Pedro Ángel González Delgado
Desde que la marca blanca de Unidos Podemos,
Asamblea Ciudadana Portuense (ACP), irrumpiera en el salón de plenos del
Ayuntamiento de Puerto de la Cruz, con los tres concejales que le
proporcionaron los votos que de algunos portuenses les otorgaron en los pasados
comicios de mayo de 2015, se han dedicado a la vieja y populista política de
hacer creer que “todos son corruptos menos nosotros”. De esa forma, manipulando
y sesgando la información, tratan de hacer creer que el resto de ediles que
conforman el veintiuno de ese noble salón han venido a la política por sus
intereses personales y que ellos son los únicos que defienden “a la gente” ante
los intereses espurios de los demás partidos políticos. Tal es así que,
superado el ecuador de este mandato, hemos podido ver como acusan a los demás
prácticamente de todo, evidentemente, de todo lo malo que pueda suceder e,
incluso, de lo que no ha sucedido. Y cuanto mejor va la ciudad, cuanto más se
evidencia la buena gestión, más duro se vuelve el mensaje por parte de los
populistas porque, para ellos, cuanto peor, mejor.
Sin
embargo, si algo se ha puesto de manifiesto en los últimos meses es que, los
autodenominados asamblearios, sólo han conseguido aglutinar personas
interesadas en ocupar un puesto en el gobierno con sueldo porque lo demás no
interesa. Solamente así se puede explicar que llevan ya más de tres meses sin
conseguir que ninguno de los candidatos que fueron en su lista electoral en las
referidas elecciones haya querido sustituir a Yaiza González Febles, quien
renunció a ser concejal el 2 de noviembre del pasado año. Desde entonces hasta
ahora cinco son ya los miembros que no han querido tener la responsabilidad y
el honor de ser concejal del Ayuntamiento de Puerto de la Cruz, lo que nos
lleva a pensar que, ¡lo menos que puede hacer un partido político que se
presenta a dirigir el Ayuntamiento de este municipio, es conformar una lista con persona
dispuestas a ser concejal, al menos. Lo contrario, que es lo que ha sucedido,
no es más que una falta de respeto a la ciudadanía, una burla a los electores
que confiaron en una lista de personas que ni siquiera estaban dispuestas a
formar parte de la Corporación para la que se presentaron.
Y es que la
silla vacía del tercer concejal no sólo está en el salón de plenos que, por
cierto, no únicamente lo está por la vacante dejada por Yaiza González y que
sus compañeros de filas Ruth Acosta, Pedro Fuentes, Silke Kellner y Ángel
Tejero, no han querido cubrir (y que suponemos no volverán a formar parte de
una lista electoral en 2019), sino que es habitual que no comparezcan a
aquellas reuniones, comisiones o mesas de trabajo en la que no se pagan dietas.
Así, es público y notorio que mientras por un lado exigen estar presentes en
las mesas de contratación del Ayuntamiento, por otro, su silla siempre queda
vacía porque no acuden a las distintas sesiones de estas mesas. Tal es así que
muchas veces la pregunta que circula es ¿dónde están los que sólo hacen ruido?
Evidentemente, en su interés personal que se basa en manchar la imagen de los
demás como rédito electoral, pero con una piel muy fina para recibir críticas a
su forma de hacer política. Así, entre otros muchos ejemplos, la ciudadanía ha
podido ver cómo se pueden pasar toda una semana anunciando una propuesta
estrella sobre el “IBI social”, aprovechando la ocasión para repetir una y otra
vez lo “malvado” que es el PP y luego resulta que, celebrada la Comisión
Informativa correspondiente en la que se aprueba la bajada de impuestos
municipales, la propuesta que presentan es un pseudo plagio - malo e incompleto
- de una propuesta anterior de otro grupo municipal que, enmendada por el Grupo
de Gobierno (PP-CC), ya había sido aprobada por el Pleno municipal. Y es que no
son originales ni para hacer ruido. Así son y así se retratan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario