mismo Señor Comisionado
Ytem
otro con nueve onzas y diez adarmes que servía para San Juan
Ytem
una túnica de terciopelo de seda violado con una franja de oro y sus mangos de
lo mismo
Ytem
dos pares de vuelos de encajes que uno de ellos están muy viejos
Ytem
un cíngulo de cinta de seda con sus borlas de lo mismo
Ytem
una toallita de lino de la misma [ilegible]
Ytem
una copa de palo dorado de la misma Magdalena
Ytem
un peón de plata y una porcosuela de lo mismo que pertenece al Señor
Ytem
cuatro tornillos de hierro para atornillar las imágenes
Ytem
una colcha de seda amarilla para forrar al Señor muy vieja y rota.
Ytem
[ilegible]
de pinsapo para guardar las flores del Señor que esta llena de estas
Ytem
un arcón con sus llaves para el uso [ilegible]
Ytem
un sagrario de mesa dorado que es el del retablo que se hizo entrega otro
depositario al tiempo de la intervención del Gobierno de otro Señor
Comisionado, como así mismo un dosel de brocatel de seda y una base que servía
para San Juan, y siendo estas las piezas de que hace entrega el depositario que
son las únicas incluidas las que el difunto D. Antonio Albelo había hecho de su
peculio para el culto y una de la Santa Imagen de todas ellas, a excepción de
las que están en la iglesia, ordeno la entrega al dicho Señor Comisionado,
quien firmó esta diligencia con los mismos Señores Venerables Beneficiados y el
depositario de que certifico
Antonio Santiago Barrios, Pedro González
Acevedo, Francisco Javier Yanes, Vicente Perdomo Bethencourt y Juan Crisóstomo
Albelo, Notario Público”
Conviene aportar la misiva que el capitán
Perdomo envía al obispo Folgueras, probablemente, ésta llegó con retraso, pues
en ella se solicita un resguardo, ya que dudaba que se le concediera su
petición. Una segunda hipótesis nos haría pensar en un enfrentamiento entre el
comisionado y los párrocos, por haberse negado a la expedición del recibo, y
posterior ocultación al prelado. Este documento nos permite indagar en la
biografía de un importante personaje de Realejo Bajo de aquel tiempo, Antonio
Albelo Nuño que fue padre de Ana Albelo Perdomo, esposa del capitán Vicente
Perdomo, por lo tanto su suegro. A su muerte acaecida el 27 de abril de 1835 a
los 84 años de edad, la custodia de la imagen y sus alhajas pasaron a su yerno.
No obstante el nazareno aún permanecía en su domicilio en la fecha de la
entrega.
“Ilustrísimo y Dignísimo Sr. Obispo Don Luis Folgueras
y Sión
Mi amado y respetado Señor, entre las cosas que
se salvaron del incendio que destruyó el extinguido convento de religiosos
agustinos de este pueblo en enero de [1]806, fue una de ellas la imagen de Jesús
Nazareno, desde cuya época se depositó en la casa de Don
Antonio Albelo su mayordomo, y habiendo permanecido en ésta por falta de
localidad en la nueva obra, por ello y no por otra causa dejó de relacionarse
en el inventario que insté por comisión del Gobierno (...) y temiendo a
la orden de SSI, como representante de aquel, [para] la santa imagen con
las alhajas que le pertenecen, como con todas cuantas hizo para su culto el
mismo Sr. Antonio Albelo de su peculio que le fueron muchas y de valor, SSY
dispondrá la entrega, ordenando si lo considerase justo, que se me provea de
recibo por mi resguardo.
Nuestro Señor que a SSI m[uchos] a[ños] para bien de su
Iglesia y de los fieles.
Realejo
de Abajo, marzo veinte y siete de 1836 Ilustrísimo Sr Vicente Perdomo
Bethencourt”
Disposición episcopal
que ordena la entrega de la imagen y la expedición del recibo:
“Abril seis, de 1836. Este oficio pase al
Venerable Beneficiado Rector de la Parroquial del Realejo de Arriba, para que
como comisionado para la formación del inventario de los efectos de la iglesia
del Convento suprimido de Padres Agustinos del [Realejo] de Abajo,
proceda a recoger de D. Vicente Perdomo Bethencourt la imagen de Jesús Nazareno
con todas las alhajas que se hace mérito en él, recibiéndolas por inventario y
peso, trasladando la expresada imagen a la iglesia parroquial y dando el
oportuno recibo a D. Vicente con prevención de que todo se practique por ante
notario público y ejecutado nos devolverá las diligencias por Secretaría. Lo
dijo y firmó S.S.I el obispo mi Señor y
lo certifico. El Obispo y Dr. José Deza
y Goiri.
