José Melchor Hernández Castilla
El Batallón Provisional de Canarias estaba
formado mayoritariamente por canarios (existía en la península ibérica el
regimiento Canarias nº 42, sin ninguna vinculación con las Islas Canarias).
El conflicto español-cubano, del 24 de
febrero de 1895, conllevó que las tropas españolas hicieran escala en Santa
Cruz de Tenerife o en Las Palmas para suministrarse de víveres, agua y carbón,
y para también para completar el cupo de soldados.
Según Real Orden publicada en el Diario
Oficial del Ministerio de la Guerra de 19 de Octubre de 1895, se organizó el
Batallón Provisional de Cuba: con 4 batallones de Baleares y 2 batallones de
Canarias. El contingente canario, dispuesto por sorteo, estaba formado por el
Teniente Coronel, Policarpo Padrón Verdugo, con experiencia en la anterior
guerra de Cuba (1869-1879); un Comandante; 3 Capitanes; 4 Primeros Tenientes; 5
Segundos Tenientes; 10 Sargentos; 19 Cabos; 8 Cornetas y 291 soldados.
El embarque de la tropa canaria se realizó
en el San Ignacio Loyola de la Compañía Transatlántica, el 28 de noviembre de
1895 desde Tenerife. Y desembarcaron en lanchones en el muelle de Caballería de
La Habana el 17 de diciembre de 1895.
Desde el 11 de junio al 23 de agosto de 1896, las tropas del Batallón Provisional de Cuba habían participado en 12 enfrentamientos bélicos: Industria, Inocencia, Conchita, Almendares, Montalvo, San Nicolás, Culebra, Río Hondo, Lomas de Juan Delgado, Punta Gabriel, San Antonio Alegre, Potrero Gómez. El cansancio, el vómito negro y la fiebre amarilla eran motivo de muchas hospitalizaciones de los canarios.
Tras un nuevo sorteo, un nuevo grupo de
canarios, más de 200, formaban parte de la 8ª compañía del Batallón Provisional
de Cuba, partiendo desde el Puerto de Santa Cruz de Tenerife el 30 de agosto de
1896. En esta expedición, se mezclaban jóvenes canarios de 18 años, sin casi instrucción
militar, con soldados de experiencia, en torno a 30 años.
El 28 de diciembre de 1896, la
Subinspección de Infantería separaba el Batallón Provisional de Cuba en dos:
Batallón Provisional de Canarias y Batallón Provisional de Baleares. El Batallón
Provisional de Canarias era destinado hacia San José de Las Lajas, en el centro
de la provincia de La Habana. Desde febrero de 1897, llevaron en la solapa las
iniciales “P” y “C” (Batallón Provisional de Canarias) entrelazadas en metal
dorado, para ser identificados. Desde el 3 de junio al 17 de septiembre de
1897, participaron en más de 14 acciones alrededor de La Habana.
Con la explosión del barco americano
Maine, en la bahía de Cuba en febrero de 1898, Estados Unidos declaraba la
guerra a España el 25 de abril de 1898. Por ello, El Batallón Provisional de
Canarias se ocupó de la vigilancia de costas en Bacurana y de la línea férrea
de Murias a Campo Florido.
Tras el desastre naval en Santiago de
Cuba, en agosto de 1898, se rindió la Isla de Cuba a Estados Unidos y se
pactaba la salida española antes de fin de año.
A finales de Septiembre de 1898, era
disuelto el Batallón Provisional de Canarias y sus hombres repatriados en
Octubre en el Vapor Correo Puerto Rico.
Durante la guerra, 219.858 soldados procedente de toda España fueron trasladados por la Compañía Transatlántica a Cuba, de ellos 44.389 soldados fallecieron por la guerra o por enfermedades. Según el recuento realizado por el historiador Javier Márquez Quevedo (2010), un total de 1.419 soldados canarios se alistaron para las guerras coloniales, y fueron embarcados en 9 expediciones consecutivas a Cuba, Puerto Rico y Filipinas, entre agosto de 1895 y febrero de 1898. Los dos transportes más números sucedieron en noviembre de 1895, con 343 hombres; y en agosto de 1896, con 437 hombres. En total, 780 soldados canarios con destino a Cuba en esas dos expediciones.
Por otra parte, La Cruz Roja de Tenerife y
la de La Palma, antes de 1898, auxiliaba a casi 700 soldados repatriados con
ropas, medicinas, vinos, apósitos y otros enseres; y el obispo de Las Palmas,
Cueto, habilitaba, durante, un tiempo, su palacio episcopal como hospital para
heridos y enfermos de las campañas.
Algunos diarios de las Islas Canarias, publicaban los nombres de 104
soldados canarios muertos entre marzo de 1896 y 1898. Asimismo, El Batallón
Provisional de Canarias expidió 242 certificados de defunción. El pago a las
familias, por la muerte de un soldado se concretó en 182,5 pesetas anuales
(siendo el salario diario de un peón de 1,75 pesetas).
El 90% de las bajas de canarios eran
causadas por las enfermedades tropicales: fiebre amarilla, paludismo,
tuberculosis y disentería crónica. Así, las tropas repatriadas ingresaban en el
lazareto para su posterior cuarentena, custodiadas por médicos titulares de los
ayuntamientos. Así, no era extraño, que de los 252 veteranos de Cuba y Puerto
Rico, que solicitaban una fe de soltería en la Diócesis de Las Palmas, sólo 6
se atrevían a declarar que habían estado enfermos.
En el Boletín Oficial de la Provincia, se
nombraban a 280 soldados canarios de todas las islas para el cobro de sus
alcances (salario que le debía el Estado Español), sin aclarar si fueron
repatriados o fallecidos. En los archivos del ayuntamiento de Las Palmas, se constataba
la existencia del pago a más de 200 soldados repatriados de Cuba y Filipinas,
con fecha hasta 1909.
Bibliografía:
- García
Pérez, Lorenzo. “El Batallón Provisional de Canarias en la Guerra de Cuba
(1895-1895)”. Tebeto: Anuario del Archivo Histórico Insular de Fuerteventura,
nº 17, 2004, páginas 127-154. Páginas 129-143.
- Márquez
Quevedo, Javier. “Combatientes y repatriados Canarios de la Guerra de la Guerra
de Cuba, 1895-1898”. Anuario de Estudios Atlánticos. Las Palmas de Gran
Canaria. Nº56, páginas 169-198. Páginas 169, 175, 176, 185, 191, 192, 194.
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