Isidoro Sánchez García
El cartel que cuelga en el naciente del valle de
La Orotava, en la ladera de Tamaide,
obra de un inteligente artista afincado en la zona, nos deslumbró en la
mañana del martes 8 de mayo por el título: MUECA ES OPTIMISMO. Me acordé entonces de la historia cultural
del Puerto de la Cruz, eclosión urbana de aquel viejo Puerto de Orotava que se
desarrolló en la costa del valle de Taoro a partir de 1648, de la mano de
pescadores ranilleros y comerciantes
europeos, entre Los Realejos y La Orotava, con el mar Atlántico bañándolo por
el norte. Los bajíos volcánicos, la caña de azúcar, la viña, la cochinilla y el
plátano le aportaron un toque de distinción agraria hasta que llegó el turismo
a finales del siglo XIX. La agricultura se empató con la naturaleza.
Ya el Puerto había contribuido a la causa cultural
por cuanto en las primeras décadas del siglo XVIII conoce el nacimiento de los
hermanos Iriarte, particularmente de Tomás, el padre de las fábulas; también
del comerciante Sebastián Miranda que emigró a América y fue padre de Francisco
de Miranda, prócer de la independencia de Venezuela; a mitad de siglo, del ilustre ingeniero universal que fue Agustín
de Betancourt, emigrante científico a la Europa de las Ilustración con destinos
técnicos en España, Francia, Inglaterra y Rusia. También al vecino Luis de la Cruz que se trasladó a la corte de
Fernando VII, como pintor de cámara. Puerto de la Cruz aportó terrenos al
Jardín de Aclimatación de La Orotava que se construyó en El Durazno en 1788 por
recomendación del monarca español, Carlos III y recibió semillas de plantas
americanas. Once años más tarde recibió la visita del naturalista prusiano
Alejandro de Humboldt, en su periplo hacia las regiones equinocciales del Nuevo
Continente, y subió al pico del Teide
tras recorrer el gradiente vertical del valle lo que le permitió describir los
pisos de vegetación de la geografía de las plantas que luego comparó con los
del Chimborazo. En la primera década del siglo XIX el portuense Narciso Piñeyro
emigró a Cuba y se dedicó al mundo de la educación en tierras caribeñas.
La cultura del vino se incorporó al mundo
portuense por cuanto las exportaciones de los caldos del valle se
materializaban por el puerto de Orotava. Al igual que los comerciantes ingleses
importaban sus productos, sobre todo los textiles. Personajes europeos como
geólogos, geógrafos, médicos y botánicos
se entusiasmaron con el valle y el Puerto de la Cruz en particular. El clima
era su atractivo como el Teide y el cielo. El jardín del Sitio Litre y el Hotel
Taoro de finales del siglo XIX marcaron el arranque de la industria del
Turismo. A partir de los años de 1920 el Puerto comenzó a adornarse de
literatura, la mejor manera de promover el Turismo, en palabras del
polifacético Luis R. Figueroa.
Conoció
la visita de mujeres famosas como Marianne North, Olivia Stone, la escritora
inglesa Agatha Christie y de la cubana Dulce María Loynaz, que es reconocida en
1951 como Hija Adoptiva del Puerto de la Cruz, autora de la novela de viajes Un
Verano en Tenerife que le qyudó a conseguir el Premio Cervantes en 1992. La música
y el deporte irrumpen en la historia cultural del Puerto y son famosos
los músicos Juan Reyes Bartlet y Leopoldo Ortí, como lo fueron en el mundo
deportivo el C.D. Norte, en el fútbol, la Peña Baeza y el Club Natación
Martiánez. En 1953 se inauguró el IEHC y luego sus derivados culturales como el
Museo de Arte Contemporáneo “Eduardo Westerdhal” (MACEW) y el Museo
Arqueológico “Luis Diego Cuscoy”. Personajes como Álvarez Rixo, Celestino
González, Telesforo Bravo, Francisco Bonnin, Benito Ríos, Eric Sventenius e
Imeldo Bello Baeza, entre otros, completan el elenco cultural de la ciudad
turística portuense. Poco llamativa fue la visita de algunos Beatles en 1963.
Sobresale también la inauguración del Loro Parque, en 1972, como espacio
cultural temático y la del Lago Martiánez, obra del carismático artista
lanzaroteño, César Manrique, en 1977, todo un referente del binomio
Arte-Naturaleza. Antes de finalizar el siglo XX, en 1999, se celebró el
bicentenario del paso de Humboldt por Tenerife y asistieron autoridades
alemanas y canarias, así como la señora Gabriela von Humboldt y miembros de
Fundaciones y Asociaciones alemanas y españolas conectadas con la figura del
ínclito prusiano. Destacó la presencia del recordado profesor mexicano don José
Luis Martínez, experto en la divulgación de la vida y obra de Humboldt en
tierras de México, al igual que la portuense Coral Musical “Reyes Bartlet” que
nos acompaña permanentemente a partir de entonces. En los siglos XX y XXI destacaron
las actividades relacionadas con efemérides del ingeniero universal, Agustín de
Betancourt. En 1996 con la exposición DE LOS INICIOS DE LA INGENIERÍA MODERNA
EN EUROPA, organizada por el ministerio de obras públicas de España; en 2007,
con el bicentenario de la emigración técnica de Betancourt a Rusia en
1807, y sobre todo en 2018, Año Europeo
del Patrimonio Cultural, con especial referencia al 1 de febrero, fecha de sus
natalicio, por cuanto se le nombró institucionalmente Hijo Predilecto del
municipio con actuación de pianista rusa con La Ruta Musical de Betancourt, de
España a Rusia, así como al 13 de abril por la visita de autoridades de la
Universidad de Vías de Comunicación de San Petersburgo a la ciudad natal de don
Agustín.
Sandra Rodríguez González ( Concejala de Economía,
Hacienda, Cultura y Nuevas Tecnologías)
en el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz.
Todos estos comentarios sirven para justificar el
respaldo que algunos ciudadanos comprometidos con la cultura del Puerto de la
Cruz queremos darle al municipio para que sea reconocido a nivel mundial con el
“Premio Internacional CGLU-Ciudad de México-Cultura 21”, como ejemplo de ciudad
turística sostenible, debido al proceso de transformación desarrollado mediante
el instrumento “Estrategia Cultural del Puerto de la Cruz en el horizonte de
2020”, en el que participan Ayuntamiento y Consorcio de Rehabilitación Urbanística.
Y en ese empeño andamos caminando muchos. Por ello tampoco podían faltar en el
CV cultural del municipio los Carnavales y su Mascarita Ponte el tacón, las
Cruces de mayo y la polifacética y multicultural Mueca, la embarcación
veraniega de la Virgen del Carmen, el festival Periplo, en octubre, sobre la
literatura de viajes o los cacharros de San Andrés a finales de noviembre
regados de vino, con el fondo del Arte en la calle, cerca del Espacio
Cultural “La Ranilla”. Se nota que la
concejal portuense de Economía y Cultura es una mujer a la que le gustan los
hechos.
Isidoro Sánchez García, Ingeniero de montes y
Concejal del Ayuntamiento del Puerto de la Cruz (1995-1999)
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