Pregonero: Gregorio Dorta Martín
Sres. Autoridades, presidentes y directivos de la asociación, vecinos y
amigos.
Buenas tardes noche:
Aquel que conoce mi trayectoria profesional de la cual he trabajado y he estado en muchos medios y
por muchas empresas de la comunicación, debe de estar pensando que para quien
les habla es muy fácil presentarme aquí ante todos ustedes como pregonero de
esta semana cultural de estas parte de este precioso barrio y de estas fiestas
de la Virgen de Candelaria de la zona de la Orotava. La verdad que tengo la
sensación antes este micrófono de aquel día cuando me enamore por primera vez,
muy cerquita de aquí, que los nervios se
apoderaron de mí e hizo brotar aquel efecto de aquellas mariposas que rebotaban
en mi estómago y mi cabeza le daba mil y una vueltas. Porque pese a llevar ya
sobre mí un largo tiempo de muchos años enfrentándome a un micrófono en la
radio, a una cámara de televisión o escribir en numerosos medios que ya con los
años y la veteranía es un grado, es el pan de cada día y debería de estar
tranquilo, sin miedo, aquí entre los buenos vecinos. Sin embargo, hoy me siento
como en esa primera vez, aquí ante este pregón de las fiestas con inquietud y
con ganas de poner el punto y final por ver o conocer si les ha gustado mi
pregón de esta semana cultural. En una palabra que estoy como un flan, vamos
muy nervioso.
¿Cómo comienzo este pregón?, fue la primera pregunta que se me vino a la
cabeza, cuando el presidente de la Asociación Gregorio García me hacía llegar
mi nombramiento. Me gustaría remitirme a las palabras que siempre suelo dar
cuando alguien fuera de este barrio me pregunta: ¿De dónde eres?, aunque haya
vivido en Santa Úrsula, La Orotava, en Los Realejos y en Puerto de la Cruz
donde lo hago actualmente, siempre suelo contestar con mucho orgullo: SOY DE LA
VERA y no vean la cara de asombro que ponen mucha gente, de Buenavista, Icod de
los Vinos, La Laguna, Santa Cruz o del
sur de la isla, cuando le respondo que soy de este barrio que me vio nacer,
jugar, crecer, amar, rezar, sufrir, estudiar, progresar, mis buenos vecinos,
mis grandes amigos de infancia y de mi excelente familia. La verdad cada vez
que me preguntan de dónde soy lo digo con tanto orgullo que el que hace la
pregunta, se queda pensativo y con cara de tonto ante mi respuesta y es que
tengo la sensación que piensa de la gran
fama que tiene mi barrio fuera de sus fronteras, no lo consideran un
buen lugar, todo lo contrario, es decir,
popular de ser muy problemático, complicado, complejo, atarugado. ¿Qué
creen? que vivimos en un distrito de esas ciudades suramericanas donde si te
mete en el mismo va a salir con muchas dificultades, si es que vuelves a salir
de ese lugar. Vamos en una frase aquí el que pase o entre por nuestras
fronteras, piensa que damos tiros, matamos a diestro y siniestro, somos grandes
vendedores de esas sustancias que tanto daño hacen a nuestra juventud. Que
somos gente muy rara, poco trabajadora, poco sociable, que estamos todos los
días bebiendo en los diferentes bares de la zona. Que nuestros hijos están
todos los días en la plaza y en los bares del territorio, que no van a la
escuela, colegios o a la Universidad. Vaya error de la gente de fuera que no
conocen nuestra idiosincrasia, vaya concepto más equivocado tienen esa gente de
nosotros, de nuestros vecinos, de nuestro barrio. Aquí se puede decir aquello
de que unos tienen el provecho y otros la fama. Que quieren que le digan a toda
esa gente que aún creen que la Vera es un mal sitio para vivir, que están
completamente equivocados, que no tienen ni la más remota idea de lo que hablan
y de lo que dicen. QUE SI DIOS CREO ESTE PARAISO DEL VALLE DE LA OROTAVA, el
corazón del mismo está en el centro de esta misma vaguada. Está en el interior
de este vergel que es el Valle. Tenemos el mejor clima del mundo, aquí no hace
ni mucho frío, ni demasiado calor que seguro tenemos a las mejores gente, los
mejores vecinos. EN SERIO, viva donde viva siempre digo aquello con mucho
orgullo y respeto a esa pregunta: Goyo. ¿De dónde eres? SOY DE LA VERA, CON MUCHA DIGNIDAD y CON
MUCHO ORGULLO.
