Yo estoy más que dispuesto a jugar contra el psoe. Dispuesto a ese "todo" que emplean los socialistas y los comunistas con tal de no perder un ápice de poder. A ver si los españoles pasan a la acción y defienden con uñas y dientes la democracia, el Estado de derecho. Sacarán al perro rabioso otra vez para inocular el miedo, la parálisis. Este juego no está hecho para cobardes, para centristas del buen rollito. Para esa hedionda política del apaciguamiento que engorda a la bestia. Yo juego, pero juego a ganar. Después del entierro triste de Ciudadanos (no me alegro una pizca de su trágico final), toca una vez más poner a España por encima de todo. Más Colón, mucho más. La extrema izquierda tiene a la brunete mediática. Pero yo temo más la cobardía, el desinterés, la ignorancia en las calles. Que el español que quiere desprenderse del horror establecido se auto convenza de que todo está perdido; que siempre ganarán los mismos. Y, por último, en este momento crítico de nuestra Patria, el PP y sus voceros (los tiene también VOX, naturalmente) tienen que apartar, enterrar el hacha de guerra. El guerracivilismo en la derecha es una declaración de guerra a España. ¡Paren! Y más, mucho más Colón.
Nunca dejaré de decir que me entristece este final de Ciudadanos. Lo repetiré durante mucho tiempo. Hay españoles que después de enterrado el cuerpo naranja ya en avanzado estado de descomposición, optarán por quedarse en casa. O sea, abrumadora abstención que, ni que decir tiene, favorecerá los intereses de la batasunizada izquierda.
Añadiré que espero con mucho interés el día en que Casado y los suyos (tantísimos, en la nueva Génova y en algunos medios) aplaudan con las orejas la súplica del olvido y el perdón a VOX. Y el partido de Abascal (esperan millones de españoles) aceptará el olvido y las disculpas. La unidad deberá pasar por ese trance. A nadie se le escapa que hace un par de horas, en los despachos de los mandamases del PP y en sus "no" comprados medios de comunicación, se entretenían imaginando la voladura electoral de VOX, dejando en un segundo plano lo que tuviese que ver con España, la democracia, el Estado de derecho; ¡esas absurdas monsergas, ¿verdad, Casado?!
Un hombre democristiano, yo, votante del PP desde hace tiempo, se pregunta por qué las miserias políticas soportan tan bien la democracia. Deberían desaparecer. La democracia es claramente opuesta a esas miserias. No reúne las condiciones idóneas para la supervivencia de la miseria política. Pues no, ahí están: el odio a VOX es una miseria injustificable, y en el mismo terreno fétido, corretean Bildu, ERC, UP, etc.
Lo escribe Luis Ventoso: “Sánchez es un soberbio maniobrero, merced a dos cualidades: una tenacidad a prueba de bombas y una absoluta amoralidad táctica (todo le da igual con tal de amarrar el poder).
La amoralidad se adentra por los vericuetos del sistema. Lo corrompe. Esta izquierda que ambiciona un país subsidiado, empobrecido e iletrado se encarga de la lapidación del sistema del 78.
PP y VOX, con o sin Casado, con o sin Egea, pero con millones de españoles libres, han de entregarse por entero a la salvaguarda de España.
Thatcher, la hija del tendero, cambió tantísimas cosas en el Reino Unido, y para bien.
Entre ellas, su inquebrantable dureza ante los cobardes y enemigos, también en el partido Tory.
La derecha española, desde el centro, sí, pero también con liberales, conservadores y democristianos, ha de unirse en Colón y, desde ese punto, hacer crecer la ilusión y la esperanza.
La muerte de Ciudadanos es un hecho. Si el PP quiere cantar victoria, el encefalograma plano de este partido augura un periodo de oscuridad letal. VOX no dejará de crecer. Y el crecimiento de VOX es bueno para España.
Lorena G. Maldonado asegura: “Porque me sale del coño.” (Lean su formidable columna de hoy sábado en El Español. Excelente escritora.) Y su trabajo no busca el escándalo. Al contrario. es un canto a la belleza.
Y yo afirmo: “Porque me sale de los
huevos.” Para España es bueno que VOX siga creciendo y recibiendo el apoyo de
los demócratas españoles.
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