Teresa González
Albor quebrantador de mi gruta
cuando ha preguntado
mi corazón por el tuyo,
que de indecisión preso
se refugió en la distancia.
No se fue del todo tu misterio
que amando se perdió
de los ojos que le amaban.
Hoy, tu grácil ceniza
motiva la brisa
que trascenderá con la mía
cuando el soplo nos diga adiós.
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