Cuando recibí la invitación de mi tocayo y presidente de esta gran
asociación de vecinos de la Candelaria
del Norte. GOYO GARCIA, para mí el hijo
del Tete, más conocido por el Canario o el tinto, gran aficionados a la UD. Las
Palmas y que en paz descanse. Bueno, para ser pregonero de la Semana cultural
para este año 2014, inmediatamente se mezclaron en mí sentimientos de sorpresa,
ilusión, alegría y, sobre todo, de responsabilidad. De responsabilidad ante la
duda de ser la persona más idónea para dirigirme a mis vecinos del barrio y de
estar a la altura de lo que realmente merecen. Espero al menos intentarlo y a
ellos y todos ustedes principalmente les dedico estas palabras. Este pregón.
Es para mí un privilegio y un gran honor poder dirigirme a todos ustedes como
pregonero y hablar de nuestra SEMANA CULTURAL y de nuestras costumbres, sin
olvidarme de toda nuestra gente, de los que vienen y se quedan; de los que se
marchan, de los que han ayudado y siguen ayudando a nuestro barrio pasando en
muchas ocasiones desapercibidos; y también de todos aquellos que ya no están
con nosotros pero que contribuyeron a que nuestro barrio fuera un ejemplo de
cohesión comunitaria.
Dicho todo esto ahora tengo claro, que mi intención es hacerles recordar
con nostalgia nuestras vivencias e intentar trasladar, algunos aspectos del
pasado a la actualidad. Prometo no extenderme demasiado, de hecho, me lo
exigieron así los que me conocen y los que me han contratado. Porque la verdad,
de este magnífico barrio y de sus gente, escribiría un libro tan gordo como los
de PETETE.
Me viene a la memoria la época de mi infancia, de mi grupo de amigos y
amigas, conocidos y conocidas, cuando no hacía falta ponernos de acuerdo para
salir, ya que la calle era nuestro punto de encuentro, no existían los
teléfonos móviles, por lo tanto no utilizábamos ni Whatsapp, ni mensajes para
quedar, sabíamos que siempre había gente en el banco de cemento allí donde Don
Miguel Pérez y Doña Ángela que en paz descanse, tenía su venta, su comercio
entre el puente que divide prácticamente la Vera del Puerto y de la Orotava muy
cerca del cine, y si no otro punto de reunión era la plaza de la Iglesia, el
mismo templo o el club que estaba junto a la parroquia y que le llamábamos
FUERZA NUEVA o incluso el propio barranco. También para aquellos que nos
gustaba mucho el fútbol nuestro viejo campo del Salvador Ledesma, era los
puntos de coincidencias de todos nosotros.
