Lorenzo de Ara
La plaza del
Charco, nuestra plaza, es fea, está sucia, y todo gracias a un capricho del
PSOE cuando usaba el rodillo en la ciudad y hacía con ella lo que le salía de
los huevos.
¿Qué fue de la
verdadera plaza del Charco? Vive en el recuerdo. Desde principios de los 90
(creo) el lugar se convirtió en posesión del PSOE. Y pocas voces se alzaron
para decir ¡basta!
Yo no lo hice.
Ahora que un
empresario tomó una decisión rigurosa y meritoria, y con ella posibilita la
resurrección del antiguo Dinámico, toca pasear alrededor de la plaza con los
ojos del ciudadano libre para afirmar que es dantesco el panorama.
¡La huella de
nuestro PSOE paquidermo es horrorosa en el corazón de la ciudad!
“Se confía en la
desmemoria de los ciudadanos, en que es lícito patrimonializar las
instituciones”, escribe Daniel Gascón. Así lo hizo el PSOE en el Puerto de la
Cruz. ¿Lo volverá a hacer? No tiene, por ahora, los medios al alcance. Pero el
alcalde no desaprovechará la oportunidad si esta llega.
Los socialistas
llevan cuatro meses ejerciendo el poder local. Y cobrando, por lógica. Pero
hasta hoy, la mayoría de ellos, chicos y chicas, salvo excepciones (Marco
González, Jonás Santana y Alberto Castilla) piden más tiempo. “¡Más tiempo, por
favor, necesito más tiempo! ¡Acabo de aterrizar en el cargo!”
¡Pero cobran, por
lógica!
Recuerda Teodoro
León Gross una frase, atribuida a Bismarck, que sintetiza la cosa: “Un
estadista piensa en las próximas generaciones; un político, en las próximas
elecciones”.
Tuvo el Puerto de
la Cruz un estadista en la alcaldía (no es coña). Se llama Lope Afonso. Espero
que el actual alcalde copie lo mejor de su predecesor. Y si consigue aprende de
él, que mande callar a los pegacarteles y correveidiles de “su” partido en las
redes sociales.
¡La carencia de
inteligencia en la izquierda que se pavonea en el Facebook es mala, y mucho más
pronunciado y degenerativo su hedor que el estado actual de la EDAR!
Yo estoy de acuerdo
con mi admirado escritor Julio Llamazares cuando afirma: “Estaría bien que su
narcisismo no traspasara el ámbito de la privacidad y menos con dinero
público.” ¿Verdad que sí? Porque el narcisismo, o lo que servidor denomina
“fundamentos de la civilización”, debe acabar por enterrar el bruxismo sociata
cuando molesta la compañía o la opinión de quienes no comulgan con la rosa
marchita.
Ya que los
socialistas van a desenterrar a Franco, mejor sería (porque lo primero es una
atrocidad) que desenterraran de nuestra plaza la huella del crimen cometido por
el PSOE portuense.
Entre las lecturas
de hoy sábado en la prensa, descubro a Núria Escur en “La Vanguardia”. Ella
termina su columna, maravillosa, por cierto, de esta manera: “Pienso en algo
que me dijo Manuel Vicent en la playa de la Malvarrosa mientras dirigía
improperios al infinito y se mesaba la barba de chivo: siempre es preferible el
pequeño prestigio entre los tuyos que un gran éxito en multitud.” Los tuyos,
señor alcalde, son los que no te votaron.
¡Primero los que no
te votaron!
¡Ay, esa plaza del
Charco!
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