Salvador García
Llanos
Inquietud
entre los que frecuentamos los alrededores del muelle pesquero del Puerto de la
Cruz. En pocos metros de distancia, se da uno de esos hechos que termina
causando perplejidad, mientras pasan los días, se enquista el problema, no se
informa de soluciones y se multiplican los rumores y las versiones.
A un lado, en
zona terrestre, quedan las huellas de unas obras empezadas en la zona de acceso
a la explanada, en las proximidades de un espacio de venta del Cabildo Insular.
Huellas de una excavación y de unas supuestas vallas metálicas. Meses y meses
así. Solo la candidata a la alcaldía por Coalición Canaria, Sandra Rodríguez,
ofreció una somera explicación en una red social. Otros usuarios han criticado
y denunciado, más que el hecho, el abandono. La competencia parece ser del
organismo Puertos de Canarias pues los trabajos se ejecutaron en su dominio
terrestre. La administración local algo tendría que decir. Pero la cosa sigue
igual: meses y meses así.
Ahora, sobre
la lámina de agua próxima a la punta de uno de los brazos del refugio, aparece
una plataforma de color azul de destino y uso desconocidos, aunque algunos ya
hablan de base para unas motos acuáticas que funcionarán en el futuro, se
supone que mediante concesión administrativa y con escrupuloso cumplimiento de
las medidas de seguridad exigibles dado que es una zona de baño muy
frecuentada, al menos en algunas épocas del año.
¿Tienen que
ver, están relacionadas las dos cosas, las obras inacabadas y la plataforma en
cuestión? No tenemos respuesta por ahora. Pero la prolongación en el tiempo y
los silencios son preocupantes. Revelan, cuando menos, inhibición y desidia. Ha
ocurrido igual con otras muchas situaciones a lo largo del mandato. Recordemos,
sin ir más lejos, aquellos telescopios instalados en distintos puntos del
litoral, sin que hubiera una explicación detallada y coherente.
Ahora las
miradas y las conjeturas vuelven a tener el muelle como escenario que parece
condenado, a falta de una actividad pesquera sólida y más productiva, a sufrir
la desidia, la falta de iniciativa y de gestión para solucionar los apremios y
situaciones sobrevenidas como la que comentamos.
“Ahí está, ahí
está, viendo pasar el tiempo…”, con sus frustraciones, sus silencios y sus
absurdos el muelle portuense. (Y perdonen por el verso prestado).
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