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lunes, 11 de agosto de 2014

SALA DE ESTUDIOS

Salvador García Llanos

Se trata de una excelente noticia, sin duda. En septiembre, si se solventan los últimos obstáculos, los estudiantes portuenses, por fin, dispondrán de una sala específica para sus horas de formación y preparación. Se acabó lo de tener que desplazarse a otras localidades, con  los consiguientes trastornos: ahora tendrán el recinto a su alcance, ya se verá en qué horarios y bajo qué módulos de funcionamiento.

Pero lo tendrán. En un emplazamiento muy céntrico, que es otro factor estimulante. En la calle Agustín de Betancourt, justo donde se encontraba la biblioteca municipal ‘Tomás de Iriarte’ cuyas nuevas dotaciones lucen flamantes desde el pasado mayo en la calle Puerto Viejo.

Se trata de una vieja demanda que, por fin, se verá satisfecha. Desde que ejercimos responsabilidades públicas, contrastamos que era una necesidad apremiante y ante la falta de soluciones a corto plazo establecimos, en el ámbito de las áreas competentes, sistemas de ayudas complementarias. Han pasado algunos años, seguro que muchos jóvenes portuenses finalizaron su formación media y superior sin ver cumplida esa aspiración pero las generaciones que cursan estudios y desarrollan su realización personal ya tienen a su alcance una dotación que ha de resultar muy útil. También para licenciados, investigadores y estudiosos.

Es un espacio del conocimiento. Buena definición, sin duda. Igual hasta caben usos alternativos y actividades que den vida al reconvertido recinto. El Puerto lo precisaba y hay que congratularse de su apertura. Como también de la obtención de más lugares que favorezcan el desarrollo público de todo lo relacionado con la educación, la cultura y la participación social. No olvidemos, en ese sentido, que la Universidad Popular Municipal ‘Francisco Afonso’ sigue en una preocupante fase de aletargamiento. Ese es otro edificio que debiera estar mejor aprovechado. Lastimosamente, a lo largo de los últimos años, el centro ha ido perdiendo fuelle y han faltado tanto voluntad política como iniciativa y capacidad innovadora para producir un salto con el que se diera respuesta a las exigencias o demandas de la sociedad de nuestros días.

En el mejor fundamento esperanzado, uno siempre dice que para estas cosas, nunca es tarde. Ya ven: el caso de la nueva sala de estudios. Lo que pasa es que hay un tiempo que se pierde muy valioso.

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