Javier
Lima Estévez
El
pasado mes de septiembre marcó el inicio de un nuevo curso escolar. Volver al
mismo sistema, año tras año, genera toda una serie de dudas e inquietudes
respecto al modelo a seguir. A partir de esa idea surge la siguiente pregunta:
¿Continuar o buscar nuevas vías?
Conscientes de la necesidad de desarrollar un cambio, el equipo
educativo del Colegio Salesianos San Isidro de La Orotava actúa con la
finalidad de generar medidas que permitan materializar una educación del siglo
XXI para jóvenes del siglo XXI. Su presencia en la Villa de La Orotava data del
año 1948, momento en el que toman a su cargo las instalaciones de un espacio
regido hasta entonces por los hermanos de las Escuelas Cristianas. A partir de
ese momento inician una trayectoria histórica cuya huella resulta esencial para
comprender una presencia que llega hasta nuestros días.
No
cabe duda de que la sociedad actual presenta toda una serie de retos en el
marco de la era digital. De esa forma, plantean un proyecto denominado “Visión
20.20. Un sueño, un cambio, una escuela”, cuyo origen se remonta al año 2011.
Se trata de una interesante apuesta que pretende actuar de forma seria y
rigurosa ante las exigencias –y retos- de la sociedad actual. El equipo
educativo, bajo la dirección de su director académico, Emilio Torres González,
es el responsable de materializar la idea que comenzó como un proyecto y cuyos
efectos continúan generando unos resultados positivos. El profesorado, como
enlace al conocimiento, gestiona toda una serie de dinámicas que sitúan al
alumno en el centro del aprendizaje. De esa forma, se prioriza la adquisición
de competencias, estrategias y habilidades por parte de cada uno de ellos.
¿Cómo cumplir con tal objetivo? El Colegio apuesta de forma clara y decidida
por el establecimiento de metodologías participativas y motivadoras, siendo un
ejemplo el aprendizaje cooperativo, teniendo en cuenta que el aprendizaje de
cada estudiante mejora cuando trabaja de forma colaborativa. A ese hecho se
añade la enseñanza de un segundo idioma de forma intensa, seria y útil. Sin
embargo, los cambios no quedan ahí. El proyecto prioriza el desarrollo de la
inteligencia emocional y atiende las necesidades educativas especiales a través
de diversos profesionales. También se introducen algunas novedades a modo de
proyectos transversales, destacando la práctica del ajedrez, que actúa como un
gimnasio mental en el que los alumnos de infantil y primaria desarrollan el
pensamiento estratégico, crítico y razonamiento lógico. Asimismo se realiza una
apuesta real por mejorar la comprensión lectora a través del programa
Progrentis, cuya implantación se traduce en una serie de resultados
sorprendentes en el ámbito de la compresión lectora.
Durante
los últimos meses, el Colegio ha sido nuevamente objeto de atención a partir de
la noticia sobre la reinauguración de la piscina creada en la década de los
setenta. Una infraestructura que, a partir del próximo verano, contribuirá
nuevamente a cumplir con el lema mens
sana in corpore sano como parte de un proceso educativo integral. A ese hecho
se une la adquisición de iPads para cada alumno como medio real de trabajo en
el aula. En el inicio de un nuevo curso académico, observamos que el trabajo
constante y el esfuerzo continuo durante años de toda una comunidad educativa,
define la esencia de un proyecto que responde a las variadas –y complejas-
exigencias educativas del siglo XXI.
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