Lorenzo de Ara
Leí lo siguiente no sé a quién: “Miente muy
convincentemente”. Pues en el Puerto de la Cruz, más de un concejal lo hace;
mentir, digo. Convincentemente.
“A veces…la calumnia, el rumor, la mentira son más
divertidas que las verdades y se las creen los ciudadanos”, sentencia Raúl del
Pozo. Y añade el periodista y escritor: “El amarillismo es tan viejo como la
propia escritura cuneiforme”. Dicho en cristiano, (por si algún indolente no se
entera), que lo retorcido, lo encochinado y lo ruin, siempre han estado ahí.
Ante nuestros ojos. Pero resulta que muchas veces no lo hemos querido ver. Ni
oler.
Pero no todo está perdido. Afortunadamente existe
la esperanza. ¿Por qué? Verán ustedes, de repente un joven político portuense,
Emilio Fariña, en Gente Radio, en la tertulia “Hablemos del Puerto de la Cruz,
opina lo siguiente con absoluta libertad. “Uno cree en la política en
mayúscula. Ahora bien, no olvidando que uno se debe al conjunto de ciudadanos
que le votan y a los que no por supuesto que también, y hoy en día más que a
los militantes, porque las relaciones hoy por hoy de los partidos políticos
para con los militantes ya no son tan sociológicas como lo eran antes. Ahora
son más clientelares. Los partidos políticos para regenerarse tienen que
generar otro tipo de relaciones más abiertas con la ciudadanía. Hacer posible
que la ciudadanía participe. Generar adhesiones más allá del carné. Con la
confianza, con el crédito y con la capacidad de gestión”.
Un socialista portuense, no su jefe, no un
representante anquilosado y endiosado de la denominada vieja guardia de ese
partido en el Puerto de la Cruz, manifiesta algo que toda persona que milite en
un partido político debería tener muy presente. Me siento orgulloso de conocer
a Emilio Fariña. Recuerdo que Salvador Sostres escribió en mi ABC: “La mayor
ignorancia es no saber lo que nos destruye”. Emilio sí lo sabe. Y es joven.
En el Puerto de la Cruz hay algo que se ha vendido
como una máxima incontrovertible. “La autocrítica es una especie muy rara de
ver”, Fernando Savater.
Los malos políticos en nuestra ciudad (porque los
hay) pretenden inculcar que la imperfección siempre está en la casa del
enemigo, sin olvidar que el enemigo no es el adversario ideológico, sino el
compañero que comparte con ellos el mismo proyecto, el mismo suelo, conviviendo
ambos bajo el mismo techo.
El filósofo Savater también recuerda en su libro
“Ética de urgencia”:” Las políticas, como cualquier relación social, establece
un juego entre la verdad, la mentira, las veracidades y la falsedad. Hay
políticos que dicen más verdades que otros, partidos que mienten más, y otros
que menos, pero el juego nunca es completamente limpio”.
Podemos estar toda la fía escuchando el soliloquio
de un concejal atrincherado (vale también para cualquier concejala), el
blablablá de un grupo de vecinos agrupados en un banco público. Todos con su
opinión. Y lo más terrible, todos con su verdad.
Fue Winston Churchill el que dijo en la Casa de
los Comunes: “"De hecho, se ha dicho que la democracia es la peor forma de
gobierno, excepto por todas las otras formas que han sido probadas de vez en
cuando".
En el municipalismo hay políticos que, pasados los
años, han terminado convirtiéndose en una rémora. Son jóvenes, pero viejos al
mismo tiempo. Arrastran demasiadas cadenas. No son creíbles.
Valores nuevos del municipalismo portuense llaman
a la puerta. Muchos serán aplastados, quemados, caerán en el aburrimiento y
terminarán por abandonar.
Un joven político llamado Lope Afonso supo llegar.
Cuando casi nadie creía en él, puedo alegrarme porque yo sí lo hice. Aposté por
él, a pesar de los aburridos y viejos dinosaurios que ambicionaban que todo
siguiera igual.
El PSOE del Puerto de la Cruz tiene en Emilio
Fariña un valor en alza. Ojalá que los mediocres no se consoliden para siempre.
Y Coalición Canaria es el partido que no debe
olvidar, sobre todo sus líderes naturales, lo que en su día también dijo el
político inglés arriba mencionado: "La democracia es la necesidad de
doblegarse, de vez en cuando, a las opiniones de los demás".
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