Juan Antonio Gómez Jerez
Muchos de nosotros pensamos y deseamos que no
existan esos tipos de personas a los que llamamos malvadas…
Desgraciadamente, sí las hay. Quizás mucho más
cerca de lo que podemos pensar e imaginar. Y es sinceramente una pena que haya
en este mundo personas que puedan hacer daño a otras, sin más.
No hace falta sino poner la tv o escuchar la radio
y ver todas las noticias que no somos capaces ni de asimilar, que no somos
capaces de aceptar y sobre todo que no somos capaces de no condenar.
Ya sea terrorismo, malos tratos, acoso laboral o
escolar, asesinatos, o cualquier otro tipo de circunstancia similar, no estamos
preparados para asimilar de golpe tanta maldad.
¿Qué pasa por nuestra cabeza cuando vemos o
padecemos en nuestras propias carnes algún tipo de acto abusivo hacia nosotros?
No lo entendemos, no somos capaces de entender por qué sucede y sobre todo no
entendemos por qué nos sucede a nosotros mismos.
La maldad se apodera de las personas; quizás las
personas más débiles, aquellas que tienen una autoestima endeble, aquellas que
sufren de celos, envidia, rencores… se apodera de ellas y las convierte en
personas frías y carentes de empatía.
Pero, ¿Qué es en si la Maldad? ¿Qué significa este
concepto?
El concepto de maldad, se usa esencialmente para
identificar a alguien o algo que ejerce el mal, con la intención de hacer el
mal.
Se han hecho muchas investigaciones sobre este
tema, ya que descubrir el llamado gen de la maldad, sería asegurar que hay
personas que son malas de nacimiento, lo cual caería en diversos errores a la
hora de su lectura. Se suele asimilar por
algunos investigadores al cromosoma X, que aporta MAO-A, con lo cual quiere
dejar claro que es la maldad en todas sus acepciones, una cosa del carácter
masculino. Pero hemos podido ver como se reproducen actos de maldad tanto en
mujeres como en hombres.
Es evidente, que la Maldad, es además una
“enfermedad” social, porque podemos ver cada día como en diferentes ámbitos de
nuestro entorno se producen actos violentos: violencia de género, acoso,
asesinatos y demás barbaridades.
Pero en cierta forma estamos preparados para la
violencia, ya que, el bombardeo de ésta tanto en tv como en el cine, alcanza
valores que llegan a lo inapropiado y morboso. Hemos ido aprendiendo en un
mundo de cuento que existe, verdadero o falso, el juego del lo bueno y lo malo,
explotación del maniqueísmo hasta alcanzar los objetivos: hacernos creer en lo
malo, temerlo y actuar en consecuencia; cómo no, una forma de controlar a la
multi millonaria población mundial.
Yo quiero dejar reflejado mi más enérgico rechazo
a todo tipo de agresiones y actos de violencia en cualquier parte del mundo y a
cualquier persona sea cual sea.
Podemos luchar entre todos para cambiar esta
situación social. La educación y la integración puede ser la clave. Ojalá
podamos ver un mundo con menos maldad.
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