Martha Córdova Chacón
Mi secreto sin final, mi albor,
me dejaste la ambrosía de tus besos,
mi anhelado y sutil arrebol,
te llevaste el rocío de mi acezo.
Eres la luz de mi camino,
que una nueva vida amuralló,
toma mi mano y vayamos
en la búsqueda de otro destino.
Tú y yo unidos desde nuestro
palpitante corazón,
busquemos el amor profundo,
apareemos nuestra pasión.
Te quiero tanto, horadaste en mi oquedad
tiemblo, no se si alejarme o esperarte,
me duele tu lejanía, mi soledad,
quiero un amor para toda la vida.
Un amor sin medida,
mi subyugado corazón apasionado
brama un etéreo manantial,
en un inefable refugio.
En silencio he llorado tu partida,
rasgando gemidos de mi alma,
hasta quedarme exhausta, en reposo,
resistiendo, atada a la calma.
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