Teresa González
Sereno refrescante
en la armonía que es deleite
de la Diosa danzarina
en la desnudez de sus surcos
preñados de energía cósmica,
equilibrio natural
del aliento de mi alma.
Hoy te huelo perfumada
ensancharte en tus entrañas
recorriendo un mundo
de inconciencias
salpicadas de tu piel.
Tu eco madre cual rayo
se ha alojado
en los ojos de la vida,
en los hilos lánguidos de este día,
en los sueños cortos de esta noche,
igual que millones
de puestas y salidas de sol.
Sé que tu vistazo
exhaustivo y potentado
por siempre me verá
desde los poros de la tierra
por toda la eternidad.
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