Isabel
Miranda De Robles
Si
alguna vez estás triste, no pienses en mí: apóyate en ti; sé egoísta hasta con
tu dolor, será el único modo de ser fuerte.
Nunca
dejes que los demás adivinen lo que piensas, es un delito ser transparente;
acuérdate siempre que, vencer no es dejar derrotado a alguien, sino salir
ileso.
Nunca
prestes atención desinteresada a alguien, todos decimos lo que somos a la menor
provocación, por eso cuida más tu boca que tu corazón, que todo mundo sabe que
uno se equivoca; pero nadie querrá rectificar lo que hayas dicho en tu contra.
Yo
quisiera escriturarte la felicidad, asegurarte que nunca nadie vendrá a
reclamarte una lágrima de tus ojos; pero ni puedo ni lo haría, porque te haría
daño al convertirte en un adorno de tu propia vida. Porque los humanos nacemos
de cristal y terminamos de hierro forjado gracias a los que nos amaron y a los
que no lo lograron.
Yo me
voy; pero sigo siendo tu amiga, porque ser amigo es no estar siempre; pero
estar. Es no dar mucho; pero si un poco de lo mejor. Es no ser el mejor; pero
siempre ser el mismo; es no ofrecer, sino entregar, es no preguntar: ¿quieres
que vaya? Sino ir. Es no querer saber; pero sí saber escuchar.
Puedes
olvidarme cuando quieras, puedo dejar de hacerte falta el día que sea, no
importa que ya no te acuerdes de mis fechas importantes ni de lo que yo
hablaba, con el tiempo supe que todos terminamos por morirnos antes del final
definitivo.
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