Salvador García Llanos
Iba a ser una revolución, pero le han puesto la marcha
atrás. Los mismos que hicieron alardes de propaganda -uno más, gastos inútiles,
quién asume la responsabilidad- son los que ahora dejan sin efecto la
reordenación unilateral de las líneas de transporte de TITSA en el norte de la
isla. Habrán escuchado el clamor: no quedó nadie sin protestar, sin quejarse,
sin sufrir lo que era un disparate. Han tenido que escuchar a los usuarios, al
pueblo y a las instituciones que adoptaron acuerdos, y frenar. Para ser tan
pasivos e indolentes, para andar desvertebrados y para no encontrar mayor apoyo
mediático, los resultados son positivos. Borrón y ordenación nueva.
Los usuarios lo agradecerán, aunque necesiten un tiempo
los responsables para volver a poner las líneas, la información y la señalética
en su sitio. Lo ocurrido sirve de lección: la próxima vez, consulten. Y
aprovechen para atender demandas o configurar líneas, trayectos y frecuencias
con más tino. Menos experimentos, aderezados de lujo propagandístico, y más
rigor y más racionalidad.
Sin olvidar que después de Reyes, volveremos a los atascos
cotidianos. Acentuados, por cierto, con esta reordenación a la que han puesto
finiquito. El problema estructural persiste -las vías no absorben el
crecimiento del parque automovilístico- y no lo iba a eliminar la tan mentada
reordenación.
Vienen meses en los que, por razones obvias, no se quiere
alimentar malestar ni descontentos. Pudieran aprovechar para estudiar e
impulsar otras medidas infraestructurales que, a medio y largo plazo, sean
eficaces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario