Teresa
González
Mirándote
el tiempo
entre
los ojos de las plantas,
el
polvorín de la madera
sobre
el sedoso canela de mis poros,
el
silencio trajinar de las piedras
en
el surco de tus huellas,
te
respiro,
lejos
del bullicio y sus errores,
sus
espadas, tus tiranos, sus olvidos…
de
mirarte,
de
vivirte.
No
corro ni vuelo
porque
te morirías
en
el tiempo
en
la prisa
en
la conquista
Me
gusta quedarme aquí
Mirándote
Mirándome
en
la esencia-palabra
de
los seres y las cosas
que
esperan siempre
la
tarde de mis pasos
sobre
la dócil caricia
del
beso en el bostezo del sol.
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