La Vera por suerte, según como se mire es un lugar que pertenece a tres
municipios, Los Realejos, Puerto de la Cruz y La Orotava, con esto los que
vivíamos en algunas zonas del barrio, que lindaba un pueblo con otro,
disfrutábamos en aquellos tiempos de los mejores servicios de la etapa del franquismo. No había otro lugar como el
nuestro, en ningún lado, por ejemplo la
recogida de basura pasaba por la mañana y la tarde, de la Orotava y Puerto de
la Cruz, si vivías en la parte de la Orotava y tu número de teléfono comenzaba
con el 38, no con el clásico 33. El cartero que importante era este señor para
el barrio: DON PACO pertenecía al Correo de la ciudad turística y te podían
enviar las cartas por los dos municipios. Es decir que daba igual poner Puerto
de la Cruz o la Orotava que las cartas siempre te llegaban. El nombre de PACO
era muy popular en aquellos años en nuestro barrio, Paco el cartero, que tocaba
en la puerta de la casa: recuerdo sus gritos, Doña Nieves, María, Blanca, Caya,
Lala o Chona, BUENOS DÍAS y la madre metida en sus labores, le contestaba desde
la cocina, sin mala intención, claro: DON PACO METEMELA POR DEBAJO DE LA
PUERTA.
Y luego estaba el otro PACO, el electricista del barrio, la manita de
aquella etapa. Lo arreglaba todo, la cocina de petróleo, la radio, algún cable
que se quemaba, la bombilla que no
funcionaba, los plomos que saltaban...y muchas cosas más de aquella etapa. Cada vez que el barrio se quedaba sin luz
todos corrían a Paco, se subía o trepaba para llegar a las grandes líneas de
alta tensión. Este hombre enseñó a bastante vecinos a conducir los automóviles
cuando no existían aún las autoescuelas y tanto que muchos de aquellos años
comentaban que no poseía la carne de circulación. Algo raro había bueno había
en él...
Más gente del barrio, la lista sería interminable, un hombre muy
conocido, fue Don Indalecio que incluso por este lado hay una calle a su nombre
y creo que si la memoria no me falla fue el que puso a disposición del obispado
un local para poner a nuestra Virgen de la Candelaria hasta que se construyera
la nueva iglesia. ¿Quién no conoció las peripecias y las maniobras del DON
PEDRO EL CURA?, era para aquella época un cura diferente, distintos un cura
singular y aún perdura en nuestros días y ojala dure muchos años entre
nosotros. Son muchas los datos curiosos de Don Pedro, cuando había una boda era
el primero en ser invitado, no solo por la amistad que tenía con los novios o
los padres de los mismo, siempre decía que “si” pero luego todos la Vera sabían
su afirmación positiva: por el “vaso de vino “y siempre contaba como pareja a
Melchor que no se si era monaguillo, sacristán o amigo también de buen vaso de
vino. Que era un párroco diferente eso lo sabíamos todos que fuimos sus
monaguillos, quien no se acuerda cuando llegó en ropa interior a decir una misa
porque le robaron la misma mientras se daba un buen baño en la Playa del
Socorro. Y en otra oportunidad en la fiestas cuando la Virgen de Candelaria
entró a la iglesia a altas horas de la madrugada y encima lanzaron fuegos que
retumbaron en todo el valle. Fue noticia en los medios a nivel de canarias. Creo y pienso que sin exagerar un auténtico récord GUINES. Al fin era buen cura, con sus peculiares
cosas, junto con Don Esteban, el “cojo” que era director de coro de la iglesia,
otro de nuestros personajes más significativos. Estaba una señora que procedía
de la Orotava, Doña Domitila todo un genio de organizar con la gente joven,
rondallas y grupo para cantar
villancicos. Doña Domitila era de esas mujeres directas que no se andaba por
las ramas cuando te tenía que decir algo. Y a muchos de nosotros nos puso
muchos apodos o motes. Algunos de los amigos o amigas del grupo, te decía por
el tamaño de su orejas le llamaba “orejudo” a mí por la altura “grandullón” a
otro, por las piernas largas “larguiducho”
y porque su padre cobraba el agua
“aguacero” y al que su padre cobraba la luz, “lucero” así suma y sigue esta
señora. En aquel grupo de villancicos del barrio, que recorríamos todos sus
rincones en esas fechas de navidad, íbamos en busca de la sorpresa y cuando
visitábamos a la gente más pudientes, a sus ricos, ella se pensaba que estaba
ante la misma MONCLOA o el PALACIO REAL, chicos no hagan ruidos que este es el
chalet de un hombre muy poderoso, nos comentaba, de puntillas ante aquel
hermoso edificio, pero ella no contaba que entre nosotros había algún
“golfillo” de le época que le gustaba mucho la broma y todos por fuera de
aquella hermosa Villa, con la máxima ilusión de cantar un villancico.
