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sábado, 3 de febrero de 2018

LA SILLA VACÍA


Pedro Ángel González Delgado

Desde que la marca blanca de Unidos Podemos, Asamblea Ciudadana Portuense (ACP), irrumpiera en el salón de plenos del Ayuntamiento de Puerto de la Cruz, con los tres concejales que le proporcionaron los votos que de algunos portuenses les otorgaron en los pasados comicios de mayo de 2015, se han dedicado a la vieja y populista política de hacer creer que “todos son corruptos menos nosotros”. De esa forma, manipulando y sesgando la información, tratan de hacer creer que el resto de ediles que conforman el veintiuno de ese noble salón han venido a la política por sus intereses personales y que ellos son los únicos que defienden “a la gente” ante los intereses espurios de los demás partidos políticos. Tal es así que, superado el ecuador de este mandato, hemos podido ver como acusan a los demás prácticamente de todo, evidentemente, de todo lo malo que pueda suceder e, incluso, de lo que no ha sucedido. Y cuanto mejor va la ciudad, cuanto más se evidencia la buena gestión, más duro se vuelve el mensaje por parte de los populistas porque, para ellos, cuanto peor, mejor. 

 Sin embargo, si algo se ha puesto de manifiesto en los últimos meses es que, los autodenominados asamblearios, sólo han conseguido aglutinar personas interesadas en ocupar un puesto en el gobierno con sueldo porque lo demás no interesa. Solamente así se puede explicar que llevan ya más de tres meses sin conseguir que ninguno de los candidatos que fueron en su lista electoral en las referidas elecciones haya querido sustituir a Yaiza González Febles, quien renunció a ser concejal el 2 de noviembre del pasado año. Desde entonces hasta ahora cinco son ya los miembros que no han querido tener la responsabilidad y el honor de ser concejal del Ayuntamiento de Puerto de la Cruz, lo que nos lleva a pensar que, ¡lo menos que puede hacer un partido político que se presenta a dirigir el Ayuntamiento de este municipio, es conformar una lista con persona dispuestas a ser concejal, al menos. Lo contrario, que es lo que ha sucedido, no es más que una falta de respeto a la ciudadanía, una burla a los electores que confiaron en una lista de personas que ni siquiera estaban dispuestas a formar parte de la Corporación para la que se presentaron. 

 Y es que la silla vacía del tercer concejal no sólo está en el salón de plenos que, por cierto, no únicamente lo está por la vacante dejada por Yaiza González y que sus compañeros de filas Ruth Acosta, Pedro Fuentes, Silke Kellner y Ángel Tejero, no han querido cubrir (y que suponemos no volverán a formar parte de una lista electoral en 2019), sino que es habitual que no comparezcan a aquellas reuniones, comisiones o mesas de trabajo en la que no se pagan dietas. Así, es público y notorio que mientras por un lado exigen estar presentes en las mesas de contratación del Ayuntamiento, por otro, su silla siempre queda vacía porque no acuden a las distintas sesiones de estas mesas. Tal es así que muchas veces la pregunta que circula es ¿dónde están los que sólo hacen ruido? Evidentemente, en su interés personal que se basa en manchar la imagen de los demás como rédito electoral, pero con una piel muy fina para recibir críticas a su forma de hacer política. Así, entre otros muchos ejemplos, la ciudadanía ha podido ver cómo se pueden pasar toda una semana anunciando una propuesta estrella sobre el “IBI social”, aprovechando la ocasión para repetir una y otra vez lo “malvado” que es el PP y luego resulta que, celebrada la Comisión Informativa correspondiente en la que se aprueba la bajada de impuestos municipales, la propuesta que presentan es un pseudo plagio - malo e incompleto - de una propuesta anterior de otro grupo municipal que, enmendada por el Grupo de Gobierno (PP-CC), ya había sido aprobada por el Pleno municipal. Y es que no son originales ni para hacer ruido. Así son y así se retratan.

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