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domingo, 11 de noviembre de 2018

UNA CANARIAS DE ÚLTIMA GENERACIÓN


Cristina Tavío

El 6 de noviembre de 2018 será a partir de ahora una fecha clave para nuestra tierra pues celebraremos que ese día se publicó en el Boletín Oficial del Estado y entró en vigor el nuevo Estatuto de Autonomía de Canarias y el nuevo Régimen Económico y Fiscal (REF) del Archipiélago.

Como ya les adelanté en este misma tribuna hace quince días, estamos viviendo una oportunidad histórica pues le estamos concediendo a Canarias su propia carta magna acorde a la realidad que estamos viviendo.

No les voy a repetir los argumentos que esgrimí entonces para defender este nuevo Estatuto, pero sí permítanme que hoy haga una reflexión sobre la importante referencia de Canarias como región ultraperiférica y el hecho de que este estatus quede amparado en el bloque de constitucionalidad.

Es cierto que en el ordenamiento jurídico comunitario dicho estatus estaba totalmente garantizado en diversos preceptos normativos recogidos en los Tratados de Maastricht, de Ámsterdam o de Lisboa. De hecho, Canarias es la única región española y del continente europeo que está reconocida en el Tratado de Lisboa (artículo 349), donde se definen las especificidades de las islas como Región Ultraperiférica de la Unión Europea.

Dos décadas después de este reconocimiento, nuestra Comunidad Autónoma da un paso más con este nuevo Estatuto que nos ayudará a reinventarnos y a crecer, haciendo valer nuestra peculiar ubicación como archipiélago atlántico como una oportunidad.

Tal y como se recoge en el Memorándum Conjunto de las Regiones Ultraperiféricas titulado Por un nuevo impulso en la implementación del artículo 349 del de Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, de marzo de 2017, las RUP están es especialmente apegadas a la identidad de su territorio, vivir y residir en una región ultraperiférica no implica resignarse a un menor desarrollo, al desempleo, a la precariedad, a renunciar al acceso a una red de servicios de calidad o a estar condenados a la inmovilidad por falta de medios de transporte a un coste asequible.

Por eso cobra especialmente valor las múltiples referencias de nuestra condición de ultraperifericidad en este Estatuto de última generación y en nuestro REF porque al final entre todos hemos conseguido que nuestros derechos diferenciales queden recogidos constitucional y estatutariamente y no se vean como privilegios sino como algo que nos corresponde por estar lejos y alejados.
De hecho, el artículo 3 del nuevo texto sostiene que como consecuencia de nuestra lejanía, insularidad y ultraperiferia, los poderes públicos podrán adaptar sus políticas y actuaciones legislativas y reglamentarias, así como sus decisiones financieras y presupuestarias, cuando dichas circunstancias incidan de manera determinante en tales competencias.
Concretamente, señala que dichas adaptaciones se podrán producir en materia de transportes, telecomunicaciones y nuestras infraestructuras; mercado interior; energía; medio ambiente; puertos; aeropuertos; inmigración; fiscalidad; comercio exterior; y, en especial, en el abastecimiento de materias primas y líneas de consumo esenciales y cooperación al desarrollo de países vecinos.
No cabe duda, por tanto, de que el nuevo Estatuto y el REF son dos documentos de vital importancia para el presente y el futuro de nuestra tierra, no en vano, con ellos no sólo se refuerza el autogobierno y se clarifica las relaciones con el Estado, sino que además se desarrolla una nueva generación de derechos de los canarios en su acceso a los servicios públicos fundamentales.
Esta nueva norma, que va a regular la convivencia entre nosotros, y va a reconocer y a constitucionalizar nuestros derechos, nuestras libertades y nuestra forma de gobierno, será también garante de libertad, de solidaridad y de igualdad de oportunidades entre los canarios.
Y no quisiera despedirme sin hacer alusión a otro hecho que considero histórico. Con este nuevo Estatuto perdemos un islote pero ganamos una Isla: La Graciosa, que pasa a ser reconocida oficialmente como la octava isla, y dependerá administrativamente de Lanzarote.
Mis felicitaciones a todos los gracioseros y también a todos los canarios porque no tengo la menor duda de que con el nuevo Estatuto y el nuevo REF ganamos todos.

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