¡¡Ssssss..! Empezaba Domitila...1, 2,3....y saltaba nuestro amigo “el listillo”
miau, miau, miau...no veas la que se armaba, todos nos reíamos, otros se
sorprendía y el chalet que tenía toda sus luces apagadas se encendía al unísono
y los perros comenzaban a ladrar con tanta furia como si nosotros de ladrones
se trataba. Muchas veces tuvimos que salir corriendo con los instrumentos en la
mano y con DOMITILA con cara de Margara Tacher o la dama de hierro, porque no
había recaudado nada.
Habían muy buenos negocios en el barrio, bueno negocios por decir algo,
aquello eran establecimientos de ONG, por la ayuda que nos prestaban, estaba la Venta de Don Juana, con sus cuatro
sacos de azúcar, sal y café, sus ristra de chorizo de perro y verduras y su
sonrisa, con sus guapas hijas, luego la venta de DOÑA CONCHA CANTARE, como
antes todo era fiado de palabra, esta señora sus números eran redondeles, según
la cantidad iban creciendo y nunca llegó a equivocarse, luego estaba la venta
de Don Miguel Pérez y doña Ángela, Marrero en el Ramal de la Vera, la venta muy
cerca de nosotros de Irene y Gregorio El chonguito, más negocios, Boro el de
las flores, el Estanco de las chicas también en el Ramal, más los bares de la zona Bar Tinerfe, Bar
Felipe, Bar Juanita que hacia unas papas con carne que te chupaba los dedos.
Incluso, recuerdo a los cobradores de la luz Eugenio o del agua Teodoro. La
gente era seria, muy seria, no hacía falta nada para que te dieran un fiado o
un aplazamiento. Teníamos incluso un molino de gofio, el de Pepe el Molinero.
Además, estaba como barbero Mandinga que también era un hombre muy especial,
una vez mi padre estaba muy enfadado conmigo porque mi pelo estaba muy largo,
era la etapa que me gustaba mucho el grupo inglés LOS BEATLE, mi padre le dijo
a MANDIGA de broma. ¿Córtale el pelo a cero a este melenudo de hijo? Ni corto
ni perezoso el barbero me dejo sin un solo vello sobre mi cabeza, eso en esa
etapa era algo muy difícil de llevar y de asimilar y estuve mucho tiempo sin
salir de mi casa hasta que me creció algo el pelo. Y hablando de barbería
también estaba la de Manuel Bello el marido de América que también contaba con
una pequeña venta de alimentos, más barbero en
la Guina contaba con Domingo el padre del Guaza. Que bella era la vida
con esta gente y esos comercios, recuerdo en mi casa cuando por primera vez mi
madre a instancia de todos mis hermanos quería comprar una televisión que para
aquella época era todo un lujo y me envío a mí con mi hermana al negocio de Don
Miguel Pérez y de doña Ángela y la señora, hablaba con mi hermana largo tiempo,
preguntaba por mi padre, por mi madre, por la familia. Era más importante para
ella la vida familiar y su cariño por nosotros que su propio negocio, en el
buen sentido de la familia que formaban todo este núcleo de vecinos.¡¡QUE BUENA
MUJER ERA DOÑA ANGELA” Luego, le dejaba algo de adelanto a la compra, lo
apuntaba en la libreta y le decía a uno de sus empleados más fieles “Pedro,
luego baja y le lleva la televisión a casa de Felipe el caraqueño”, cuantos
favores hicieron estos comercios a nosotros y a todos los vecinos. Hubo también
muy particular frente al Cine la venta de Don Manuel y sus hijos y la tienda de
ropa la de los Cubanos. No había tarjetas bancarias, no existía el papeleo de
los préstamos, éramos tan felices con tan pocas cosas. Por ello, no vi nunca
como hoy en día gente con stress, depresiones y cosas o enfermedades actuales. Aquello era vida natural y muy sana.
