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sábado, 21 de abril de 2018

EL DÍA QUE PAMARSA PASE A SER UN FIAMBRE


Lorenzo de Ara

Cuando en el Puerto de la Cruz se habla de Pamarsa se hace de noche. Nunca luce el sol para la jodida empresa pública que en su día parió de mala manera el PSOE local. Parque Marítimo S.A. ¡Ahí es nada! Cuánta oratoria basura nació después del primer día con las puertas abiertas de lo que pasaría a convertirse en un coladero de personas (¿trabajadores?) con el carné del partido en la boca. ¿Todos? Naturalmente que no. Ha habido y hay excelentes profesionales en la empresa pública que jamás debió nacer. Y no solo el PSOE ha hecho un uso calamitoso de ella. También CC y PP han aprovechado la presencia en el poder para contentar a los inútiles de turno. Pamarsa debe morir.

Un ayuntamiento dedicado a servir refrescos, pinchos de tortilla y cortados, es cualquier cosa menos un ayuntamiento serio.

Ya va siendo hora (aunque tendremos que esperar a 2022, al parecer) de que Pamarsa (ahora no recuerdo con que otro nombre se la conoce en la ciudad; ¡esta memoria mía!) descanse para siempre bajo tierra.

Siempre será recordada como la criatura maldita del PSOE del Puerto de la Cruz. Igualmente, ya tiene un sitio en la historia como muñeca que servía para satisfacer los instintos más bajos de la peor política que muchas veces se ha practicado en la ciudad.

Los populismos en el siglo XXI deambulan también por la política local. Los argumentos son simples. Nuestros politiquillos aseguran que se deben a los trabajadores. Que piensan en esas familias. ¡Y yo! Esos profesionales no tienen culpa de lo que supone Pamarsa. Pero cuando un político cortoplacista recurre a ese argumento, lo primero que un ciudadano inteligente debería responderle es que el monstruo ha crecido porque en todo momento se ha practicado el aquelarre del compadreo. Antes y ahora. Que siempre ha habido una Pamarsa (ayuntamiento paralelo) al servicio de los intereses de siglas políticas.


Pamarsa (la marca del PSOE en la frente y en el culo, o donde ustedes quieran ponerla) es una rémora para el ayuntamiento.

El día que Pamarsa pase a ser un fiambre, el Puerto de la Cruz respirará tranquilo.

Un muerto que llevaba mucho tiempo a la intemperie yacerá enterrado. ¡El mal olor de Pamarsa dejará de ser protagonista en el Puerto de la Cruz!

(A los buenos trabajadores que hay en la empresa, mi gratitud y admiración por el desempeño diario de sus obligaciones. De corazón.)

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