Confirmación de la entrega y comentario sobre
la misiva del Capitán Perdomo:
“Remito el expediente de la entrega de la
imagen de Jesús Nazareno con todas sus alhajas y pertenencias a los Sres
Beneficiados del Realejo de Abajo, según lo dispuso el Ilustrísimo Sr. Obispo
de esta diócesis en su decreto de veinte de marzo próximo pasado.
La entrega de esta imagen con todas sus
pertenencias que él se hallaban a cargo y custodia de D. Vicente Perdomo se
verificó el veintisiete de marzo, y después de realizada esta es cuando el Sr.
Don Vicente Perdomo se presentó al Sr. Ilustrísimo con la exposición que se
halla unida al mismo expediente, y no puedo alcanzar cual sea la causa o motivo
porque D. Vicente Perdomo después de haber entregado la imagen y sus
pertenencias hubiera elevado tal representación como todo consta del referido
expediente.
Dios
guarde a V.I (...)
Realejo de Arriba abril trece de 1836. Antonio Santiago Barrios
Sr.
Dr. D. José Deza y Goiri, Secretario de Cámara y Gobierno del Ilustrísimo Sr.
Obispo”.
Por último se procede
al archivo de las diligencias:
“En el lugar del Realejo de Arriba a diez y
seis de abril de mil ochocientos treinta y seis. El Sr. D. Antonio Santiago
Barrios Venerable Beneficiado de la Parroquia del Apóstol Santiago de este
dicho lugar en vista del antecedente decreto de su Ilustrísima Dignísimo Obispo
de esta diócesis que acepta y ofrece con el respeto debido. Digo: Que mediante
hallarse practicadas la entrega de la imagen de Jesús Nazareno y de todas sus
alhajas a los Venerables Beneficiados de la Parroquia de Nª Sra de la
Concepción del lugar del Realejo de Abajo a día veinte y siete de marzo según y
como el mismo, S[u]
Ilustrísima, lo había dispuesto en el decreto de veinte y cuatro de dicho mes a
consecuencia de la exposición hecha por aquellos Venerables Beneficiados y
habérsele dado el correspondiente recibo al Capitán D. Vicente Perdomo
Bethencourt, únase a las diligencias de su razón para los efectos que convenga.
Así lo mandó y firmó dicho comisionado de que doy fe.
Antonio Santiago Barrios, Juan Crisóstomo
Albelo, Notario Público.”
El Nazareno siguió recibiendo culto en el
antiguo retablo de Nuestra Señora del Rosario, sito en la primitiva capilla de
esta advocación de la Parroquia de la Concepción de Realejo Bajo, hasta el
incendio de 5 de noviembre de 1978. Tras tan sensible pérdida, su mayordomo
Manuel Pérez Siverio, encargó una nueva imagen al escultor Ezequiel de León
Domínguez (1926-2008). Éste realizó la cabeza, manos y pies en caoba; los
artesanos realejeros, José y Manuel Hernández Siverio tallaron el cuerpo y los
hijos del escultor colaboraron en el montaje y policromado. Esta tercera imagen
de Cristo con la Cruz a Cuestas, en el Realejo Bajo, se venera actualmente en
un nuevo altar diseñado por el canónigo realejero José Siverio Pérez
(1928-2019), en la reconstruida antigua capilla del Rosario, hoy del Nazareno,
de dicha parroquia.
LÓPEZ PLASENCIA, José Cesáreo. “El patrimonio
de la antigua imagen de Jesús Nazareno, del convento de San Juan Bautista de
Realejo Bajo, según un inventario del siglo XIX”. Tebeto: Anuario del Archivo
Histórico Insular de Fuerteventura. 2012, n. 20, pp. 335-360.
PÉREZ PADILLA, Miguel Ángel y ÁLVAREZ GARCÍA,
Jerónimo David (2013). “Las pérdidas humanas y materiales del aluvión de 1826
en el Valle de la Orotava, según las fuentes parroquiales”. La Prensa, El Día,
pp. 25-27.
PÉREZ PADILLA, Miguel Ángel y ÁLVAREZ GARCÍA,
Jéronimo David. (2013). “Las pérdidas humanas y materiales del aluvión de 1826,
según las fuentes parroquiales”. La Prensa, El Día, pp. 29-31.
FOTOGRAFIÁS
1. Nazareno agustino de
Realejo Bajo. JUAN GARCÍA DUMAS.
2. Procesión del Viernes
Santo con el Nazareno Agustino. ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL DE LOS REALEJOS.