Eso era nuestros lindos negocios y en deporte, lo mejor que teníamos a
un equipo como el CD. Vera. Mira que tiene historia este club que ahora nos
representa con dignidad en la Tercera División. Quien les habla fui portero de
la base del Vera, llegue a juveniles, mis padres apretaron mucho para que
estudiara y mi fútbol, mi club, mi deporte lo dejara a un lado. FUI PORTERO de
los malos, de los que pensaba debajo de aquellos tres largos palos que el gol,
el rival no tardaría en meterme un tanto. Incluso un aficionado como DOMINGO EL
GUAZA me puso el nombre de JUNQUERA que esos años fue portero del Real Madrid.
Mi equipo, el Vera era una piña, estaba como laterales, Juanito el tatilla e
Ignacio, por el centro de la zaga Goyo Báez y Pepe “el manco”, en el centro del
campo los de la montaña El Torrita y Lalo el capitán, más adelante Miguel Ángel
que en paz descanse, con Bernardo (Pele), como único punta. Hubo muchas
historias con este equipo, no nos podemos olvidar gente como Chano Pérez, el
carrero un gran presidente, lo dejo todo por el club e incluso su familia, su secretario Manolo Álvarez y los directivos
Popea, Pedro “el mandarria” y Tete el tinto, entre otros. Seguro que me dejo en el tintero a muchos que
lo lucharon por el deporte de este barrio a José Manuel el hermano de Israel o
Perico muy aficionado al Real Madrid. Por ejemplo en este tema quiero recalcar
un dato muy significativo, porque en la Calle que nací y viví, muy pocas
calzadas pueden presumir de contar en ese trozo tan pequeño de lugar que va
desde su comienzo arriba hasta el chorro o hasta la esquina, con dos vecinos
deportistas que llegaron muy lejos, orgullo de nuestro barrio, MANOLO DOMIGUEZ
que jugo en el Español y la de DIEGO RODRIGUEZ que luego lo hizo entre muchos
equipos el Sevilla y Betis. Además, hubo deportivamente hablando alguien que
paso entre nosotros sin tanta fama fuera de nuestras fronteras. El
discapacitado Orlando, que fue presidente y entrenador del Infantil Vera, que
vivía también muy cerca de este polideportivo donde nos encontramos. Orlando,
fue un genio y figura, conduciendo su “silla de rueda” muy particular,
exagerando un poco, lo hacía mucho mejor que el actual corredor de Fórmula Uno,
Fernando Alonso. Orlando y su coche, igual te lo encontrabas en el Campo viejo
del Salvador Ledesma, en la Higuerita, en el camino Cordobés, en la Plaza del
Charco o en el Campo del Peñón, en el Estadio Los Cuartos o en la Plaza de
Anita comprando pachangas a todos sus amigos. A cualquier hora tanto de día
como de noche. Fue un auténtico DIOS, estaba en todos los lados.
La Vera de aquellos años tenía mucha vida social, recuerdos las
tertulias los días de fuerte calores de nuestros veranos en aquello camapé de
cemento. Refrescando la memoria de aquellos veranos, me acuerdo del cine La
Vera con sus trabajadores y sus datos curiosos que los tuvo mucho. Les cuento
en una oportunidad dieron la película “La cabaña del tío Tow” y Nazario que en
paz descanse el padre de Pepito el flaco, puso la cinta del final al principio
y no nos enteramos nunca de que iba la película. Comenzó con actor principal de
color enterrándolo y luego por arte de magia resucito. Vaya lío, pero hubo
muchas anécdotas que seguro llenaríamos un libro y estaríamos muchas horas. Estaba
palco y gallinero arriba, dentro del mismo hubo fuegos artificiales, amigos que “metían” mano a las chicas por
entre sus sillas y que se formaba cada algarabía de padre y señor mío.
