Javier Lima Estévez. Graduado en Historia por la ULL
Tras el desarrollo de la primera edición del Festival de la
Canción del Atlántico en el Lido San Telmo, durante los días 8 al 10 de febrero
de 1966, la segunda edición preparó nuevos cambios entre los días 15 al 17 de
junio de 1967, siendo a partir de entonces el lugar de actuación el Parque de
San Francisco. Más de 150 canciones se recibieron para tal evento, actuando
como presentadores los populares Federico Gallo e Isabel Bauzá.
Diversas
estrellas musicales dejaron una estela imborrable en el panorama musical del
momento. Uno de los mayores reclamos para el público asistente sería la
actuación de Michel, cuya presencia en diferentes programas de TVE lograría
popularizar su gran calidad. Ana Kiro, de tan solo 25 años de edad, sería
considerada como otra de las artistas favoritas. Llegaría al Festival de la
Canción del Atlántico tras recibir el tercer premio en la segunda edición del
Festival de la Canción de Fortuina.
Asimismo, destacaba la presencia de Marco,
un joven intérprete canario que por entonces comenzaba a despegar en el panorama
musical. El final de la primera sesión estaría protagonizado por el gran
cantante de fama internacional Tony Dallara, el grupo Los Rayos Verdes, el
conjunto ecuatoriano Los Imbayas, Chupi y Víctor Manuel.
Durante la
segunda sesión del Festival, se desarrollaron diversas interpretaciones que
deleitaron a los presentes por su alta calidad, actuando de nuevo Los Imbayas,
Tony Dallara y Chupi. Dos nuevas actuaciones sorprendieron al público durante
esa noche. Por una parte, la participación del conjunto orquestal Los Trixon y,
por otra, el debut de la gran figura de cine, radio y televisión, la sevillana
Marujita Díaz. A juicio de críticos musicales y espectadores, la puesta en
escena de Marujita Díaz fue espectacular, demostrando sus cualidades como primera
figura de la canción española.
De las dos primeras sesiones se seleccionaron diez
canciones que serían interpretadas en la esperada final del 17 de junio,
formando parte de esa nómina los siguientes temas: Noche de verano, No serás
feliz, Operación cariño, Verán, Corazón con música, Es una luz, Hojas
amarillas, Un sombrero de paja, Quiero volver allá y Lo Negarás.
El primer premio sería para la canción Corazón con música,
interpretada por Roberto Lana, obteniendo el trofeo en oro y 50.000 pesetas,
procediendo a su entrega el director general de Política Interior, Jesús
Aramburu Olarán. El segundo premio sería un trofeo en plata y 25.000 pesetas
para Michel y su canción Verán, realizando su entrega el Gobernador Civil y
Jefe Provincial del Movimiento de Tenerife, Mariano Nicolás García. Por su
parte, el tercer premio sería un trofeo de plata y 15.000 pesetas para la
canción Es una luz, de Ana Kiro, realizando su entrega el alcalde de la ciudad
portuense, Felipe Machado del Hoyo. Asimismo, el cuarto premio sería una placa
conmemorativa y 10.000 pesetas, participando en su entrega el delegado
provincial de Información y Turismo de Tenerife, Demetrio Castro Villacañas a
Silvana Velasco por su tema No serás feliz.
Finalmente, el quinto premio sería también una placa conmemorativa y 5.000 pesetas, realizando su entrega el delegado provincial del Ministerio de Información y Turismo de Las Palmas, López Merino a Rita Doris por su actuación. Finalmente, acabaría recibiendo un premio de 10.000 pesetas el autor de la letra Hojas amarillas, Juan Mariné. Todos los artistas tendrían una placa conmemorativa por su presencia y actuación en el marco de un festival anual que, poco a poco, se iba consolidando y definiendo como único en el panorama musical español de la época.
Finalmente, el quinto premio sería también una placa conmemorativa y 5.000 pesetas, realizando su entrega el delegado provincial del Ministerio de Información y Turismo de Las Palmas, López Merino a Rita Doris por su actuación. Finalmente, acabaría recibiendo un premio de 10.000 pesetas el autor de la letra Hojas amarillas, Juan Mariné. Todos los artistas tendrían una placa conmemorativa por su presencia y actuación en el marco de un festival anual que, poco a poco, se iba consolidando y definiendo como único en el panorama musical español de la época.
A esos reconocimientos se sumaban dos premios
extraordinarios, uno a la canción ganadora, y otro al mejor intérprete, donados
por la firma Rothmans of Pall Mall Export Limited. La entrega de tales premios
sería realizada por parte de un representante de la propia compañía en una
agradable recepción para autoridades y otros invitados en el restaurante del
hotel Los Príncipes.
La segunda edición del Festival de la Canción del
Atlántico llegaría a su fin con un impresionante espectáculo de luces de colores
que inundaron el cielo de la ciudad portuense junto al sonido de una gran
traca. Una nueva edición que, en definitiva, representaría algo más que un
festival musical.
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