Lorenzo de Ara
Platón,
Aristóteles, Santo Tomás, Copérnico, Leonardo, Leibniz, Goethe, Cervantes,
Rembrandt, Shakespeare, Velázquez, Goya. ¿Sigo?
Pero aseguran
que el más inteligente de los humanos que han pisado la Tierra se llamó
Einstein.
El judío,
incluso después de muerto, siempre se sale con la suya. Me cae bien.
Pero la
inteligencia está sobrevalorada.
Por ejemplo,
en política local la inteligencia es una carga.
Si usted
quiere ser el líder axiomático de un partido con aspiración de gobierno, lo más
aconsejable es aclarar que se es un imbécil, engreído, caprichoso, arrogante,
narcisista y sectario.
Pero
inteligente, quia.
La
inteligencia no es necesaria para alcanzar una alcaldía.
Hay, como
digo, otra serie de particularidades más enérgicas para alisar el sendero que
conduce a la gloria.
La mentira es
sin duda el más seguro y fiable de esos senderos.
Un mendaz en
política local es ganador seguro.
En las
elecciones del 26 de mayo el mentiroso invocará lo que hoy está muy de moda. El
miedo a las derechas.
El mandato del
partido es claro: ¡Que vuelve Franco!
Las derechas
en el ayuntamiento.
Y con la
consigna metida en el cabezón, el candidato, barrio por barrio, contará a “sus”
vecinos que el PP es malo, malísimo; que Coalición Canaria es corrupta,
corruptísima; que Cs es más de lo mismo, pero en plan “yo no rompo un plato”.
El candidato
está de un subido insoportable.
Se mete un
trozo de tortilla en la boca convencido de que en realidad engulle un puñado de
votos a favor de la candidatura que lidera.
La
inteligencia está bien para la música, la pintura, la filosofía.
La
inteligencia para la política es una carga, una cruz, un vía crucis
interminable, sin Gólgota a la vista.
Jesús caminó
entre trescientos o cuatrocientos metros tras ser condenado por Pilato. También
por los judíos. En ese corto recorrido cayó tres veces.
Fue condenado
por ser la Verdad.
En política
local el mentiroso se libra de la crucifixión.
Mucho vulgo
votará el 26 de mayo.
La estupidez
enseñará músculo.
Casi es seguro
que la rosa predadora retornará al poder.
Definitivamente
la inteligencia en política hace mucho tiempo que fue sentenciada a vagar como
alma en pena.
Mola mucho más
el paripé, la serpentina, el blablablá, la Nada hecha carne.
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