Rosario Valcárcel
A pesar de que hubo épocas en las que las mujeres
debían estar cubiertas de pies a cabeza, muchas de las obras más conocidas y
reconocidas del arte son representaciones femeninas, desnudos, rostros, así
podemos recordar La Venus De Milo o La Gioconda de Leonardo Da Vinci, entre
otras, en la que los artistas escaparon de la censura porque convirtieron a sus
modelos en Atenea, Venus o Artemisas. Transformaron el cuerpo en gloria de las
deidades.
Pero a través de la historia, los caminos
prohibidos y el decoro se han cruzado y a Goya, la “Maja Desnuda” le costó un
proceso de la Inquisición. Y más recientemente, en el siglo XX, una británica
llamada Mary Richardson agrede con un hacha de carnicero “La Venus del espejo”
de Velázquez, porque considera que ofrece una imagen de la mujer como mero
objeto. Afortunadamente, hoy nadie se escandaliza por la contemplación
pictórica del cuerpo humano, de un desnudo repleto de gozo.
Los primeros pasos de Luz Sosa en el mundo del
arte comenzaron en su adolescencia, con el arte fotográfico que le lleva a
dedicarse profesionalmente a la Publicidad, como creativa y diseñadora gráfica.
Ese fue el primer paso a la pintura, un paso que llegó de forma casual, porque
me desvela la artista:
-Descubrí la pintura en el 2003, en un momento de
crisis emocional y profesional y, por consejo de mi madre que era pintora, cogí
el primer lienzo en blanco. Eso me permitió sentirme libre y aprender el camino
de las emociones.
Como vemos no rechazó el reto ni los desafíos y,
comienza a vivir dentro de esa voz suya como si fuera una habitación, una
habitación con vistas como la que reivindicó Virginia Woolf para las mujeres,
hace casi un siglo. Y en su territorio personal llegan las musas. Entonces
canaliza a través de su trabajo pictórico, el ansia de libertad en óleos, de
pinceladas rápidas, sueltas, lo transforma en emociones.
“Emociones” que es el título de esta nueva
exposición de obras llena de imágenes simbólicas sobre la psicología de la
mujer. Una composición moderna con perspectiva de género, con mirada feminista,
en las que realza el papel de la mujer de hoy: activa, deportista,
independiente y con criterios propios.
Una exposición que podríamos clasificarla en: Retratos,
autorretratos. Rostros y cuerpos desnudos con la técnica al óleo sobre fondos acrílicos,
así como cuatro acuarelas.
Rostros que emergen como catalizadores de
sentimientos espontáneas, como detonante de conquistas y de derrotas, rostros
alterados por el llanto y los miedos, por el deseo y la fuerza, la seducción y
el misterio como parte ineludible de la vida. Rostros de la mujer
contemporánea, que me han recordado el estilo de los pintores Joan Dumouchel o
al artista surcoreano Kim Byungkwan.
Consigue captar la pintora modelos imbuidas en el
mundo de las nostalgias por las carencias y las necesidades afectivas. Imágenes
de soledad y de silencio, creaciones con personalidad erótica y una sensual
vitalidad. Desnudas o vestidas con una gasa de tul, o con sombrero a lo María
Schneider en el Último tango en París, o con chaqueta roja y pies cruzados a
los Sharon Stone en Instinto Básico, o con los famosos Manolos de Blahnik que
ya la cantante Madonna afirmó “que son mejores que el sexo porque duran más”. Imágenes,
todas ellas, impregnadas de un halo poético.
Impregnadas de lirismo como los óleos titulados
Sueños o Silencio donde ese mar, tentador y erótico que bordea la isla de
ensueño, La Palma - de donde procede su madre- se hace protagonista, junto a mujeres
que margullan igual que aquellas ninfas o deidades marinas que seducían a los
marineros con sus hermosos cantos, como nos cuenta el portugués Camoes en su Os
Lusiadas.
Nos acerca en casi una veintena de creaciones a
tres estilos de vida en la mujer. Tres culturas muy distintas como son las
mujeres de Rubens, lúdicas y sensuales, las de Picasso, maltratadas y rotas por
el dolor y las mujeres de Félix Revello mujeres modernas, inteligentes y
románticas. Lienzos que vienen acompañados de pequeños textos poéticos de José
Gil Romero, compañero y amigo de Luz Sosa.
Su primera exposición individual la realizó en el
Real Club Naútico en el 2008 y en el 2009 participa con su primera exposición
internacional en Santo Domingo en FIART y en el mismo año en NEW YORK, en la
IIF GALLERY New York. En el 2017 expone en el Real Casino del Valle de Aridane,
Isla de La Palma. Participando al mismo tiempo en numerosas colectivas, de la
mano del curador Diego Casimiro, entre otros. Ha ganado premios en diferentes
concursos de la isla, entre ellos el accésit Premio Centro de Arte La Regenta,
2017 otorgado en el Concurso de Pintura Rápida Mar de Velas. Y me revela una
buena noticia, el 24 de agosto expondrá en la ciudad de Kielce, Polonia junto
al artista polifacético Oswaldo Cipriani y el pintor polaco Roberto Maciesjski.
Nos refleja Luz una actitud real de la sociedad,
un documento bello de la conducta humana, creada a partir de mujeres
corrientes, de mujeres de nuestra vida cotidiana. Una exposición que Luz Sosa,
como testigo de la realidad, hace suya su voz, e igual que un ave libre en
medio del espectáculo, llega al estremecimiento, y nos ofrece con su amplia
paleta un trabajo más personal, el universo femenino, el más íntimo, el suyo.
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