Manuel Marrero Morales
El
próximo 26 de junio tendrá lugar la segunda vuelta obligada de las elecciones
del pasado 20 de diciembre. Y resulta decepcionante ver cómo los resultados de
intención de voto de
las encuestas siguen dando al corrupto PP una mayoría de votos.
Uno
llega a pensar que hay un alto porcentaje de la población,-corruptos anónimos-
que si llegara a tener puestos de responsabilidad pública haría lo mismo que
los corruptos conocidos: enriquecerse a costa del erario público. Que en
Andalucía se haya producido el mayor saqueo conocido (unos 3.200 millones de
euros) de los fondos públicos y que la lista de la señora Susana Díaz siga
siendo la más votada, o que el PP de la Gūrtel, de la Púnica, de los
Bárcenas, de los papeles de Panamá, siga siendo el partido más votado, o que en
Cataluña el nada honorable Pujol y su clan familiar se hayan enriquecido de
manera impune, no se podría explicar sin la connivencia de una buena parte del
electorado y el favorecimiento de los responsables del Estado de ejercer el
control democrático (judicatura, fiscalía, tribunales de cuentas, funcionariado
de distintos niveles,...). Parece que está asumido que ejercer un cargo de
servidor público debe tener entre sus objetivos enriquecerse, favorecer a sus
amigos y familiares, saquear sin piedad las arcas públicas. También está la
posición de quien mira para otro lado, como si todas estas tramas corruptas
nada tuvieran que ver con él.
A
la corrupción del PP hay que añadirle varios agravantes. El primero de ellos es
que ha ganado las elecciones dopado económicamente, desde una posición de
ventaja al disponer de dinero ilícito con que financiar sus campañas, un
auténtico fraude electoral. El segundo es que, en connivencia con el PSOE de
Zapatero, decidieron cambiar el artículo 135 de la Constitución, para que el
pago a los bancos acreedores, fundamentalmente extranjeros, tuviera preferencia
sobre los derechos básicos de la ciudadanía (sanidad, educación, dependencia, servicios
sociales, desahucios, pobreza energética, alimentos).
Se
supone que usted y yo somos personas conscientes de que se ha recortado el
dinero público destinado a la sanidad y esto nos ocasiona largas listas de
espera, copago farmacéutico y, en general, deterioro progresivo del servicio e
incremento de la privatización. La corrupción y el saqueo del bien común hace
que hayamos pérdido un derecho fundamental: una atención de calidad para
nuestra salud.
Si
miramos hacia los centros educativos nos encontramos con despidos de
profesorado y empeoramiento de sus condiciones de trabajo y, por tanto, de la
atención necesaria al alumnado en el servicio público de la educación, mientras
ingentes cantidades del dinero público se siguen destinando al negocio privado
de la educación. Otro derecho fundamental afectado por la corrupción y el robo
del erario público.
Más
de 10 millones de personas formamos parte de las clases pasivas. El Gobierno
del PP ha saqueado la hucha de las pensiones. El Sr. Rajoy, asesorado por las
aseguradoras y los bancos, nos ha congelado las pensiones durante los tres
últimos años. Y, además, aprobó una reforma del sistema de pensiones, que exige
más años trabajados, mayor tiempo de cotización y bajada de las futuras
pensiones.
En
estos cuatro últimos años de Gobierno del PP hemos sufrido una salvaje reforma
laboral, con pérdida de derechos conquistados en décadas por las luchas de la
clase trabajadora. Todos conocemos a personas que antes tenían trabajo y se han
quedado en paro, a personas que las han desahuciado de sus viviendas, a
familias que dependen de la pensión de los abuelos, a jóvenes obligados a
emigrar como en los años 50 y 60, a la vez que tenemos nformación de las
ingentes cantidades de dinero que se han entregado a los bancos para
reflotarlos y volverlos a privatizar.
Gente
que conoce la realidad fiscal, como los Técnicos de Hacienda, afirman que el
75% del fraude fiscal corresponde a las grandes fortunas y, mientras,
constatamos cómo el pequeño comercio, los trabajadores autónomos, se las ven y
se las desean par llegar a fin de mes.
Las
calles de nuestras ciudades aparecen inundadas de carteles "se alquila, se
vende, se traspasa", a la par que las colas del paro aumentan cada día
más. La pobreza y la exclusión social es creciente. La desnutrición infantil se
ha convertido en un azote social.
Por
tanto, no podemos seguir mirando para otro lado, ignorando el expolio, la
corrupción, las políticas antisociales. Es inconcebible que un 30% de los
votantes siga apoyando al PP, que tanto dolor ha venido infligiendo a la
población. Que lo apoyen los de arriba, los ricos, los beneficiarios de las
obras públicas y de las millonarias adjudicaciones, los que forman parte de los
circuitos de la corrupción, es normal porque son de la misma tribu depredadora
que los que nos gobiernan. Que los apoyen los que sufren los recortes, las
reformas y las privatizaciones, que los apoyen los que hemos perdido una buena
parte de nuestros derechos básicos, resulta inconcebible.
Así
que, haga el favor de no mirar para otro lado y no me diga después que no lo
sabía. Si usted es de los de abajo, como yo, y vuelve a votar al PP, vaya luego
"a quejarse al maestro armero".
No hay comentarios:
Publicar un comentario