Salvador García Llanos
Está publicada en el Boletín Oficial de Canarias
(BOC), luego, a partir de ahora todo lo que se haga significa entrar en la vía
administrativa que, para bien o para mal, es la que en teoría sirve para
conseguir lo que se pretende. Todo lo que se ha hablado, en foros, tertulias,
en programas audiovisuales, entre cortados o vasos de vino, opiniones,
viabilidad, aspiraciones, gustos, apetencias, sesgos... todo, todo lo que sea,
ya hay que utilizar el canal del trámite administrativo, que para eso se abre.
Se trata de la resolución del viceconsejero de
Infraestructuras y Transportes del Gobierno de Canarias por la que el proyecto
básico del nuevo puerto del Puerto de la Cruz (versión del 2 de noviembre de
2017) y su estudio de impacto ambiental se somete a información pública y
consulta por un período de treinta días. Hasta mediados de marzo, pues.
Ya pueden ir redactando quienes han discrepado,
han discutido, han estudiado, han valorado negativamente y aún piensan en que
se puede mejorar o corregir para presentar el correspondiente escrito ante los
organismos competentes. Es una especie de hora de la verdad: pasar de las
expresiones verbales y de los escaparates mediáticos al papel donde hay que
plasmar ideas, modelos, sugerencias y planteamientos con respecto a una
actuación de infraestructura cuyo proyecto fue declarado en su día, por el
Gobierno de Canarias, Inversión de Interés Estratégico.
En otras palabras, si se quiere hacer algo
distinto a lo proyectado, hay que utilizar esta vía. Es el proyecto básico y
aún quedan más trámites hasta la aprobación definitiva y el posterior
procedimiento de licitación de obras; pero ya hay que moverse en estas
coordenadas regladas. Todo lo que se diga o haga fuera de ellas es tiempo
perdido o papel mojado, como gusten, absolutamente inútil.
Por lo tanto, todos los que libremente han quemado
energías y han opinado sobre esta actuación cuya iniciativa respetamos pero que
no parece ser la panacea de los males que atraviesa el municipio, tienen ahora
que manifestarse en sede administrativa. Estamos ante uno de los pasos
importantes: la declaración de impacto ambiental y la tramitación ante la
Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar (coloquialmente,
Costas), de la adscripción del dominio marítimo-terrestre del ámbito cubierto
por el puerto al Gobierno de Canarias. Será en el momento de materializarse la
citada adscripción cuando el Cabildo Insular esté en condiciones de licitar la
ejecución de los trabajos.
Por tanto, ya no hay disculpas, ya no tiene
sentido seguir debatiendo sobre contenidos y características cuando con ello se
contribuye a la confusión y al desconcierto, incluso a la incredulidad en la
viabilidad de la actuación, como se ha puesto de manifiesto.
Ahora, hay que concretar si se está de acuerdo o
no, por ejemplo, con la eliminación del tacón concebido para el atraque de
ferris; con la previsión de dos marinas secas (una para pescadores y otra
deportiva); si es suficiente la ampliación del espacio destinado a atraques de
embarcaciones deportivas (treinta y cinco más de las inicialmente diseñados) o
el generado para ocho grandes yates. Algo tendrán que decir también sobre la
pérdida de la categoría 'comercial' para que el Cabildo Insular pudiese
promocionar la actuación.
En fin, muchos componentes y aspectos sustantivos
de la misma que requieren de testimonios, observaciones y alegaciones bien
fundamentadas que “deberán versar -según el texto de la resolución- sobre las
circunstancias que justifiquen esta infraestructura portuaria, y todas aquellas
que tengan relación con la normativa ambiental que le es de aplicación”.
No es querer asustar ni disuadir, ni mucho menos.
Pero hay que mojarse: escribir, comparecer y registrar. Ha llegado la hora de
la verdad, portuenses, sobre todo, los partidarios. Y si no gusta o satisface,
si hay objeciones, hay que ponerlas por escrito en el trámite legal concedido.
De las palabras a los hechos. En lo del muelle,
ese es el salto.
N. del A.- Pueden acceder al texto de la
resolución en el Boletín Oficial de Canarias número 29, del viernes 9 de
febrero de 2018, sección V. Anuncios, páginas 4096 y 4097.
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