Isabel Miranda de Robles
Para vivir en paz y feliz conmigo, vivo como si
hubiera muerto alguna vez, y Dios me hubiese dado la oportunidad de volver a
vivir lo antes no vivido, por culpa, del miedo, de la prisa, del orgullo, la
ignorancia o de todos esos, “no sé por qué", sin explicación.
Ahora ya sé que la oportunidad se va, que el
momento se pierde, que la emoción se desvanece, que el deseo no vuelve.
Que lo que un día es antojo después ni lo entiendes,
que el dinero como la vida tiene valor en su momento: o lo gastas o lo pierdes.
Que la única riqueza es la salud y el cariño que
sin esfuerzo inspires.
Que mañana es nunca, que lo más parecido al
imposible es la palabra después, que la distancia más larga es lo que se
pospone.
Que el miedo a que te juzguen te vuelve inválido,
que lo que a mí me guste no tiene porqué gustarle a los demás, que nadie me
tiene que querer porque yo le quiera, que los buenos y los que más amas también
traicionan, pero entre más pronto perdones más libre eres.
Que todo en esta vida cambia de sabor y de valor, un
dulce, un trago de vino, una fruta, la risa, el beso, el abrazo, la música, el
aroma de las flores, todo tiene fecha de gozo y es: ahora o nunca.
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