A las 5 menos cuarto de
la tarde del pasado martes 14 de agosto, comenzaron a llegar la larga lista de
invitados, entre amigos, familiares y allegados, convocados para la esperada
inauguración de la reformada casa mansión del señor De la Rosa Hayes en la Plaza
de Zocodover de la imperial ciudad de Toledo. Las más de 80 personalidades del
mundo de la ciencia, de las letras y de las ciencias iban recibiendo la
calurosa bienvenida del anfitrión para luego realizar una visita a todas las
dependencias de la morada, no sin antes firmar en el Libro de Honor de la
casa-mansión. Muy pocos, por motivos de agenda, faltaron a esta convocatoria
tan especial. Y todo bajo la supervisión de la experta en Protocolo la Srta.
Sofía Cánovas Ocampo.
La casa-mansión se
encuentra en un edificio que data de finales del Siglo XIX y ha sido reformada
y restaurada conforme al proyecto original y se ha aprovechado la ocasión para
adaptarla a las comodidades de la nueva era. Dicha vivienda consta de
vestíbulo, salón del té, 4 habitaciones con sus respectivos baños con jacuzzi,
amplia cocina, almacén-despensa, amplísimo comedor para eventos, sala de la
música, 2 despachos, sala de reuniones, biblioteca, terraza para fumadores y
zona de balconada para presenciar los eventos más importantes de la ciudad.
Tras la recepción en el
hall comenzaron a formarse los corrillos entre los asistentes y se vivieron
momentos muy emotivos ya que hubo encuentros de viejos amigos inesperados y que
causaron gran alegría y emoción entre abrazos y más de una lágrima. Sin duda
alguna la gran sorpresa del evento fue la asistencia del Don Leandro de la Rosa
y de Valderrábano, tío del Sr. Mariano y pilar moral de la familia De la Rosa.
Con 92 años recién cumplidos llegó expresamente desde tierras inglesas, donde
reside actualmente, siendo con todos los honores correspondientes a su alta
honorabilidad y Don Mariano, en atención a vínculos familiares y de
agradecimiento personal, le cedió la Presidencia Honorífica de la inauguración.
De pronto, la cuadrilla
de camareros con uniforme de gala empezó a desfilar por los pasillos y
estancias de la vivienda ofreciendo un exquisito cóctel en el que no faltó ni
el jamón ibérico de Jabugo, lomo, chorizo y salchichón de Extremadura, salmón
ahumado del Atlántico, las gambas de Huelva, torta de Cañareja, el queso de
Fuerteventura, las conchas de vieras de Galicia, el bogavante del cantábrico,
sabrosines de calamares a la andaluza servidos en cucuruchos, croquetas
cremosas de beletus, los huevitos de codorniz de Cataluña o los boquerincitos
de Cádiz. Todo ello maridado con una buena representación de vinos blancos y
tintos, desde finos de Jérez, manzanilla, blancos afrutados de la Palma o
tintos jóvenes de Tenerife. Eso sí, también cerveza, zumos naturales, limonada
y gaseosas varias para quien quisiera. Ambiente agradable, sin agobios ni
prisas mientras un quinteto de música de cámara envolvía el espacio con una
cuidada selección de obras de los grandes autores clásicos de Europa.
Finalizado el cóctel,
los asistentes fueron acomodándose pausadamente en sus respectivas butacas en
torno a las 10 mesas dispuestas para la ocasión que lucían elegantes centros de
flores y mantelería con estampados de motivos geométricos expresamente elegidos
por la Srta. Cánovas. Una vez más, el desfile de camareros encargado de
gratificar el paladar de los comensales comenzó a servir el suculento menú
preparado expresamente para esta fiesta.
Primer plato: Crema de
espárragos de Navarra con alegres adornos de puerros verdes y elaborada al rico
toque de la abuela. Segundo plato: Rodaballo con cubierta de confitura de
cebolla roja crujiente y frutitos secos. Sorbete de mandarina al ligero toque
de hierbabuena de la huerta. Tercer Plato: esencia de solomillo ibérico al
fuego lento con crujiente de milhoja de patata la bonnotte de Noirmoutier, salpicado
de gustoso adobo de champiñones portobello. Postre: Trilogía de chocolate con
aterciopelada capa de mousse de limón. Vino blanco: Albariño. Vino Tinto:
Rioja. Luego del postre, se disfrutó del buen café colombiano adquirido
expresamente para la ocasión y licores varios.
Finalizada la cena,
llegó el momento de las palabras y agradecimientos. El Sr. Mariano tuvo grandes
palabras de gratitud hacia los asistentes y realizó un recorrido por la
historia de España y Toledo, haciendo hincapié en grandes e importantes
personalidades de la historia. Además, entregó un presente expresamente
diseñado para esta recordar esta conmemoración, a cada uno de los presentes,
además de un bonito diploma, y leyó las misivas de aquellos invitados que por
motivos de agenda no pudieron acudir a la cita, entre ellos el gran historiador
y periodista tinerfeño Don José Peraza Hernández o el exitoso empresario Don
Pascual Castañete. El presidente de
honor de la fiesta, Don Leandro no quiso dejar pasar la oportunidad para
dirigirse a los invitados y elogiar la trayectoria vital de su sobrino Mariano
además de reivindicar una vuelta a los valores tradicionales de España, estado
hoy por hoy tan degradado por culpa de la paupérrima clase política
izquierdosa.
A continuación, dio
comienzo la fiesta y el baile y las copas.
La mejor música en español de todos los tiempos, especialmente de los
años 60, 70 y 80. No faltó ni “el
tractor amarillo”, “la chica ye ye”, “un beso y una flor”, “vivir sin aire”,
“un millón de amigos”, “santa Lucía”, “Tómame o déjame”, “Bienvenidos”, “Una
calle de París”, “Oye como va”, “Mi tierra”, “Rocanroll” “libertad, libertad”,
“la canción de la alegría” y muchas más. Grandes recuerdos musicales para
bailar y disfrutar hasta el amanecer.
Mientras unos bailaban,
otros en tertulia, otros en cordial camaradería y otros atendiendo con pasión a
las anécdotas e historias que el tío Leandro, gran autoridad moral y ética, iba
contando ya que con su edad tiene una memoria impecable y una sabiduría de oro.
En fin, que todos
comieron, bebieron, bailaron, disfrutaron, pero como todo lo que empieza debe
terminar. Y poco a poco se fueron despidiendo los invitados con gran pena
porque las cosas buenas nunca deben terminar. El Sr. De la Rosa se comprometió
a celebrar más adelante otro evento similar para disfrute de sus amigos y
familiares.
Dicen que en la mañana
del 15 de agosto por Toledo se vieron muchas gafas de sol y según se comenta en
los mentideros locales en muchas cafeterías no pararon de elaborar café
bastante cargado y chocolate con churros.
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