Evaristo
Fuentes Melián
El
puente que—hablando en la jerga canaria— se ‘desgorrifó’ el martes pasado día
14 de agosto, en la ciudad italiana de Génova, tiene (o tenía) una longitud de
1.182 metros, una altura de noventa metros y fue construido durante los años
1963 a 1967. Esta macro infraestructura atravesaba la ciudad genovesa y era
paso obligado de un intenso tráfico de vehículos pesados, comunicación entre
Italia y otros países limítrofes.
Veamos
otro caso: Hace ahora unos treinta años, se consolidó la estructura de un
colegio privado, sito en el casco
antiguo de la ciudad de San Cristóbal de La Laguna, Tenerife. La edificación
tenía y sigue teniendo tres plantas de altura, pero el hormigón de los pilares
ofrecía un deficiente aspecto visual, y al tacto era como de gofio en polvo… Su construcción se
había realizado medio siglo antes, en los años cuarenta del siglo XX.
La
dirección técnica de la obra a acometer para el reforzamiento tuvo, en los
momentos más difíciles, el consejo y la colaboración inestimable de dos técnicos especialistas en cálculo y comportamiento estructural:
señores don Juan Jiménez y don Ramón
Álvarez (ambos ya desgraciadamente fallecidos).
Se tomaron las decisiones más
adecuadas para reforzar la estructura, sin tirar un solo elemento antiguo
estructural del edificio afectado. Consistió simplemente en fabricar zapatas
nuevas adosadas a las existentes, con apoyo en dados de hormigón y placas de
anclaje de estructura metálica, en que se apoyaban a su vez los pilares
metálicos, adosados a los antiguos de hormigón deteriorado. De esta manera se
reforzó toda la estructura vertical del edificio, y los forjados horizontales
de pisos también se reforzaron con una capa nueva de hormigón armado con una
cuadrícula de hierro en redondos. Al mismo tiempo, se añadió un forjado sobre
la solera de la cimentación, aislándola, con una cámara de aire ventilada
perimetralmente con rejillas en las aceras desde el exterior, del frio y
humedad consustancial a la temperaturas normales laguneras, donde en invierno
el agua mana tan abundante de abajo hacia arriba por el nivel freático, que
encharca en ocasiones literalmente los
pavimentos del piso más bajo o del sótano.
Conclusión:
son evidentes las diferentes características de una obra como este colegio
lagunero, con respecto al puente de Génova, que tiene (o tenía) noventa metros
de altura (el edificio Belair, que es el más alto del Puerto de la Cruz, no
pasa de los setenta metros de altura). Pero la solución para este puente de
Génova hubiera sido similar, con el reforzamiento de su estructura
mastodóntica, con una estructura nueva adosada reforzando a los elementos
antiguos, solución que tenía que haberse llevado a cabo inmediatamente, en
cuanto prestigiosos ingenieros y arquitectos detectaron y avisaron del estado
comatoso o semi ruinoso, que presentaba técnicamente en algunas zonas el
referido puente de la ciudad de Génova
(Italia).
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