Rosario Valcárcel
Cuando leí el libro de poemas “Poética y Vida” de
Elena Villamandos llegué a la conclusión de que su libro es como un volcán:
arrollador. Y pensé, entre risas silenciosas, que quizás los versos no fueron
escritos por mi poeta amiga, sino por un programa informático. Pero en seguida
comprendí que lo había escrito ella, porque los versos reflejan esa capacidad
que posee Elena para captar y plasmar la realidad, para elaborar un lenguaje
vital y dejar fluir la palabra y el arrebato, para regalarnos ese aliento suyo
tan humano.
“Poética y vida” es su primer libro de poesía en
el que concentra siete años de su vida (2010, 2017). En el que nos afirma que
somos seres dominados por el placer y el tiempo, por un tiempo que nos arrastra
a una carrera sin sentido, a una carrera que nos conduce a la muerte.
Una poesía en la que Eros y Tantos están
presentes. Una poesía repleta de deseos y de sufrimiento, de las relaciones
amorosas. De reflexiones y de la contemplación cotidiana del lujo de vivir, de
las cosas que la rodean, a veces reservada, a veces íntima pero la poeta lo
procesa a través de un recorrido vital impregnado de libertad, voluntad y amor
propio. A partir de sus experiencias y de aquello que ha aprendido en el día a
día, y es entonces cuando la poeta plasma la esencia humana en el verso.
Hay algo que se hace/ en el antes, el ahora y el
mañana,/ permanece en lo que hay/ en lo que fue y en lo que será/ que se eleva
y que se hunde/ y que flota frente a tus ojos/ en tus labios/ en tu cuello y en
mi oído/ habla y se dispersa/ en lo abrupto de la roca/ en la piel de la
manzana/ en el volar de la abeja, / en los libros de los hombres / y en el tic
tac de sus relojes./ Algo inatrapable, sólido, acuoso, que observa el
horizonte/ y a la vez se vierte en él/ y es el tiempo que habitamos/ más allá
de nosotros.
Y en seguida lo poético se va definiendo, al mismo
tiempo que su voz se interioriza y aparece un himno a la construcción de las
emociones, con una cadencia que manifiesta la raíz de hechos reales que va
poetizando en el poema “El abuelo”:
Padre, /sostén ese ataúd sobre tus hombros/ que ni
el llanto ni el dolor te hagan caer, / así comienza el poema de El abuelo y
continúa: Padre, / sostén esa cajita así, con fuerza, / donde mi niño
tranquilo, está dormido, / sujétalo, por dios, / y que no caiga, / pues yo a
tus hombros de abuelo/ lo confío.
Como vemos Elena nos ofrece, desde una perspectiva
elegiaca, una visión transparente sobre la experiencia humana. Toda una
escenografía dolorida, llena de imágenes en la que vida y muerte se entrelazan
como parte esencial de la vida. La presencia neorromántica de la muerte.
Pero incorpora también a través de todo el
poemario lo erótico y lo poético, en ese morir para llegar a ser. Deseos y
anhelos carnales, corpóreos, para quizás llegar a la plenitud del instante
efímero gozado como eternidad.
Te juro que lo he intentado con otras… /Dónde
quedó tu dulce/ humedad en mi mano, / donde el estremecedor de tu / cuerpo todo
en mis dedos, / donde la íntima complicidad/ de tus pies entre los míos, /el
olor de tu cuello, / el suave y animal mordisco/ en el lóbulo de tu oreja/
donde tu avispada sonrisa/ bajo los edredones…
Elena Villamandos comenzó a escribir con 8 años y
me confiesa:
-Empecé a escribir historias del jabato, mi tebeo
preferido, y la encuadernaba malamente para venderlas a los amigos del cole.
Más tarde al llegar esa edad en lo que nos parece que empieza a agrietarse
todo, retomo la poesía como actitud de rebeldía, aunque en realidad yo siempre
me he considerado narradora más que poeta.
Lo que nos confirma que Elena siente la necesidad
de reconstruir historias, que es una poeta de la oralidad, de los matices de la
comunicación, pero también del uso de las expresiones, que indican el tiempo
transcurrido, las vivencias, los ecos pasados, pero siempre tratando de ver más
allá de la realidad visible. Camina en el tiempo y se sustenta en la memoria
como en la fugacidad del presente.
En el año 1999, gana el premio de cuentos de Caja
Canarias con el cuento titulado “Trazos Interrumpidos” y en el 2000 el premio
de relatos del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. Es autora de la novela
Pasajeros del tiempo, una novela que tuve el placer de presentar también en
este mismo espacio - Museo Domingo Rivero- y que nos muestra un gran
conocimiento sobre felicidades e infelicidades, desencuentros familiares,
conflictos y crisis cotidianas entre personas que se conocen bien.
Poética y vida (poesía reunida 2010-2017) se
divide en ocho poemarios: Poemas del tiempo y de lo humano; Poemas a Pablo;
Zoología de interiores; Cancionero suicida. Poemas del amor, el olvido y la
muerte; Leyendo poemas de amor; De pasillos e interiores; Resurrectorio y Zen.
Poética y vida es el eslabón de una gozosa tarea
que pronto se sumará a nuevas publicaciones líricas. Poética y vida es un libro
de poemas en el que Elena Villamandos, procesa la realidad a través de sus
sentidos y la manifiesta a través de sus emociones. Es un libro que nos
envuelve en los ecos de todos nosotros, seres conscientes del naufragio de la
vida. Un libro que deja constancia de todo cuanto cierne al ser humano.
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