Por últimos en aquellos veranos calurosos llegaban aquellos famosos
circos de payasos y cantantes de boleros y flamencos. Para los jóvenes de nuestro
barrio era la gran oportunidad de ver alguna dama de aquella en su ropa
interior. Me explico los circos eran de lona que los cubría y por debajo entre
el suelo y la lona había unos centímetros de separación y nos agachábamos y
podíamos ver cosas que ahora mismo vemos en la playa o en el Lago. Incluso,
recuerdo alguna famosa canción de aquellas admirable chicas que decían:
Yo tengo un colchón en mi pared.
En mi pared, yo tengo un colchón
y gritaba la hermosa cantante a todos nosotros. ¿Señor pintor...?
Y nosotros los jóvenes y algunos hombres no poníamos las manos en
nuestra parte y nos levantábamos de las sillas gritándole: “voy con la brocha”
Era un auténtico escándalo en aquellos años de dictadura con muchas cosas muy
vetadas por parte de nuestras autoridades.
Bueno, estamos celebrando esta SEMANA CULTURAL, comienza con
participación vecinal, y debo mencionar la importancia de la unión en todos los
actos, ya que espero que sean un ejemplo de la capacidad organizativa, estas
son fiestas para los vecinos, lo importante es que los vecinos salgan de sus
casas, se diviertan, que compartan una buena conversación con los otros vecino,
son fiestas en donde nos implicamos cada uno de nosotros, echando una mano,
comprando números, o donando las aportaciones que buenamente podamos, que viene
a significar que seguimos interesados en lo que pasa en el barrio, y sobre
todo, en potenciarlo entre los más jóvenes.
Aprovecho como Pregonero para decirles que tenemos muchos motivos para
estar orgullosos de ser vecinos de la Vera. Deseo que cuando termine este acto,
compartamos una copa, una sonrisa, un saludo, que seamos dichosos porque
tenemos la suerte de vivir en este barrio con una identidad tan significativa.
Y que ustedes no se acomplejen cuando le pregunten donde vives. ¿Soy de la
Vera?, un gran barrió.
Para terminar que mejor que dedicarles una poesía:
MI Barrio Querido de la Vera.
Con tiempo en mis manos, y nada
que hacer.
Opté por viajar a lo que fue mi ayer.
Me subí en las alas de la imaginación
Llegué hasta mi barrio de la Vera, al que amé con mucha pasión.
Recorrí sus calles sedientas de asfalto
Me llegué a la esquina, la de la división
Y junto a mis viejos amigos de infancia
A coro cantamos canciones de amor.
Pareció que el tiempo detuvo su andar
Nadie había cambiado, éramos los mismos
Con las mismas faltas, con los mismos sueños
Los mismos anhelos, de un barrio mejor.
Subí a las rocas del barranco en donde jugué,
Por horas sin cuenta, sin tiempo que hacer
Y llegó a mí el eco de viejos pregones
Los cuales me hicieron querer responder.
Mi Vera querida que mucho te extraño,
Tal vez el progreso ya te eliminó
Pero sigues vivo igual que en antaño.
Mientras tenga vida siempre LA VERA te recordaré
AMIGOS Y VECINOS DE ESTA SEMANA CULTURAL CANDELARIA DEL NORTE, ES HORA
DE DISFRUTAR DE NUESTRAS FIESTAS, DE OLVIDADARNOS DE LOS PROBLEMAS Y DE PENSAR
CON POSITIVIDAD EN EL FUTURO, FELIZ SEMANA CULTURAL DE ESTE BARRIO Y DE ESTA
ZONA DE LA OROTAVA.
MUCHAS GRACIAS.
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