Cristina Tavío
El 6 de noviembre de 2018 será a partir de ahora una
fecha clave para nuestra tierra pues celebraremos que ese día se publicó en el
Boletín Oficial del Estado y entró en vigor el nuevo Estatuto de Autonomía de
Canarias y el nuevo Régimen Económico y Fiscal (REF) del Archipiélago.
Como ya les adelanté en este misma tribuna hace quince
días, estamos viviendo una oportunidad histórica pues le estamos concediendo a
Canarias su propia carta magna acorde a la realidad que estamos viviendo.
No les voy a repetir los argumentos que esgrimí
entonces para defender este nuevo Estatuto, pero sí permítanme que hoy haga una
reflexión sobre la importante referencia de Canarias como región
ultraperiférica y el hecho de que este estatus quede amparado en el bloque de
constitucionalidad.
Es cierto que en el ordenamiento jurídico comunitario
dicho estatus estaba totalmente garantizado en diversos preceptos normativos
recogidos en los Tratados de Maastricht, de Ámsterdam o de Lisboa. De hecho, Canarias
es la única región española y del continente europeo que está reconocida en el
Tratado de Lisboa (artículo 349), donde se definen las especificidades de las
islas como Región Ultraperiférica de la Unión Europea.
Dos décadas después de este reconocimiento, nuestra
Comunidad Autónoma da un paso más con este nuevo Estatuto que nos ayudará a
reinventarnos y a crecer, haciendo valer nuestra peculiar ubicación como
archipiélago atlántico como una oportunidad.
Tal y como se recoge en el Memorándum Conjunto de las
Regiones Ultraperiféricas titulado Por un
nuevo impulso en la implementación del artículo 349 del de Tratado de
Funcionamiento de la Unión Europea, de marzo de 2017, las RUP están es especialmente
apegadas a la identidad de su territorio, vivir y residir en una región
ultraperiférica no implica resignarse a un menor desarrollo, al desempleo, a la
precariedad, a renunciar al acceso a una red de servicios de calidad o a estar
condenados a la inmovilidad por falta de medios de transporte a un coste
asequible.
Por eso cobra especialmente valor las múltiples
referencias de nuestra condición de ultraperifericidad en este Estatuto de
última generación y en nuestro REF porque al final entre todos hemos conseguido
que nuestros derechos diferenciales queden recogidos constitucional y
estatutariamente y no se vean como privilegios sino como algo que nos
corresponde por estar lejos y alejados.
De hecho, el artículo 3 del nuevo texto sostiene
que como consecuencia de nuestra lejanía, insularidad y ultraperiferia, los
poderes públicos podrán adaptar sus políticas y actuaciones legislativas y
reglamentarias, así como sus decisiones financieras y presupuestarias, cuando
dichas circunstancias incidan de manera determinante en tales competencias.
Concretamente, señala que dichas adaptaciones se
podrán producir en materia de transportes, telecomunicaciones y nuestras
infraestructuras; mercado interior; energía; medio ambiente; puertos;
aeropuertos; inmigración; fiscalidad; comercio exterior; y, en especial, en el
abastecimiento de materias primas y líneas de consumo esenciales y cooperación
al desarrollo de países vecinos.
No cabe duda, por tanto, de que el nuevo
Estatuto y el REF son dos documentos de vital importancia para el presente y el
futuro de nuestra tierra, no en vano, con ellos no sólo se refuerza el
autogobierno y se clarifica las relaciones con el Estado, sino que además se
desarrolla una nueva generación de derechos de los canarios en su acceso a los
servicios públicos fundamentales.
Esta nueva norma, que va a regular la
convivencia entre nosotros, y va a reconocer y a constitucionalizar nuestros
derechos, nuestras libertades y nuestra forma de gobierno, será también garante
de libertad, de solidaridad y de igualdad de oportunidades entre los canarios.
Y no quisiera despedirme sin hacer alusión a
otro hecho que considero histórico. Con este nuevo Estatuto perdemos un islote pero
ganamos una Isla: La Graciosa, que pasa a ser reconocida oficialmente como la
octava isla, y dependerá administrativamente de Lanzarote.
Mis felicitaciones a todos los gracioseros y
también a todos los canarios porque no tengo la menor duda de que con el nuevo
Estatuto y el nuevo REF ganamos todos.
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