Evaristo Fuentes Melián
Acabo de ver un espeluznante reportaje sobre los
aeropuertos más difíciles del mundo. Hay uno cruzado por una autopista; hay
otro tan al borde de una playa, que en una ocasión un avión al arrancar con su
rebufo arrastró y desplazó a los bañistas que se hallaban tomando el sol
plácidamente.
Examino imágenes de un accidente ocurrido en el
aeropuerto de Madrid Barajas, año 1983. En un día con niebla, dos aviones
chocan en pistas de despegue cruzadas, uno de Aviaco (compañía que desapareció
en 1999) y otro de Iberia, el B 727, de tres motores, que tanto utilizamos los
canarios por entonces, para ir y volver de Madrid o Barcelona. Ya no lo veo en
funcionamiento actualmente; lo habrán vendido a algún país tercermundista,
verbigracia, México o Cuba, donde hace unos días se estrelló uno al despegar,
por defectos en su mantenimiento.
En el aeropuerto de Barajas se detectan tres
anomalías graves en aquel accidente del año 1983:
1.- Dos pistas de despegue y aterrizaje que se
cruzaban en mitad de su trayecto. Actualmente ya no existe ese problema,
después de inaugurada una nueva pista solo para despegues y la nueva terminal
T4, donde precisamente ETA perpetró uno
de sus últimos atentados terrorista con bomba, que mató a un pobre emigrante
sudamericano que andaba por los alrededores medio despistado, medio dormido,
haciendo tiempo para volar a su país.
2.- En caso de niebla, en 1983 no había radar de
superficie en Barajas, cosa que tanto criticamos aqui cuando (27 marzo
1977) el accidente de los dos jumbos en
Los Rodeos, que sigue siendo el mayor del mundo por el número de muertos, 583
según unas fuentes, 563 según otras.
3.- Barajas carecía también de señalización
suficiente y adecuada en el tránsito rodado por las diversas pistas bajo la
niebla hasta llegar a la cabecera de despegue.
El avión de Aviaco se cruzó despistado -- nunca
mejor dicho--en el trayecto terrestre del avión de Iberia. Murieron la mitad de
los del avión de Iberia y la totalidad de los de Aviaco, unos cuarenta por
avión, que son ochenta fallecidos. El piloto de Aviaco se dio cuenta del
peligro inminente, aunque no le dio tiempo de desviarse totalmente y quitarse
de en medio. Algo similar ocurrió en el caso de los dos jumbos en TF
Norte.
Espectador
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