LA CULTURA EN EL PUERTO DE LA CRUZ

Lorenzo de Ara

Mienten. Una y otra vez. Mienten.

Afirmar que existe un desierto cultural en el Puerto de la Cruz es una gran mentira. Es mentiroso el que afirma tal cosa. Conozco a más de uno, por lo menos a 10 que se mueven por el Puerto (algunos ni eso, porque no lo conocen y se pierden) vociferando que el gobierno PP-CC es el enemigo número uno de la cultura en la ciudad. Mienten.

La cultura municipal es un pilar de la gestión. Siempre se podrá decir que podemos tener más. Naturalmente. Mucho más. Y en ello se está. No es una labor exclusiva del área de Cultura que dirige Sandra Rodríguez, (quién me lo iba a decir cuando en ella veía el rostro de la política robotizada, sumida en el marasmo de números y más números, alejada de la política con rasgo humano). En esta labor, cobran protagonismo las diferentes plataformas de trabajo que han ido creándose para asegurar la continuidad de muchas actividades de máxima relevancia.

Se promociona el Puerto de la Cruz con la cultura. Se consolida su marca turística con la cultura. Se crea riqueza y puestos de trabajo con la cultura.

Echo en falta, como en tantas otras cosas del devenir municipal, que la oposición salga de la madriguera del no y entierre al Torquemada que lleva dentro. Más unidad quiero.

Y va siendo hora de que los ciudadanos se involucren más. Si hoy el turista es el gran protagonista de numerosas iniciativas culturales municipales y privadas, ojalá que muy pronto se dé la vuelta a la tortilla y podamos decir con orgullo que es el portuense el que ocupa y llena los espacios donde se celebran exposiciones, obras de teatro, conciertos, conferencias, proyección de películas, etc.

Aquí aparece la memoria de actividades hablando de cultura en un municipio que no tiene que agachar la cabeza ante lo que hacen otras localidades de la comarca, por citas las ciudades más cercanas. Ni Orotava ni Realejos pueden en el presente ofrecer una iniciativa que esté por encima de la repercusión local, insular, regional, nacional e internacional que tiene Mueca, por ejemplo.

Sepan que en el Puerto de la Cruz contamos con:

Mataculebra, Día del libro, Mueca, Puerto Street Art Edición, Festival Internacional de La Lana, Día de Los Museos, San Juan, Jazz Fest Heineken, Phe Festival, Periplo, Puerto Street Art edición Periplo.

Asimismo, existe la programación estable de El Castillo. Colaboraciones con Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC), Macew, Sala Teatro Timanfaya, La Ranilla Espacio Artesanos.

No hay que olvidar las actividades culturales en La Biblioteca (propias y con colectivos culturales).

Para no dejar nada fuera, el lector (sapientísimo) tiene que saber que en estos momentos el gobierno local está inmerso en el desarrollo de Barrios por La Cultura, con Cultura y visitantes, Plan de infraestructuras, Travesías, Conexiones improbables, Mapeo de espacios culturales, Redelae.

¿Es esta memoria (a lo mejor dejó algo atrás) un signo claro de que la cultura en el Puerto de la Cruz es un desierto? Creo sinceramente que sirve para despejar dudas. No es un desierto.

¿Queda mucho trabajo por delante? Sí. Y el trabajo por hacer debe emprenderse desde la unidad política y social. Iniciativa municipal, pero también apuntalando con hechos un apoyo real e inquebrantable hacia las actividades privadas. No he escuchado a nadie del mundo de la cultura que a día de hoy mantenga que PP-CC esté apostando por sepultar la cultura en el municipio.

Si el PSOE y ACP opinan lo contrario (con datos y no meras entelequias torticeras) que salgan y lo digan.

Si hace unos años me hubiesen dicho que tendría que aplaudir la gestión cultural de Sandra Rodríguez en el Puerto de la Cruz, mi respuesta hubiera sido la siguiente: jajaja. Pero el tiempo ha pasado, y hoy, con humildad, reconozco que estaba equivocado cuando en cierta ocasión afirmé que no era la persona preparada para llevar las riendas de esta área. Erré.

Y me alegro de no haber acertado.

Quedan dos años hasta 2019. Hay que seguir por la senda marcada.

Hay mucha cultura en el Puerto de la Cruz. Y de la buena. Sintámonos orgullosos.