Agustín Armas Hernández
ENTRE OTRAS, PLANTADAS DESPUÉS, LAS TRES CENTENARIAS
PALMERAS DEL MIRADOR DE LA PAZ, (PUERTO DE LA CRUZ). ELLAS, Y SU ENTORNO,
FUERON UNA DE SUS INSPIRADORAS PARA QUE AGATHA CHRISTIE ESCRIBIERA:
“EL HOMBRE
DEL MAR” DE SU LIBRO: “EL ENIGMÁTICO MR. QUIN”. ESTA ESCRITORA, INGLESA, LLEGÓ
A SER LA MÁS LEÍDA DE TODOS LOS TIEMPOS. VISITÓ EL PUERTO DE LA CRUZ EN 1927.
Su nombre completo era: Mary Clarisa Agatha Miller. Agatha
Chiste, con solo treinta y siete años, era ya consagrada e importante
escritora. Se le conocía como: “La dama del misterio”. Nació en Tarquay (Dervon,
Inglaterra). Su padre era de Norteamérica. Falleció cuando ella tenía solo once
años de edad. A partir de entonces quedó, solo, al cuidado de su madre, que la
educó en su casa, inculcándole desde pequeña, a la literatura y escritura.
La fuerte crisis
emocional motivada por la separación de su marido, piloto de la RAF, y
problemas económicos, secó, por algún tiempo, su vena literaria; no sentía
inspiración para escribir. Esta intranquilidad fue motivo para que unos amigos
le aconsejaran que viniera a Tenerife, temporalmente, para reponerse y recobrar
su intelecto, perdida por los problemas que le angustiaban y acuciaban.
Escogieron, la isla de Tenerife, para su descanso, y más concretamente el
Puerto de la Cruz, por estar enclavado en el maravilloso y conocido Valle de la
Orotava. Lugar de ensueño y benigno clima. Llegó, a este destino, acompañada de
su hija Rosalind y de Charlotte Fisher, su inseparable secretaria. Se hospedó
en el Gran Hotel Taoro. Disfrutó de sus jardines y del grato olor de sus
variadas flores, especialmente de las embriagantes rosas, rojas, que las había
por doquier.
Después de algunos
días, felices e inspiradores, también aciagos, en la hoy Ciudad turística,
decide irse, a terminar sus vacaciones, a Las Palmas de Gran Canaria. El
principal motivo fue que no le gustaba el mar, bravío del norte tinerfeño. ¡Le
tenía miedo, no podía bañarse! Al contrario, las tranquilas playas de la isla
redonda le ofrecían la posibilidad de darse un chapuzón, sin ningún
riesgo. Como así fue.
El tren azul” y “El
enigmático Mr. Quinn” son los dos libros que la excelente escritora escribiera
en la Isla.
Un busto de su
persona, erigido en La Paz, y su nombre, en una calle, perpetuán, para siempre
el paso por el Puerto de la Cruz, de esta universal escritora.
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