Salvador
García Llanos
Va
por ellos.
Nosotros,
que aún podemos contarlo. Y celebrarlo, como es tradición, desde 1983. Al
menos, hay un motivo que sigue uniendo una amistad, un estilo, una ideología y
hasta una época. El caso es que nos vamos haciendo viejos, pero podemos
compartir un espíritu, contando las mismas anécdotas, formulando propósitos y
hasta abriendo debates.
Adiós
al bisiesto, entra el impar.
Démosle
una bienvenida tranquila, sin alharacas, que ya habrá tiempo -si las hubiera-
de corresponder a las alegrías.
Lo
nuestro es pasar, dijo el poeta.
Hacerlo
con naturalidad, fomentando la convivencia, humanizándola, compartiendo y
ayudando, es andar los caminos, claro que sí, los caminos de la vida, rugosos, espinosos,
pero lo suficientemente anchos como para dar cabida a alegrías pasajeras o a
logros meritorios.
Por
la memoria de aquéllos.
Por
el bienestar de quienes se quedan.
Que
2017 sea un año provechoso. Individual y colectivamente.
Entra
el impar.
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