Cabalgamos en todas direcciones en pos de
alegrías y de trabajo; pero siempre ladran cuando ya hemos pasado. Y ladran a
destajo. Quisieran los perros de la cuadra acompañarnos donde vayamos, más la
estridencia de sus ladridos sólo demuestra que cabalgamos >. Con “Ladrador”
de Goethe de 1808 podríamos definir lo que hoy sucede con algunos en la ciudad
de Puerto de la Cruz.
De esa suerte, el grupo municipal del Partido
Popular en el Ayuntamiento de la ciudad portuense, diligentemente liderado por
el alcalde Lope Afonso, ha traído la eficiencia y la alegría a la ciudad. Ya
nadie se refiere al municipio como “muerto de la cruz”, como en alguna ocasión
llegó alguno a referirse al mismo, sino que es pacíficamente aceptado que la
ciudad ha recuperado la alegría, con calles llenas de gentes, con un creciente
incremento del consumo, una objetiva subida de la ocupación hotelera y del
precio medio de estancia, una mejora en muchos de los servicios prestados, pero
sin llegar al despilfarro de antaño, sino con una política eficiente que ha
logrado saldar la deuda financiera que acogotaba las arcas municipales.
Tal es así que en lo que llevamos de este mandato
que ya finaliza se han solucionado problemas históricos que padecía el
municipio, tales como, por ejemplo, la formalización de un contrato con una
empresa de jardinería ya que, como es sabido, se llevaba aproximadamente tres
décadas sin contrato. Como se ha visto, el hecho de tener un contrato que da
seguridad jurídica a las partes (al Ayuntamiento y a la empresa) ha hecho
mejorar los resultados en favor del interés general. Los jardines van a mejor y
se nota. Lo mismo podríamos predicar del alumbrado público pues se ha
formalizado también en este mandato un contrato con la empresa de servicio
energético de la ciudad que nunca antes había existido. El alumbrado va a mejor
y se nota. Y así podríamos estar enumerando las mejoras de la ciudad una tras
otra, pues la ciudad va a mejor y se nota.
Esta notable mejoría ha hecho florecer los nervios
de algunos que, comprobando que la ciudadanía cada día es más consciente de la
gestión seria, valiente y responsable del Partido Popular en la ciudad, han
comenzado a tratar - sin éxito, todo sea dicho - de desprestigiar la labor
realizada. No han dudado en utilizar los métodos más mezquinos que se pudiera
imaginar y, sobre todo, en las redes sociales, aquellos que se encuentran a
sueldo no confesable y que quizá no tengan autoridad moral para criticar nada
ni a nadie. Algunos no han dudado en atacar la imagen e integridad de quienes
tratan de mejorar las cosas cuando los nervios o, quizá, el odio, el rencor y
la envidia les ha nublado el juicio, si es que alguna vez lo tuvieron. En
definitiva, no han dudado en comenzar a ladrar. Sin embargo, ello no debe
suponer desfallecimiento, ni siquiera pérdida de tiempo en contestarles pues
como debemos recordarnos una y otra vez el proverbio latino que para nuestra
ciudad adaptamos: “ladran y sabremos al momento que cabalgamos por delante de
los demás”.
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