Teresa
González
Vasta
estás en el cosmos de mi atisbo
era
nueva que te siento
en mis
ancestros
hijos
de tu éter,
herederos
de mis días.
Solsticio
que te bañaste en los cielos
para
dormirte en el himno del viento,
voz de
tu enigma
en el
iris sin velo
de unos
cuantos.
Estás
pasando Equinoccio,
te
siento en el secreto
no de
mi conciencia
Estoy
bebiendo
la vida
que besa mi pupila
ante la
magia vital
del
trino arrullo
retozón
que se columpia
en el
inicio de otro ciclo,
mitad
milenaria,
danzarina
al otro lado,
frente
al sol.
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