Rosario Valcárcel
De nuevo ha llegado La Navidad,
los primeros días destemplados de nuestra eterna primavera. Los comercios están
abarrotados en un frenesí artificial. Todo parece que está patas arriba:
compramos regalos, escuchamos mil veces la emoción de los villancicos, alumbramos
nuestros hogares para recibir a Papá Noel, a los Reyes Magos. Mientras en la
cabeza de Francisco Tarajano, igual que una señal de presentimiento, revolotean
como todos los años, unos versos, otra realidad que son sus poemas. Y ese amor
por la vida y por lo que le rodea lo dirige a preparar con tiempo sus versos de
Navidad 2018.
ANHELOS
Anhelan las gentes buenas
días de paz y de amor
con bienmesabes de besos
y susurros de arrorró.
Anhelan las gentes buenas
fontanas de bienestar,
altas palmas de honradez
y dragos de libertad.
Anhelan las gentes buenas
que en tierras, cielos y mares
pululen las ilusiones
y floran las ansiedades.
Anhelan las gentes buenas
una vida más mejor
en que felices discutan
la razón y el corazón.
Yo te anhelo dichas, gracias,
solidarias amistades
y, con tus seres amados,
fecundas felicidades
Si mis ocho guanches islas
sus sentimientos comparten,
serán dulces y bonitas
las canarias navidades.
Con mis deseos de dichas
Francisco Tarajano Pérez
Las postales de Navidad de
Francisco Tarajano son pequeñas obras de arte, una poesía diáfana y musical,
auténtica. Todo un material repleto de ecos llenos de hondura. Celebración de
la alegría, territorio del poema navideño que el poeta lo manifiesta con esa
fluidez del verso sencillo, con palabras repletas de belleza y emoción, con
palabras que él ofrece como si fuese una ceremonia.
Con poemas que han cautivado y
cautivan porque Francisco Tarajano es un poeta que aprendió a mirar a la
tierra, a las islas. Aprendió a mirar al mundo.
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