Evaristo Fuentes Melián
Las recientes declaraciones
en la prensa tinerfeña de la consejera de Obras Públicas y Transportes del
Gobierno de Canarias, me dan pie una vez más para dar mi opinión de veterano
auto corredor por las carreteras de Tenerife durante más de medio siglo. Ya estoy
jubilado y uso menos mi coche, pero tuve cuatro accidentes graves a lo largo de
ese largo periodo de tiempo. Las colas,
ya veinteañeras, veinte años de paciencia y pachorra, del tramo de autopista
TF5 Orotava-Los Rodeos, como nos descuidemos, se van a eternizar, por los
siglos de los siglos. He llegado a pensar que los norteños somos
patológicamente masoquistas. Para solucionar definitivamente estas colas en la
TF5, propongo:
1.- Quitar el vallado central y suprimir los
arcenes laterales, consiguiendo un tercer carril, en principio sentido Santa
Cruz, que a ojos vista ya es necesario sí o sí, con una plataforma de sección
trasversal suficiente (ya asfaltada en la actualidad, excepto un corto tramo de
un centenar de metros que se estrecha en Aguagarcía). Hasta los viajeros del
avión, en el primer vuelo de la mañana a la isla de La Palma hacen comentarios
de los atascos en la TF5, que desde el aire parecen una inmensa culebra
multicolor, pero tirando a gris tristeza…
Para ello hay que considerar como vía
urbana este tramo Orotava-Aeropuerto Norte, reduciendo la velocidad máxima
a 80 ó 90 Km/hora. Estoy cansado de ver
en películas producidas en los EEUU, carreteras de varios carriles en ambos
sentidos, separados solamente con doble raya amarilla continua sin pretil como
mediana central. Si se respetan las señales de velocidad máxima permitida, no
hay problema, todo consiste en educar viariamente a los conductores, en
especial a jóvenes tinerfeños de ambos sexos, pero de poca sesera, que
'arrrgunos' van como locos.
2.- No más ampliaciones ni
más carriles en ninguna de las autopistas isleñas, destrozar más aún el paisaje
no conduce más que a la proliferación de más coches particulares, sin
solucionar el problema de los atascos. Solamente hay que terminar el dichoso
Anillo entre El Tanque y Valle Santiago, son su túnel de seis kilómetros bajo
la cumbre. Y punto.
3.- Al mismo tiempo, hay que
construir tres grandes aparcamientos, de capacidad similar al actual Intercambiador
de Santa Cruz. Uno a la altura del casco urbano principal de La Orotava, otro
en Tacoronte y otro en La Laguna. Y si llegara el caso, tendríamos que reeducar
a los conductores que transitan con su automóvil particular por la isla,
convenciéndolos u obligándolos a dejar el coche privado aparcado en esos
intercambiadores, para adentrarse en la llamada Área Metropolitana en guagua o
tranvía con la capacidad y frecuencia necesarias.
4.- Si persisten las colas, también puede
tomarse como medida, al menos provisionalmente, que circulen los coches pares e
impares, respectivamente, en los días ídem, y que los que lleven más de tres
personas tengan preferencia. Y en último recurso, que se pague peaje para
entrar en el Área Metropolitana, como en las grandes urbes del mundo
civilizado.
5.- Si siguen los problemas de atascos
después de disponer y ordenar estas medidas, no habrá más remedio que ir al tan
denostado y sobajado tren vertebrado de circunvalación de la isla. Por su mayor
capacidad espacio/tiempo resolvería para siempre el problema de la circulación
motorizada terrestre en Tenerife.
Feliz Navidad.
Espectador
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