Bienvenidos al Diario del Valle

SEARCH

sábado, 1 de diciembre de 2018

SI EL PSOE FUERA ANIMAL DE COMPAÑÍA DE CARLOS ALONSO SERÍA UN CAMALEÓN BIEN ALIMENTADO.


Lorenzo de Ara

Cuando el Cabildo de Tenerife (no hace tanto tiempo) pasaba del Puerto de la Cruz, los vecinos de la ciudad protestábamos ante lo que considerábamos era un trato denigrante. Ni puñetero caso nos hicieron. Nuestros políticos (no todos) fueron incapaces de que la institución insular nos tomara en serio. Los socialistas jamás creyeron en el Cabildo, ¿por qué? Ellos estaban convencidos, todavía hoy lo están, de que la ciudad puede salir adelante y triunfar por sí sola. Los socialistas entienden que el Puerto de la Cruz es su finca particular, que para pedir ayuda (perdón) está el Gobierno regional o Pedro Sánchez en la Moncloa. Sin embargo, pasar por el Cabildo es caer muy bajo.

Me hace gracia el Psoe tinerfeño. Con él me río, pero también reconozco que me saca de quicio.

Es un partido que Gobierna en el Cabildo junto a Coalición Canaria. Se acuesta y fornica con CC en la cama del poder.

El Psoe está en la poltrona porque así no necesita salir a comprar viagra.

Carlos Alonso habla maravillas de Aurelio Abreu y de los otros cuates que llevan la rosa marchita tatuada en la nómina.

Pero el Psoe siempre está dispuesto amontar un circo. Ahora con el cierre del Anillo Insular.

Aparecen los socialistas del norte junto a Pedro Marín en la portada del Diario de Avisos. Todos juntos porque había que estar. De los presentes ninguno tenía otra cosa mejor que hacer.


Un servidor llama por ejemplo a representantes de ese partido en el norte y alegan que están trabajando a la hora en que hay tiempo para una entrevista en radio. Alcaldesas y alcaldes argumentan que la agenda es agotadora y que están las 24 horas encerrados en el despacho. ¡Gestionando! Pero, claro, una fotito de pasarela es otra cosa. Para esa foto en bajada hay hueco en la agenda, fatuo protagonismo en el trabajo, presuntuoso postureo en la vida. ¿Qué vida?

El Psoe es socio de Gobierno de Carlos Alonso, que para Pedro Martín y Marco González, es el enemigo público número de Tenerife.

Aurelio Abreu piensa lo mismo, supongo, pero antes de pasar frío y pasar a la jubilación (que yo deseo disfrute cuanto antes), el ex alcalde de Buenavista opta por el calorcito del despacho en el gobierno insular. Una vicepresidencia que el Psoe vende a los medios afines y a petardos de la izquierda, como mal menor en la Isla, dado que así controlan a la peligrosa CC, enemiga de todo lo bueno de nuestro norte.

(También hay petardos en el PP, CC y, sobre todo, en el periodismo local.)

A mí Carlos Alonso y lo que le pueda pasar la noche del 26 de mayo de 2019 me importa muy poco. Si sale derrotado de las urnas, me levantaré de la cama pensando lo mismo. ¿Qué pienso? Que por lo menos este presidente (con frecuencia un consumado parlero) ha mostrado sensibilidad por la ciudad más importante del norte de Tenerife.

Pero el Psoe no tiene argumentos para criticar a Carlos Alonso. No los tiene mientras Aurelio Abreu no salga en la foto con el resto de pocos alcaldes que le quedan al Psoe en el norte. No tiene un ápice de solvencia para decir que CC roba y le toma el pelo al Puerto de la Cruz, por ejemplo.

El Psoe es poder en el Cabildo. No es oposición.

El Psoe es fiel al presidente.

Si el Psoe fuera animal de compañía de Carlos Alonso sería un camaleón bien alimentado

No hay comentarios:

Publicar un comentario