Evaristo Fuentes
Melián
A lo largo de los
últimos ochenta años hemos pasado de la prohibición de manifestación de todo
tipo respecto al sexo, hasta la actualidad, en que hay sexo explícito por
cualquier rincón de nuestro alrededor. Este fenómeno tan cambiante tiene su
historia, su cronología. Hagamos un repaso:
Años cuarenta siglo
XX.- Dieron la película de ‘Gilda’, pero fue prohibida por la iglesia católica,
y en la diócesis de Canaria-Las Palmas quienes la vieron fueron excomulgados
por el obispo vasco de entonces en aquella diócesis, monseñor Pildáin Zapiáin. Lo único que se desnuda la actriz
principal, Rita Hayworth, es un guante largo que le cubría hasta el brazo, pero
se lo desnudaba al compás de una canción muy sensual…
Años cincuenta.-
Estrenaron una película, ‘Un lugar en el sol’, muy atrevida de argumento, en la
que una joven Liz Taylor bailaba pegado con Montgomery Clift. Las ideas y
comentarios pecaminosos se apoderaron durante meses de los jóvenes de ambos
sexos, de la Juventud Católica y de la
Sección Femenina, éstas aconsejadas, orientadas y asesoradas por sus confesores
respectivos.
Años sesenta.-
Hasta que se comercializó y popularizó la píldora anti babi, a mediados de esta
década, los matrimonios practicaban la ‘marcha atrás’ o ‘salto atrás’, que era
una insegura y antinatural manera de evitar los hijos, en el clímax de la
eyaculación masculina.
Pero la marcha
atrás, el ‘flash back’ al que me refiero ahora es en el tiempo, con la película
‘El Gatopardo’ (Visconti, 1963), basada en una novela del marqués de Lampedusa.
Situada la trama en el siglo XIX, Burt Lancaster protagoniza el papel del
príncipe don Fabricio, que le echa en cara a su
esposa—encarnada en Claudia
Cardinale--que nunca la ha visto desnuda. Después de tantos años de matrimonio,
hacen el amor desnudándose lo imprescindible… Eso, queridos lectores, aunque no
lo crean, sucedió así.
Años setenta.- Se
ve en pantalla grande, apaisada cinemascópica, en la película ‘El poder del
deseo’ (1975), el culo (perdón: el trasero) de Pepa Flores, alias Marisol, que
había sido en su infancia una cantante cursi repetida hasta la saciedad. Y en
la titulada ‘La otra alcoba’ (Eloy de la Iglesia, 1976), se ven los preciosos
pechos de Amparito Muñoz, Miss Universo, que los enseñó en un plano/flash de
¡medio segundo! de duración, mientras se acostaba con su partenaire, un tal
Patxi Andión.
En estos años, se
abre más aún la mano de la censura (qué casualidad, coincidiendo con la muerte
del Caudillo); e inmediatamente fue el desmadre total. Por poner un ejemplo:
basado en una novela de Juan Marsé, se rueda en 1977 el filme ‘La oscura
historia de la prima Montse´. Ana Belén
se desnuda íntegramente con parsimonia, y enseña el pubis…
Igual que lo enseña
María José Cantudo, en una peli altamente peligrosa, con cuernos en la trama de
su argumento, la titulada ‘La Trastienda’, ambientada en las fiestas
pamplonicas de San Fermín. En ambas películas, la pequeña zona triangular
desnuda del pubis femenino es disimulada (¿?) con un pequeño felpudo de pelo
artificial.
Años ochenta.-
Llegan a su máximo esplendor los desnudos y los actos sexuales
consentidos (o no), con primeros planos explícitos, que visionamos curiosamente
en la pantalla grande de los multicines.
Sin embargo, para
contemplar la pornografía más variada y de surtida gama, hay que acudir a
programas ‘ad hoc’, en la pantalla privada del ordenador personal, con enlaces
a sus sitios favoritos.
Epílogo.- Todo este
largo preámbulo, es para reseñar brevemente la
inauguración hace unos días, en el Liceo de La Orotava-- ya lo había
hecho con anterioridad en el Instituto Hispánico del Puerto—de la exposición de
dibujos y acuarelas de Adrian Alva, tan
prolífica y numerosa como llena de sexo y posiciones la mar de variadas,
incluso escatológicas. Me recuerda, por contraste, todas estas anécdotas
históricas de mis vivencias anteriores, a lo largo de los últimos ochenta años.
Felicito al autor
expositor, Adrian Alva, licenciado en Bellas Artes, hijo de mi amigo Francis
Álvarez, arquitecto nacido en La Perdoma, que tiene un apartamento junto al mar
y suele bañarse en el San Telmo portuense muy temprano cada día. Enhorabuena.
Espectador
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