Antonio-Pedro
Tejera Reyes
“El
árbol bien cultivado se conoce por sus frutos, y el corazón de las personas se
conoce por la expresión de sus pensamientos” (anónimo)
Escribí
hace algunos años una larga meditación que titulé, “Y creo en el Turismo...”.
Empezaba por aquel entonces mi larga, creo yo, perorata, haciendo referencia a
las primeras líneas de un trabajo que había ganado un premio mundial, de la
entonces organización mundial del turismo, antecesora de la actual Organización
Mundial del Turismo, la recordada UIOOT (Unión Internacional de Organismos
Oficiales de Turismo) en la cual tuvimos una lúcida intervención en los años
1960-1970, llegando a ser vice-presidente de sus miembros privados, bajo la
presidencia del Mr. Barbalossi, director general de la AIR FRANCE.
Nairobi. Kenia. 1972. En la presidencia de la Asamblea de la UIOOT, junto a Mr.
Barbalossi, y el recordado Robert Lonati, precursor de la OMT, y un excelente
amigo y valedor de nuestros trabajos presentados en esa memorable ocasión,
junto al profesor Jean Dekani, compañero es esta y otras varias importantes
reuniones internacionales en el mundo del desarrollo del turismo.
Esas
líneas de referencia, del premio anual de la UIOOT, se trataban de mostrar las
cosas buenas, o placenteras, que en el devenir de los tiempos la humanidad
había logrado. Una supuesta diosa contemplaba extasiada el humo de un
cigarrillo, como uno de esos logros...
Días
atrás, nos asaltaban estos extraños pensamientos, en la soledad de un
aeropuerto atestado de incomodados pasajeros, donde pudimos comprobar, una vez
más, uno de los más brillantes logros a los que entre todos hemos llegado en el
escenario del gran teatro del mundo: el Rotary Internacional.
Sentirse
identificado solamente por llevar una insignia en la solapa, es algo a lo que
estábamos ya acostumbrados, en estos largos años que llevamos perteneciendo a
Rotary Internacional. Seguro que antes también pensábamos y sentíamos igual que
ahora el ideal de servicio, pero lo que no cabe duda es que no teníamos un
sello evidente con el cual indicar a cualquiera nuestro deseo de brindar
amistad y servicio, antes que nada.
LAS
MIL CARAS DE LA ACTIVIDAD ROTARIA
La
cara feliz de una integrante de Rotarac - club de rotarios jóvenes – encontrada
en esa difícil oportunidad de un vuelo internacional retrasado nueve horas,
decía bien a las claras que ella sabía que había encontrado un amigo al ver
nuestra insignia rotaria. La misma situación que la de aquel mejicano que
encontramos en un ascensor del Hotel Luciano Jr., de Maturín ... o la de aquel
otro ingeniero que apareciera en Costa Rica y que llegaba allí desde Valencia,
Venezuela... Otro rotario más, y como este, muchas decenas de ellos hemos
podido saludar por todo el mundo gracias a nuestra sincera ostentación de ir
siempre identificados.
Presentando en el ROTARY CLUB DE MATURIN – nuestra cuna rotaria – uno de los
cuatro libros que hemos publicado sobre la actividad rotaria.
Merece
la pena que comentamos aquí uno de nuestros encuentros rotarios más
importantes: se trataba de un grupo mejicano, de un club que no mencionaremos
por razones obvias, a quienes saludamos en Varadero (Cuba), que habían ido allí
a entregar una donación de otros clubes de EE.UU., que no podían ayudar a sus
hermanos cubanos debido al bloqueo del gobierno norteamericano. Nos conocieron
por nuestra insignia, y nos contaron su aventura.
Vivencias
internacionales que marcan nuestra vida y dan sentido al ilusionado quehacer al
que dedicamos bastantes horas de nuestro tiempo, aunque siempre nos parezca
poco.
El Hotel Meliá Varadero, una de las primeras gestas de la empresa Meliá Hotels,
en Cuba, donde tuvimos la oportunidad de vivir unos memorables encuentros
rotarios, gracias a nuestra persistencia de ir siempre identificados con ese
glorioso botón, que tanto significa para el mundo de la amistad, el buen
comportamiento, la comprensión. “el aprecio a toda ocupación útil”.
ROTARY
EN LA PALESTRA
Volviendo
al mundo de los logros, Rotary – el club de servicio más importante del mundo -
nos parece una de las más señaladas conquistas de La Humanidad, a pesar del
reducido número que tenemos todavía en el mundo, con ese millón y pico de
asociados, a los que habría que sumar sin dudarlo, sus cónyuges protagonistas
al unísono de toda la actividad rotaria mundial.
Puerto de la Cruz, Tenerife, Islas Canarias. El paradisíaco lugar donde nació
el turismo en estas islas atlánticas, sede uno del os clubes rotarios más
importantes del mundo por la permanente presencia de personajes rotarios de
todas las partes del mundo, como podemos atestiguar personal-mente sin ningún
género de dudas
Así,
revolviendo y ordenando hace unos pocos años, la historia de nuestro Rotary
Club de Puerto de la Cruz, estamos pasando una vida soñando con el pasado, he
intentado seguir promocionando el ideal de servicio como un sencillo aporte a
nuestra sociedad, aunque haya quienes piense que lo que escribimos no sirve
para nada... y nos lo hayan dicho, sin ningún rubor casi al oído… la envidia,
esa poderosa fuerza de la maldad, está en todas partes de la actividad humana,
pero pese a su poder destructivo – como acabamos de analizar en nuestro pasado
artículo en este mismo medio – nunca podrá destruir lo que el trabajo bien
hecho, la constancia, el conocimiento y el germen de la bondad, la honradez y
la honestidad, propagan por el mundo apoyados en el inmenso sector de la
humanidad que piensa y actúa a favor de la cultura de La Paz mundial.
Servir
es mi ocupación.
El monumento al desarme, el trabajo y la paz, en la Universidad para La Paz, de
las Naciones Unidas, todo un símbolo mundial de transcendencia histórica, donde
se ha plasmado con el mayor acierto la lucha permanente de unos héroes que han
pasado su vida “dando de si antes de pensar en sí”, como bien tiene acuñado
Rotary Internacional.
*Del
Grupo de Expertos de la Organización Mundial del Turismo, UNTWO.
*Honorable
Embajador de la Organización Latinoamericana del Turismo. OLATUR.
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