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sábado, 7 de mayo de 2016

UNA EXPOSICIÓN PARA UN CRONISTA CANARIO


Javier Lima Estévez. Graduado en Historia por la ULL

¿Quién fue José Agustín Álvarez Rixo? Responder a tal pregunta podría resultar baladí para muchos investigadores y estudiosos del pasado canario que se han aproximado al conocimiento y la difusión de la interesante obra del destacado y tardío ilustrado portuense. La trágica destrucción de documentos o la incesante pérdida de información, fueron factores determinantes para la ingente compilación documental realizada por un espíritu inquieto. A lo largo de su intensa vida, recopiló información sobre múltiples  acontecimientos sociales, políticos, económicos, culturales, antropológicos, etnográficos  y de otra índole que, a su juicio, merecían ser objeto de atención, llegando incluso a crear algunas obras literarias, siendo una constante en su producción el estudio –en mayor o menor medida- de todas las islas de nuestro archipiélago.

Álvarez Rixo nació en la localidad del Puerto de la Cruz el 28 de agosto de 1796, siendo hijo del matrimonio formado por Manuel José Álvarez Pereira y Gregoria Rixo de Chaves. Su infancia y juventud transcurrió en diversos rincones, trasladándose a Arrecife, Las Palmas de Gran Canaria y la isla de Madeira, estableciendo su definitiva residencia en el núcleo portuense desde 1816, donde fallecería a la avanzada edad de 87 años en 1883.

Las investigaciones de Carmen Díaz Alayón, Francisco Javier Castillo, María Teresa Noreña Salto, Melecio Hernández Pérez, José Antonio García de Ara, Marcos Guimerá Peraza, Manuel Hernández González, Jesús Díaz Armas, Antonio Tejera Gaspar, José Antonio Ramos Arteaga, Antonio Galindo Brito, Daniel García Pulido y José Velázquez Méndez, entre otros; han permitido obtener una aproximación seria y rigurosa al conocimiento de diferentes realidades de nuestro pasado donde la huella de Álvarez Rixo estuvo presente, generando toda una serie de análisis desde una visión histórica, periodística, poética, lingüística, arqueológica, teatral, sanitaria y etnográfica.

Una de sus obras más importantes sería Anales del Puerto de la Cruz de La Orotava: 1701-1872, editada en el año 1994 con una magnífica introducción de la profesora María Teresa Noreña Salto, donde se expone la evolución política, económica, social y cultural de la ciudad portuense a lo largo de los siglos XVII y XVIII, generando un conocimiento que hoy resulta esencial para la reconstrucción de numerosos detalles del pasado de la ciudad turística que, de otro modo hubieran desaparecido, aportando, asimismo, su visión sobre determinados acontecimientos que marcaban la realidad canaria.

Ahora, tenemos una nueva oportunidad para conocer un poco más sobre tan interesante persona, pues desde el pasado mes de abril y, hasta el próximo 31 de mayo, la Biblioteca General y de Humanidades de la Universidad de la Laguna ofrece una interesante exposición bajo el título "José Agustín Álvarez Rixo: escribir para no olvidar", aglutinando una amplia e inédita variedad de retratos, mapas, dibujos de determinados acontecimientos, o cualquier elemento que pudiera tener utilidad para ilustrar su amplia y rica producción bibliográfica, generándose, a la par, un interesante y meticuloso catálogo elaborado por diferentes profesores y especialistas, ofreciendo un completo análisis del cronista portuense desde diferentes campos del conocimiento.


Se trata, por tanto, de una exposición elaborada con gran detalle gracias al equipo coordinado por la responsable del Fondo Antiguo de la Universidad de La Laguna, Paz Fernández Palomeque, respondiendo plenamente a la labor de conservación y difusión de un increíble legado que representa un verdadero tesoro documental, custodiado por sus herederos hasta su donación a la institución universitaria en el año 2014. Las dudas iníciales sobre quien fue o que hizo tan ilustre portuense, se difuminan gracias a una brillante exposición que permite profundizar y obtener una visión sobre la obra de una persona clave para el conocimiento de nuestro pasado, cuya vida se apagó en 1883, pero cuyo legado, gracias a estas iniciativas, continua estando muy vivo entre nosotros.

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