Agustín Armas Hernández
Todo un lujo, tener en el Puerto de la Cruz un lugar tan emblemático
y adecuado para celebrar todo tipo de eventos: conciertos musicales,
exposiciones de pintura y escultura, conferencias, recitales poéticos, etc. Me
estoy refiriendo al vetuzto y veterano, Castillo de San Felipe.
Varias veces
remodelado, para ponerlo al día y dedicarlo a diferentes funciones. Se
construyó en el siclo XVII para impedir que los barcos piratas se acercaran a
la ciudad con intención de saquear. y, también, para proteger a los navíos que,
asiduamente, venían al Puerto de Orotava, (hoy Puerto de la Cruz) a
intercambiar mercancías. Y, sobre todo, para alejar de la costa a los que se
dedicaban al abordaje y saqueo en las cercanías de las Islas Canarias. Muchos
veleros sucumbieron a las exigencias de estos piratas, sobre todo a los que,
procedentes de América, se dirigían a la Península Ibérica cargados con
variados productos: oro, plata cte. Pero que, por motivos de aprovisionamiento,
se tenían que acercar a la caleta portuense. Momentos que los corsarios
aprovechaban para cometer sus fechorías.
En tiempos borrascosos y de penurias, el viejo castillo,
acogió, en su interior, a varias familias de indigentes. Idos éstos, los que
ocupaban el castillo. ya soplando vientos mejores, se instaló en sus
acondicionadas habitaciones y terraza, con vistas al mar y pintoresco barrio
portuense de Punta Brava, un bonito y atractivo restaurante. Lo visitaban
muchos clientes, de la misma localidad y de los pueblos colindantes. El
restaurante, como todo en esta vida, terminó. En la actualidad, el Castillo de
San Felipe, se encuentra en pleno apogeo, en cuanto a celebraciones culturales
se refiere.
El miércoles, 31 de octubre, recibí, por medio de mi
correo electrónico, la siguiente invitación: "el Ayuntamiento de Puerto de
la Cruz: la concejala delegada del área de cultura doña Sandra Rodríguez le
invita a la presentación del libro: AGUSTÍN DE BETANCOURT, SECRETOS CUBANOS DE
UN INGENIERO HISPANO-RUSO, de la autora doña Olga W. Egorova, a cargo del
ingeniero de montes, don Isidoro Sánchez García, y al RECITAL MUSICAL de
Otoniel Rodríguez".
El acto comenzó a las 19/30 horas, del martes 6 de noviembre
de 2018 en el lugar arriba indicado.
No falté a esta invitación, que resultó ser muy interesante
y agradable. Como así fue.
A la autora del citado libro, que recomiendo leer, (infórmese
en el ayuntamiento) la presentó, previa introducción de la concejala del área
de cultura, doña Sandra Rodríguez, el ex Eurodipudo Isidoro Sánchez García,
experto conocedor del personaje a tratar: don Agustín de Betancourt y Molina.
Solo decir que,
doña Olga W. Egóva, autora del libro, es profesora de la Universidad Técnica de
Moscú y, como investigadora, se interesó, desde hace muchos años, por la vida y
obra de nuestro Ingeniero e inventor Agustín de Betancourt. Del cual sabe todo
o casi todo. ¡Admirable!
De ella, como de varios otros
investigadores-conferenciantes he aprendido mucho sobre la vida e inventos de
nuestra admirado paisano Betancourt. Fue una persona tan inteligente e
inquieto, que no paraba. Recorrió casi toda Europa: viendo, inventando,
adaptando, perfeccionando e instalando máquinas de todo tipo. Además, de planificar y dirigir la
construcción de infinidad de importantes edificios, en las varias ciudades por
donde pasaba. Sobre todo, en la inmensa Rusia; donde lo querían, quieren, y
admiran mucho por todo lo que hizo por la prosperidad de esa tierra.
En esa bonita e interesante noche en el Castillo de San
Felipe, aprendí, entre muchas otras cosas, algo nuevo: que Agustín de
Betancourt no estuvo en Cuba, porque lo detuvieron, cuando se disponía partir
para esa tierra caribeña. Pero, sí llegaron sus inventos, sobre todo la máquina
de vapor. Ellas aliviaron, mucho, a las personas y animales en el trabajo y la
elaboración de la caña de azúcar.
Otoniel Rodríguez, (pianista) Genial, cómo siempre.
¡Felicidades a todos!
Veamos unas fotos, de los intervinientes en el acto y del
público asistente.
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