Lorenzo de Ara
Cuando en el Puerto de la Cruz se habla de Pamarsa
se hace de noche. Nunca luce el sol para la jodida empresa pública que en su
día parió de mala manera el PSOE local. Parque Marítimo S.A. ¡Ahí es nada!
Cuánta oratoria basura nació después del primer día con las puertas abiertas de
lo que pasaría a convertirse en un coladero de personas (¿trabajadores?) con el
carné del partido en la boca. ¿Todos? Naturalmente que no. Ha habido y hay
excelentes profesionales en la empresa pública que jamás debió nacer. Y no solo
el PSOE ha hecho un uso calamitoso de ella. También CC y PP han aprovechado la
presencia en el poder para contentar a los inútiles de turno. Pamarsa debe
morir.
Un ayuntamiento dedicado a servir refrescos,
pinchos de tortilla y cortados, es cualquier cosa menos un ayuntamiento serio.
Ya va siendo hora (aunque tendremos que esperar a
2022, al parecer) de que Pamarsa (ahora no recuerdo con que otro nombre se la
conoce en la ciudad; ¡esta memoria mía!) descanse para siempre bajo tierra.
Siempre será recordada como la criatura maldita
del PSOE del Puerto de la Cruz. Igualmente, ya tiene un sitio en la historia
como muñeca que servía para satisfacer los instintos más bajos de la peor
política que muchas veces se ha practicado en la ciudad.
Los populismos en el siglo XXI deambulan también
por la política local. Los argumentos son simples. Nuestros politiquillos
aseguran que se deben a los trabajadores. Que piensan en esas familias. ¡Y yo!
Esos profesionales no tienen culpa de lo que supone Pamarsa. Pero cuando un
político cortoplacista recurre a ese argumento, lo primero que un ciudadano
inteligente debería responderle es que el monstruo ha crecido porque en todo
momento se ha practicado el aquelarre del compadreo. Antes y ahora. Que siempre
ha habido una Pamarsa (ayuntamiento paralelo) al servicio de los intereses de
siglas políticas.
Pamarsa (la marca del PSOE en la frente y en el
culo, o donde ustedes quieran ponerla) es una rémora para el ayuntamiento.
El día que Pamarsa pase a ser un fiambre, el
Puerto de la Cruz respirará tranquilo.
Un muerto que llevaba mucho tiempo a la intemperie
yacerá enterrado. ¡El mal olor de Pamarsa dejará de ser protagonista en el
Puerto de la Cruz!
(A los buenos trabajadores que hay en la empresa,
mi gratitud y admiración por el desempeño diario de sus obligaciones. De
corazón.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario